Miles de hipotecados están de enhorabuena. Las medidas adoptadas por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para inundar el mercado interbancario de liquidez no han hecho sino empujar aún más a la baja a un debilitado Euribor, la principal referencia para el 90% de las hipotecas en España. El indicador inició el pasado mes de septiembre un goteo a la baja que se ha acelerado en los últimos días, adelantándose a la mayor medida de expansión monetaria jamás vista en la zona euro. El pasado 16 de enero, el indicador caía por primera vez en su historia por debajo del 0,3% en su cierre intradirio y hoy, un día después de la decisión de Draghi, se ha hundido un poco más hasta el 0,275%.
Pero, ¿qué efecto tiene una caída tan acusada del Euribor sobre los hipotecados? Pagarán menos intereses al banco cuando les toque revisar sus hipotecas puesto que el índice se encuentra actualmente por debajo de los niveles del año pasado. Quedarán al margen aquellos que decidieron hipotecarse a tipo fijo, así como los que tienen cláusula suelo en sus hipotecas ya que, por mucho que baje el Euribor, el tipo de interés que pagan al banco tiene un tope a la baja.
El Euribor se situó hace una semana por debajo del 0,3% en su cierre diario por primera vez en su historia. Si como prevén los expertos se mantiene por debajo de este nivel durante todo 2015, todos los hipotecados -salvo aquellos que todavía tienen las citadas cláusulas suelo- verán cómo se reduce la cuota de sus hipotecas.
A falta de una semana para despedir enero, la media mensual se sitúa en el 0,296% cuando hace un año estaba en el 0,562%. De despedir el mes de enero en estos niveles, la rebaja para quienes revisen su hipoteca en febrero con el cierre de enero podría oscilar entre 100 y 300 euros anuales. Veamos algunos escenarios. Para una hipoteca media de 100.000 euros a 25 años, la cuota de quien revise en el mes de enero pasará de 357 a 346 euros, lo que se traduce en un ahorro mensual de 11 euros y de 132 anual.
Para una hipoteca media de 150.000 euros a 25 años, la cuota pasará de 536 euros a 520. Es decir, una rebaja mensual de 16 euros, 192 euros al año. Por último, para una hipoteca de 200.000 euros a 25 años, la rebaja será de 22 euros al mes, 264 euros al año, ya que la cuota caería de 715 euros a 693.
De cara a 2015, los expertos han comenzado a hacer sus apuestas. Bankinter, por ejemplo, estima que el índice cerrará 2015 en el 0,20%, mientras que las previsiones más positivas estiman que despedirá el año en el 0,30% y las más negativas, en el 0,10%. Pero incluso en el escenario más positivo, el Euribor se moverá por debajo de los niveles de 2014, como muestra el gráfico con una proyección del Euribor para todo 2015 del 0,25%. Eso sí, los más beneficiados por las bajadas serán quienes revisen su hipoteca a principios de año, ya que quienes lo hagan en la recta final de 2015 apenas notarán la rebaja de intereses. Eso sí, al menos la cuota no subirá.
"El hecho de que vaya a haber más dinero en circulación y en los mercados ha empujado a la baja al Euribor en los últimos días. Como el indicador ya descontaba las medidas del BCE, no se ha ido mucho más abajo, pero lo mantendrá en estos niveles durante todo este año", explica a El Confidencial Carlos Fernández, analista de XTB. "El mercado ya conoce la subastas de liquidez trimestrales de este año y no está previsto que el BCE anuncie medidas nuevas, con lo que el Euribor se moverá en los niveles en los que se encuentra actualmente durante un tiempo. Ya está todo anunciado, concluye".
De cara a 2016, los expertos no se atreven a hacer previsiones, pero aseguran que mientras los tipos de interés sigan instalados en niveles cercanos al 0% y mientras el BCE siga 'regando' de liquidez al mercado, el Euribor no se moverá de los mínimos históricos, no más allá del 0,35%.
