SUENAN LAS ALARMAS: LA ECONOMÍA MUNDIAL A PUNTO DE VENIRSE ABAJO
Las advertencias públicas son cada vez más fuertes.
Y no son algunos blogs exagerados o conspiranoicos los que advierten: son algunas de las instituciones financieras más importantes del mundo.
Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que el“apalancamiento peligroso” del que somos testigos “amenaza con desatar una ola de incumplimientos” en todo el mundo…
Las empresas de los países emergentes se han sobre-endeudado en 3 billones de dólares en la última década, lo que refleja una cuadruplicación de la deuda del sector privado entre 2004 y 2014.
Este peligrosa sobre-apalancamiento ahora amenaza con desatar una ola de impagos que poner en peligro a una economía mundial ya de por sí débil, conluyen el informe semestral del FMI
Esta vez, el FMI está diciendo la verdad. Estamos enmedio de la mayor burbuja de deuda que el mundo haya visto jamás, y es una amenaza monumental para todo el sistema financiero global.
Pero a pesar de que sabemos lo que sucede, eso no significa que podamos hacer algo para impedir lo que está a punto de suceder.
Otras altas instituciones como el Banco de Inglaterra, la ONU y el Banco de Pagos Internacionales han emitido advertencias ominosas similares.
El siguiente es un extracto de un artículo reciente en The Guardian …
El economista jefe del Banco de Inglaterra, Andy Haldane, ha argumentado que el mundo está entrando en el último episodio de una “trilogía de la crisis en tres partes”.<
Al Unctad, el brazo de comercio y desarrollo de la ONU, le gustaría ver que las economías avanzadas aumentan el gasto público para compensar la desaceleración en las economías emergentes.
El Banco de Pagos Internacionales cree que las tasas de interés han sido demasiado bajas durante demasiado tiempo, fomentando la asunción de riesgos excesivos en los mercados financieros.
Todos ellos temen que el sistema financiero mundial está preparado para una crisis.
El economista de Citigroup, Willem Buiter, también cree que estamos al borde de grandes problemas económicos y advierte públicamente de una “recesión global” en el año 2016.
Willem Buiter
Por lo general, cuando el mundo entra en una nueva crisis, se produce algún tipo de “evento detonador” que provoca un pánico generalizado y que acostumbra a tener “nombre y apellidos”, como fue el caso de Lehman Brothers en la crisis de 2008.
Hace apenas unas semanas, ya advertíamos que el mayor banco de Alemania, el Deutsche Bank, estaba al borde de la angustia masiva.
Pues bien, el miércoles el banco anunció una pérdida de más de 6.000 millones de dólares para el tercer trimestre de 2015…
El nuevo jefe del Deutsche Bank, John Cryan, ha revelado una pérdida récord, antes de impuestos, de 6000 millones de euros en el tercer trimestre y ha advertido a los inversores de un posible recorte de dividendos.
Las amortizaciones, deterioros y costos de litigios contribuyeron a la pérdida, dijo el banco.
Cryan se convirtió en presidente ejecutivo en julio con la promesa de reducir los costos. El británico está acelerando los planes para despojarse de activos y para salir de algunos países para reducir el tamaño del banco y se está preparando para despedir a cerca de 23.000 empleados, o una cuarta parte del personal del banco.
En las próximas semanas deberemos vigilar lo que pasa con el Deutsche Bank (y en Alemania en general), pues parece que ahí los problemas apenas están comenzando.
Otra cosa que se está viendo es el hecho de que los países exportadores más importantes, como China, que acostumbran a comprar gran cantidad de la deuda del gobierno de Estados Unidos, ahora se están deshaciendo de esa deuda a un ritmo sin precedentes.
Cinco grandes compradores de bonos del Tesoro estadounidense, China, Rusia, Noruega, Brasil y Taiwán, han cambiado de opinión.
Se están deshaciendo de los bonos del Tesoro norteamericano, cada uno por sus propias razones, que ahora están coincidiendo.
Y lo están haciendo al ritmo más rápido de la historia.
Para el período de 12 meses finalizado en julio, las ventas de bonos del Tesoro por parte de bancos centrales de todo el mundo llegaron a un neto de 123000 millones de dólares, “el mayor descenso desde que los datos comenzaron a ser recogidos en 1978”, informó el Wall Street Journal.
