EN SU PROGRAMA PARA EL 25-M
El exconseller Ernest Maragall, en una rueda de prensa junto al líder de ERC, Oriol Junqueras (i). (EFE)
La independencia de Cataluña sólo es casi una anécdota en la estrategia política de algunos. Por ejemplo, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que pretende incorporar a la República catalana los territorios que considera que han de estar bajo la misma bandera: País Valenciano (sic), Islas Baleares, Cataluña Norte (sic) y Franja de Aragón.
“Conviene que personas y entidades representativas de los diversos territoriosestén presentes en el proceso de transición nacional y que las estructuras de Estado que se hayan de crear tengan presente la posibilidad de que cualquier otro territorio histórico de la nación catalana pueda, en cualquier momento, decidir de manera democrática añadirse a la futura República catalana o crear otra y federarse”, dice el programa electoral con que ERC concurre a las elecciones europeas del próximo 25 de mayo.
Los republicanos se quejan de que “en el proceso iniciado en Cataluña, que ha de culminar con la constitución de un nuevo Estado catalán en el marco de la UE, ni el País Valenciano, ni las Islas Baleares, ni la Cataluña Norte, ni la Franja de Aragón serán protagonistas, pero han de estar presentes”. Y aclara que “estar presentes en el proceso significa dejar claras las bases de la futura relación entre la nación catalana libre y la que continuará bajo jurisdicción española o francesa. También es preciso pensar qué papel habrá de tener el nuevo Estado en el resto de territorios catalanes y qué derechos han de tener los ciudadanos de adscripción nacional catalana que queden fuera del ámbito territorial del nuevo Estado”.
Esquerra, cuyos cabezas de lista son el filósofo Josep Maria Terricabras y el exsocialista Ernest Maragall, exige que “durante las negociaciones con el Estado español y con el resto de agentes internacionales queden claros los vínculos culturales, sentimentales, sociales, geográficos, históricos y económicos entre los territorios históricos de los Países Catalanes. Y expresar la voluntad de que estos vínculos se conviertan en políticos cuando el resto de territorios coincidan, democráticamente, en esta voluntad”.
¿Y de qué modo llevarán a la órbita de la República catalana a comunidades como la valenciana o la balear, o incluso la Franja aragonesa, que está lejos de querer incluirse en la nación catalana? Se detallan una serie de medidas para facilitar este acercamiento.
Doble nacionalidad
La primera de estas medidas es la exigencia de que se reconozca “a los habitantes del resto de territorios de los Països Catalans a añadir la nacionalidad catalana a la española si lo desean”. La segunda es “facilitar la presencia del resto de territorios históricos en las instituciones del Estado libre mediante sus organizaciones, entidades o asociaciones”.
La tercera medida hace referencia al “establecimiento de un ministerio o departamento que se ocupe específicamente de las relaciones transfronterizas e impulse políticas y convenios con instituciones, entidades o empresas para promover y desarrollar el patrimonio compartido con los Estados vecinos”.
La cuarta medida es la promoción del catalán en todos esos territorios, además del aranés en el Valle de Arán. La quinta señala que “la simbología histórica y tradicional compartida por todos los territorios de los Països Catalans no puede ser de uso exclusivo de la nueva República. Tanto el nuevo Estado como sus medios y organismos públicos difundirán y divulgarán esta realidad común, mostrando sus raíces y vicisitudes con exigencia de rigor y respeto a la verdad histórica (sic). Por eso mismo, será preciso impulsar la articulación del espacio comunicativo catalán, formado por los medios de comunicación de Cataluña y los medios de comunicación del resto de los territorios históricos de los Països Catalans”.
A pesar del rigor histórico aludido, sin embargo, se obvia que el término Països Catalans nació a finales del siglo XIX y jamás conformó una unidad política o jurídica ni antes ni después de su acuñación. Su generalización, no obstante, no llegó hasta los años 60 del siglo XX, cuando el valenciano Joan Fuster se refirió a los Països Catalans como una unidad lingüística que debería dar lugar al nacimiento de una sola nación para la que guardaba el nombre de Cataluña.
El programa de ERC, sin embargo, pasa de largo sobre la cuestión y añade una quinta medida: “Será preciso negociar con los Estados español, francés y andorrano e impulsar la creación de órganos comunes de relación transfronteriza para facilitar los intercambios culturales y la imprescindible cooperación y especialización en ámbitos como el de las infraestructuras (portuarias, viarias, ferroviarias y aeroportuarias)”.
Un organismo único de cargos electos
La sexta medida es impulsar “la creación de alguna instancia donde puedan coincidir y estrechar vínculos los cargos electos de todos los Països Catalans”. Esta instancia se crearía dentro de las estructuras de Estado de la República Catalana. La séptima medida hace referencia a que esta “pondrá a disposición de los creadores culturales y artísticos del resto de Països Catalans sus organismos de proyección exterior”. Y, por último, señala el texto, “el nuevo Estado promoverá el reconocimiento a todas las personas que han luchado por la libertad de nuestra nación en cualquiera de sus territorios”.
Además, el programa subraya que, “en función del modelo que se adopte, la futura Constitución Catalana habrá de incorporar la definición y el marco completo de la nación, teniendo en cuenta especialmente aspectos como el reconocimiento de la condición nacional a los ciudadanos de los otros territorios que libremente lo reclamen o la inclusión de una cláusula de reunificación (como hicieron en su momento las constituciones de laRepública Federal de Alemania –artículo 23– o de la República de Irlanda de 1937 –artículo 3–)”.
Así pues, señala el programa en otro apartado, “los Països Catalans se han de plantear como una política estratégica, una ambiciosa intervención en el área mediterránea. Hemos de aspirar a estrechar lazos con todas las sociedades y culturas que conforman este espacio entre Europa, África y Asia de más de 500 millones de habitantes”. Algo así como la Gran Cataluñasoñada por Enric Prat de la Riba, pero aún más a lo grande. Mucho más.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2014-05-06/erc-exige-que-espana-tambien-negocie-la-independencia-de-valencia-y-baleares_125782/#