Finalmente el momento tan esperado por arqueólogos y aficionados a la historia antigua, ha llegado. Luego de meses de excavaciones intensivas en el gran montículo funerario en Anfípolis, en la colina Kasta, al norte de Grecia; y especulaciones sobre su ocupante y relación con Alejandro Magno, se han descubierto restos humanos en un sarcófago escondido en una bóveda debajo de la tercera cámara de la tumba.
La bóveda fue hallada hace pocos días cuando los arqueólogos terminaban de limpiar los escombros del suelo de la tercera cámara. Mide 4 por 2.1 metros y estaba sellada con piedra caliza. De acuerdo a un anuncio de Mega TV News, posterior a la remoción de este sello y a excavar aproximadamente 1.6 metros, los investigadores dieron con un sarcófago de caliza de 3.2 por 1.6 metros.
Los huesos fueron hallados tanto dentro como fuera del ataúd junto con artefactos decorativos. El Ministerio de Cultura de Grecia anunció que este sepulcro oculto dentro del montículo funerario provee mayor evidencia sobre la alcurnia e importancia de su ocupante.
Los restos serán ahora analizados por especialistas en un intento por desentrañar su identidad. Hasta el momento la evidencia descubierta en varias partes de la tumba indican que sería alguien relacionado con Alejandro Magno, siendo la teoría más popular aquella que sostiene que se trata de su madre, Olimpia.
Por meses los arqueólogos han especulado sobre quién yace en el enorme montículo funerario hallado al norte de Grecia. Ahora análisis efectuados en el esqueleto descubierto en una bóveda oculta su interior nos confirman que los restos pertenecen a un hombre, probablemente un importante general macedonio.
¿Podría tratarse del mismísimo Alejandro Magno?
¿O se trata acaso de uno de sus más fieles oficiales? Los resultados del análisis del esqueleto indican que en vida fue un hombre de piel blanca y cabello castaño o rojizo, algo que sugiere que también podría tener ojos claros. Se sabe que Alejandro Magno tenía ojos azules y cabello dorado o rojizo. Una fuente de la época afirma que su cabello era de un color castaño rojizo, y si nos guiamos por el famoso mosaico de Issos, vemos que esto probablemente era así.
Por otro lado, los escritores romanos contaban que el cabello del rey guerrero macedonio era rubio oscuro, según Eliano el Táctico, «su cabello era naturalmente rizado y amarillo».
De acuerdo a The Greek Reporter, próximas investigaciones sobre los restos se esperan que confirmen que el hombre era originario de la región de Tracia, al noreste de Grecia. También se revelarán detalles sobre la salud y dieta del hombre. Detalle del mosaico de Issos (también conocido como mosaico de Alejandro Magno), realizado cerca del año 325 a.C. en Pompeya. Katerina Peristeri, directora de las excavaciones en la tumba de Anfípolis, cree que el hombre era un prominente general y que la carencia de objetos preciosos o armas en el sitio del hallazgo se deben a diversos saqueos sucedidos en la antigüedad.
Los resultados finales, que incluyen exámenes de ADN para determinar si era un miembro de la familia real macedonia, podrían tomar hasta ocho meses en estar disponibles. Los científicos compararán el ADN de los huesos hallados en Anfípolis con los del padre de Alejandro, el rey Filipo II, quien fue enterrado en Vergina; aunque la tarea no será sencilla. Los huesos de Filipo II fueron incinerados y los exámenes de ADN fueron hechos hace 50 años, por lo que temen que los resultados quizás tengan algún porcentaje de contaminación.
Dentro del sarcófago había un ataúd de madera cerrado con clavos de hierro y bronce. Los huesos fueron hallados tanto dentro como fuera del ataúd junto con artefactos decorativos. Las conjeturas continúan. Estos restos podrían no ser la únicos y el montículo funerario, de acuerdo a recientes datos geofísicos, incluiría una extensa red de cámaras subterráneas y corredores que asemejan un laberinto; sugiriendo además la posibilidad que haya más de una tumba allí.
Mientras algunos aficionados a la historia antigua apuntan que un símbolo que se encuentra en la tumba es la marca del ancestral rey guerrero macedonio, expertos como Michalis Tiverios, profesor de arqueología de la Universidad de Thessaloniki, tienen una actitud más conservadora y piensan que los restos encontrados podrían pertenecer a Nearco, uno de los oficiales y hetairos de Alejandro Magno, quien creció en Anfípolis. Lo cierto es que al parecer esta gigantesca tumba griega nos depara aún más misterios por resolver y cada nuevo descubrimiento dispara nuevas preguntas.
Artículo publicado en MysteryPlanet