China, el mayor propietario extranjero de bonos del Tesoro norteamericano (su tenencia de tesoro alcanzó un máximo de 1,317 billones de dólares en noviembre de 2013), ha estado deshaciéndose de deuda norteamericana a alta velocidad. En julio, los últimos datos disponibles del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, indicaron que la cantidad de tesoro norteamericano en manos de China se había reducido hasta los 1,241 billones de dólares.
Todo lo que vemos, son indicativos claros e indiscutibles de que la economía mundial está en muy serios problemas y que la situación no podrá ser sostenida mucho tiempo más.
Como decíamos antes, cuando estalla una crisis, acostumbra a haber algun evento, relacionado con alguna compañía financiera concreta que “actúa como detonador”.
En 2008 fue Lehman Brothers, la compañía de Servicios financieros, y ahora un claro candidato podría ser el gigante bancario Deutsche Bank.
Pero hay otros nombres que empiezan a sonar insistentemente estas últimas semanas y que los lectores deberían empezar a aprender.
Estamos hablando de colosos del negocio de las materias primas, comoGlencore, Trafigura y el Noble Group.
El colapso de cualquiera de ellos podría llegar a ser un nuevo “momento Lehman Brothers”.
EL POSIBLE DETONADOR DE LA SIGUIENTE FASE DE LA CRISIS
En su momento, el magnate Warren Buffett se refirió a los derivadoscomo “armas financieras de destrucción masiva”, y todo el mundo sabe que es inevitable que en cualquier momento empiecen a causar estragos en el sistema financiero.
Aunque los medios de comunicación oficiales se empeñen en vendernos la idea de que todo está muy tranquilo, la verdad es que hay una gran cantidad de problemas burbujeando bajo la superficie.
Al parecer, algunas grandes instituciones han comenzado a entrar en importantes problemas a causa de todas las apuestas imprudentes que han estado haciendo.
En un nivel muy básico y primitivo, el comercio con derivados financieros es como un juego. Jeff Nielson lo cuenta elocuentemente en un artículo publicado recientemente …
Nadie “entiende” los derivados.
Pero para explicarlo de forma clara y sencilla, los derivados financieros son simples apuestas. Esto no es una metáfora o una analogía. Son exactamente esto: apuestas. Y punto. Es lo que siempre fueron y lo que siempre serán.
Una gran institución financiera que parece estar en serios problemas con estas armas financieras de destrucción masiva es Glencore.
Hubo un tiempo en que Glencore se consideró como la décima empresa más grande de todo el planeta, pero ahora parece estar cayéndose a pedazos, y una gran parte de sus problemas parecen estar ligados a los derivados.
El siguiente extracto proviene de Zero Hedge…
De particular preocupación, dijeron, fue el uso de Glencore de instrumentos financieros como los derivados como cobertura de sus intercambios de bienes físicos contra las oscilaciones de precios. La compañía tenía 9800 millones de dólares en derivados brutos en junio de 2015, por debajo de los 19 mil millones de dólares en tales posiciones que tenía al final de 2014, provocando que los inversores preguntarn a la compañía sobre la razón de esa reducción.
Glencore le contó a los inversores que sus números habían bajado tan drásticamente debido a los cambios en la volatilidad del mercado de ese año.
El año pasado, hubo grandes variaciones de precios, sobre todo en el mercado del petróleo crudo, que se deslizaron desde los alrededor de 114 dólares por barril en junio a menos de 60 dólares por barril a finales de diciembre.
“Esa respuesta no fue satisfactoria”, dijo Michael Leithead, un gerente de carteras de fondos de bonos de EFG Asset Management, que gestionó 12 mil millones de dólares a finales de marzo y que ha invertido en la deuda de Glencore.
De acuerdo con Bank of America, el sistema financiero mundial tiene cerca de 100.000 millones de dólares en exposición total a Glencore. Así que si Glencore se declara en quiebra va a ser un gran evento financiero.
Un evento catastrófico.
A estas alturas, Glencore es probablemente el candidato más probable para convertirse en el “próximo Lehman Brothers”.