El Euribor lo calcula la Federación Bancaria Europea con los datos de las principales bancos de la zona euro y muestra el precio del dinero a un año en el mercado interbancario europeo. En España es la referencia de casi el 90% de las nuevas hipotecas a tipo variable. En los últimos quince años ha oscilado entre un máximo del 5,526% -octubre de 2008- y el mínimo histórico del 0,238% -el 21 de enero de 2015-. La media de estos cinco lustros se sitúa en el 2,203%.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/vivienda/2015-01-23/draghi-asegura-rebajas-en-las-cuotas-de-miles-de-hipotecados-durante-un-ano_627539/
El timo de la estampita del BCE
Por Tony fernandez / Conjugando adjetivos
Cuando la crisis bancaria Draghi abre una línea de crédito a los países con problemas a un interés por debajo del 1%, para que rescaten a sus bancos, pero este dinero no lo podían recibir los países directamente (normativa del BCE), el dinero tenían que adquirirlo los bancos para comprar luego la deuda adquirida por los Estados usado gran parte para rescatar a los bancos, con unos intereses que rondaban el 5 % y más en principio, o sea que los bancos rescatados en un principio ganaban un 4% por no hacer nada y encima por comprar una deuda del estado que había servido para rescatarlos.
Con esto, teóricamente, iba a abrirse el crédito para las economías tocadas por la crisis y no sucedió. Y ahora, resulta que el BCE va a desembolsar 1 billón de euros para recomprar esa deuda estatal en manos de los bancos y los intermediarios financieros, entiendo que pagando los intereses correspondientes…. O sea que se les va a pagar dos veces por no arriesgar nada a un sistema bancario que nos llevó con su especulación a esta situación. Pero ahora con la excusa de liberar crédito para luchar contra la deflación y el “estancamiento permanente”.
Eso es el delicado proyecto de la moneda única. Un doble rasero que obliga a los estados a utilizar el circuito bancario para financiar la deuda pública que les va venciendo además de los gastos que no pueden cubrir con ingresos (déficit). Y mientras el discurso oficial se centra en que la enfermedad está en las cuentas públicas, se gana tiempo para que la banca salga de esta.
El primer chute de liquidez se realizó en diciembre de 2011 y tenía como objetivo que las entidades la utilizaran para comprar deuda pública mucho más cara y así rebajar la presión que se estaba ejerciendo sobre la deuda soberana de los países europeos, sobre todo de los periféricos. En aquella ocasión se intentó evitar que la economía europea entrara en depresión y la entidad prestó a 523 bancos un total de 489.190 millones de euros, en su primera subasta a tres años.
En Febrero de 2012 el BCE volvió a dar un manguerazo de liquidez a la banca privada europea que alcanzó los 529.531 millones de euros y del que se beneficiaron 800 bancos de la zona del euro. Este préstamo tenía un plazo de tres años. Esta nueva inyección debería haberse reflejado en la reactivación del crédito bancario. Nos vendieron que este segundo chute de capital debería ir destinado a que el dinero llegara de una vez por todas a las economías reales. Es decir, para que los bancos reciban la liquidez que llevan solicitando y así poder transformarla en créditos a familias y empresas y así poder empezar a reactivar la actividad económica.
Resumiendo, entre diciembre de 2011 y febrero de 2012, el BCE prestó más de 1 billón de euros (¿os resulta la cifra familiar?) a más de 800 bancos por un período de 3 años a una tasa de interés del 1% (en un momento en que la inflación era de 2%).Esto es lo que se conoce como TLRO (Targeted Long Term Refinancing Operation). De hecho, el regalo a los bancos fue más lujosa de lo que sugiere una tasa de interés de sólo el 1% (ya muy ventajosa). ¿Por qué? Por dos razones simples:
Si un banco pide prestado más de tres años para el período completo y no reembolsa el préstamo antes de tiempo, se paga el interés sólo después de tres años;
Esta tasa ya se ha bajado varias veces, hasta el 0,05% en septiembre de 2014.
