Yoshihiro Kawaoka. Un nombre que a priori no nos dice nada. Su trabajo como virólogo en la Universidad de Veterinaria Wisconsin apenas había despertado interés hasta ahora, ni entre la comunidad científica ni, mucho menos, entre el común de los mortales.
Un anonimato que, deliberadamente, ha abandonado de la noche a la mañana: en sus manos está uno de los virus más mortales que se han conocido nunca.
El ‘científico loco’, con el que se ha fantaseado en multitud de filmes de ciencia ficción, ha sembrado la polémica. Si se produce un mínimo fallo de seguridad en el laboratorio de Kawaoka, provocaría una pandemia mundial que, al menos, mataría al 5% de la población. Un riesgo nada insignificante, y además, injustificado.
El ‘científico rebelde’, como lo ha apodado la prensa anglosajona, había mantenido en secreto el desarrollo de esta nueva cepa mortal del virus de la gripe aviar (H1N1), resistente al sistema inmune.
Sus efectos serían mucho mayores a los causados por la gran gripe española de 1928, que en tan solo un año acabó con la vida de entre 50 y 100 millones de personas
Los resultados del trabajo de Kawaoka no han sido publicados en ninguna revista científica, ni siquiera se ha dado cuenta de ellos en los informes sobre las investigaciones de su departamento de la universidad. Ahora se sabe que el pasado mes de enero reveló su experimento a un grupo de científicos durante una reunión secreta.
Sin embargo, el diario The Independent ha sacado a la luz esta información, sobre la que se han mostrado “horrorizados” los virólogos consultados. Sus efectos serían mucho mayores a los causados por la gran gripe española de 1918, que en tan sólo un año acabó con la vida de entre 50 y 100 millones de personas.
Un riesgo injustificado
Después de la filtración, el científico ha argumentado que la finalidad de su experimento era mejorar el diseño de nuevas vacunas para combatir la gripe aviar.
“A través del diseño de nuevos virus resistentes al sistema inmune, hemos sido capaces de identificar los elementos clave que favorecen la propagación del N1H1 en los humanos, para poder avanzar en su contención”, explicó Kawaoka mediante un correo electrónico. Una escueta respuesta con la que salió al paso de la información revelada por el diario británico, a la que criticó de “sensacionalista”.
Si se produce un mínimo fallo de seguridad en el laboratorio de Kawaoka, se originaría una pandemia mundial
Kawaoka explicó que su investigación tiene el objetivo de descubrir cómo podría mutar el virus en el futuro. Asimismo, aseguró que había presentado su descubrimiento a un comité de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “que lo recibió muy bien”.
Además de la preocupación por que el virus salga accidentalmente del laboratorio, las voces críticas con este experimento han manifestado su miedo a que grupos terroristas consigan liberar un virus de este género.
Entre las voces que han dado la voz de alarma sobre las consecuencias de este experimento se encuentran reputados científicos como el profesor de la Universidad de Oxford y expresidente de la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia, Lord Robert May. “El trabajo que está llevando a cabo es una auténtica locura”, sentenció.
Los niveles de seguridad del laboratorio no son adecuados
En términos similares a May se manifestó el profesor de la Universidad de Harvard Marc Lipsitch: “Me preocupa que se caiga en la tendencia de desarrollar este tipo de virus mortales que podrían crear una pandemia. Se trata de una actividad de alto riesgo, incluso en los laboratorios con las medidas de seguridad más altas”.
Otros científicos sí han mostrado su apoyo al experimento, pero recalcando que siempre que se lleven a cabo en condiciones de máxima seguridad y estrictamente controladas.
Sin embargo, los laboratorios del departamento de la Universidad de Wisconsin en el que trabaja Kawaoka no han obtenido los niveles de seguridad más altos en las certificaciones. En una clasificación que va desde el nivel BSL-1 (el más bajo) al BSL-4 (el más alto), obtuvo un intermedio BSL-3.
Este es el primer experimento conocido mediante el que se ha modificado genéticamente y de forma deliberada una cepa del virus H1N1 para hacerla resistente al sistema inmunológico. Los ejemplos de agentes infecciosos liberados accidentalmente en un laboratorio no han sido pocos a lo largo de la historia.
El último caso más conocido fue el de una cepa del virus SARS, que se escapó de un laboratorio de máxima seguridad en 2007. Ocurrió en Pekín y el virus infectó a nueve personas hasta que logró detenerse su propagación.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-07-04/este-hombre-ha-creado-el-virus-mas-mortal-de-la-historia_156185/