Pero no solo Glencore está en problemas. Otros gigantes financieros como Trafigura están en una situación similar. En conjunto, el sistema financiero mundial tiene aproximadamente medio billón de dólares expuesto a la salud de estas empresas.
Los medios de comunicación no dicen nada acerca de todo esto y eso podría ser una buena señal.
Pero tras el escenario, se están produciendo movimientos sin precedentes.
Recordemos que en 2008, Lehman Brothers no estaba “perfectamente bien” un día y al día siguiente se derrumbó por completo. Había muchos problemas gestándose bajo la superficie con mucha antelación, pero nada de ello se hizo público de forma explícita hasta que estalló de repente.
Mirando hacia atrás, cuando se recuera el colapso de Lehman Brothers de 2008, es increíble lo rápido que sucedió todo. En retrospectiva, hubo algunas señales de alerta temprana, pero la verdadera magnitud de la catástrofe se desarrolló de forma pública sólo en los momentos finales antes de que se hiciera evidente que Lehman estaba condenado.
A finales de 2007 hubo algunos indicios que solo conocia gente de la propia compañía, pero aún así, incluso a finales de 2007, había poca indicación pública de que Lehman estuviera en problemas.
Los primeros indicios públicos de que Lehman se encaminaba a la bancarrota, no se produjeron hasta el 9 de junio de 2008, cuando Fitch Ratings rebajó la calificación de Lehman a AA- con perspectiva negativa.
La “perspectiva negativa” indica que otra rebaja adicional es probable. En este caso en particular, fue la subestimación más grande de todos los tiempos.
Sólo 3 meses más tarde, en el transcurso de una semana, Lehman anunciaría una pérdida importante y se declaró en quiebra.
Bueno, lo mismo está sucediendo ahora en gigantes bancarios como Deutsche Bank, y en empresas de comercio de productos básicos, como Glencore, Trafigura y el The Noble Group.
Y, por supuesto, una gran cantidad de compañías más pequeños están empezando a implosionar también.
El 11 de septiembre, Spruce Alpha, un fondo pequeño fondo de cobertura que forma parte de un grupo de inversión más grande, envió un breve informe a los inversores.
La carta decía que el fondo de 80 millones de dólares había perdido el 48% en un mes.
La nota no incluía comentarios al respecto. No había explicaciones para ello. Sólo números fríos y duros.
Y uno debe preguntarse: ¿cómo es posible perder el 48% en un solo mes?
Sería difícil de hacer incluso si alguien tratara de perder dinero a propósito.
Así pues, las señales de alarma son cada vez más claras.
Sabemos que hace ya muchos meses que estas advertencias se suceden, pero que el tan temido colapso no llega nunca, lo que ha llevado a mucha gente a creer que todo esto no es más que un cuento de terror para asustar a los niños.
Pero como hemos visto al principio del artículo, ahora ya son las grandes entidades globalistas las que hablan de ello (como si ellos no tuvieran nada que ver), lo que nos indica que ya están sembrando las mentes de la población para que acepte lo inevitable y sobre todo para que acepte “las soluciones” que ellos mismos, que han generado esta situación, van a aportar para alcanzar sus objetivos globalistas y acumular aún más poder económico y político en manos privadas.
Estamos viviendo un golpe de estado global en el que unas pocas élites se harán con el poder absoluto y definitivo en la tierra y parece que la crisis económica que se avecina será uno de los puntos clave para alcanzar sus objetivos de sometimiento completo de la población.
Veremos como encajará este descalabro financiero con el creciente conflicto armado que también se está gestando.
Es muy posible que el mundo sea llevado al borde del abismo del colapso económico completo y de la tercera guerra mundial y que, entonces, cuando todo parezca irse al traste, al mundo se le presente una posible solución globalista y negociada que nos conduzca a todos a un gobierno mundial centralizado en todos los aspectos (económico y político).
Simplemente, la población deberá escoger entre la tercera guerra mundial y el colapso total de la civilización, o la aceptación sumisa de las “soluciones” que nos ofrecerán.
Creemos que esta será la jugada, que se irá desarrollando, de forma cada vez más acelerada en los próximos meses y años…