Por ejemplo, Dexia, que pidió prestado más de 20 millones de euros al BCE por un período de 3 años a principios de 2012; no tendrá que reembolsar los 20 mil millones hasta principios de 2015. A esa cantidad se añadirá el pago de intereses, que se calculan de la siguiente manera: una tasa de interés del 1% hasta julio de 2012, el 0,75% para el período comprendido entre julio de 2012 hasta el mayo de 2013, un 0,50% de mayo 2013 a noviembre de 2013, el 0,25% entre noviembre de 2013 y junio de 2014, el 0,15% a partir de junio 2014 hasta septiembre de 2014 y al 0,05% de interés de partida en septiembre de 2014.
Así, un banco como Dexia pagará el interés sólo en el punto en el tiempo cuando se reembolsa el monto que pidió prestado. ¿Qué sucede en ese punto? Obviamente muchos bancos – como Dexia o como el principal banco italiano, Intesa Sanpaolo (ISP.MI) (que recibió 24 millones de euros en operaciones LTRO), y Espírito Santo (el 2º banco portugués), en peligro de colapso desde julio de 2014 – no será capaz de reembolsar el importe prestado a menos que obtengan un nuevo préstamo, más o menos equivalente al anterior.
Es por ello, qué casualidad, que en septiembre de 2014, el BCE salió con una nueva concesión de 400 mil millones de crédito adicional a largo plazo para los bancos. Evidentemente con la misma cantinela: Oficialmente esta medida se supone que debe animar a los bancos a aflojar los cordones de la bolsa para las PYME con el fin de poner en marcha la producción y crear empleos.
Y, de hecho, esa es la verdadera razón de ser de la TLTROs. Pero el BCE no puede decirlo oficialmente, ya que tiene que contribuir a la ilusión de que los bancos están sanos, que han limpiado sus libros, no están cortos de dinero en efectivo, etc, y es por eso que Mario Draghi anunció que los TLTROs se utilizarán para financiar las PYME.
Pero, acuérdense de que hay por ahí unos 529.531 millones a pagar en 2015. Y, visto el fracaso de la reactivación de las economías reales, un tercer chutazo era políticamente inviable. Así que se ha hecho lo único que quedaba por hacer, la flexibilización cuantitativa a la europea, inyectando entre marzo de este año y septiembre de 2016 algo más de un billón de euros bajo el pretexto de combatir la sombra de la deflación y el estancamiento secular, término que debemos atribuírselo a Larry Summers.
Para explicar este crecimiento tan débil (y que además no crea empleo) Summers avanzaba la hipótesis de lo que llamaba Secular Stagnation, que tiene mala traducción al español, pero que sería algo así como “estancamiento permanente”. Su análisis se centraba en la economía de Estados Unidos, pero es aplicable a otros países avanzados. Hablaba de que tal vez la economía de Estados Unidos haya llegado a un punto en el que su potencial de crecimiento sea demasiado bajo como para poder sostener crecimientos del PIB per cápita sin políticas monetarias permanentemente expansivas; es decir, que sólo podría mantener un crecimiento medianamente decente creando burbujas. Y, aun así, que ese nivel de crecimiento no sería demasiado elevado.
Desde el punto de vista teórico lo que habría ocurrido es que el tipo de interés de equilibrio en la economía habría bajado tanto que las políticas monetarias ultra expansivas no serían suficientes para estimular la demanda. Y la implicación a largo plazo sería que se habría entrado en una dinámica en la que el crecimiento sólo se podría conseguir generando burbujas que, como posteriormente estallan, dejan a la economía maltrecha.
Así, se habrían acabado los felices años de la Gran Moderación macroeconómica (baja volatilidad en el crecimiento) de los años 1980/1990 y las economías avanzadas se enfrentarían a una situación de mucha mayor incertidumbre, donde además la política monetaria debería ser permanentemente expansiva si se quiere sostener el crecimiento, algo que espanta a quienes sostienen que tarde o temprano imprimir tanto dinero terminará reflejándose en inflación.
¿Qué nos reportará 2017? Agárrense que vienen curvas.