No solo contiene el texto más largo conocido en lengua etrusca, además está considerado el único libro de la antigüedad existente escrito sobre lino.Detalle del Liber Linteus Zagrabiensis / foto archeonews.ru
Se le conoce como Liber Linteus Zagrabiensis (el libro de lino de Zagreb) y también como Liber Agramensis. Contiene el único texto etrusco no epigráfico existente, que se distribuye en 230 líneas que en total suman alrededor de 13.000 palabras, de las cuales apenas unas 1.200 soy hoy legibles.
Ello es debido a su mal estado de conservación, ya que cuando se descubrió a mediados del siglo XIX, las telas de lino en que está inscrito se habían rasgado y utilizado paravendar la momia de una mujer en Egipto.
Curiosamente el documento ha sido datado por radiocarbono hacia el año 250 a.C. y la momia data de la misma época, apenas unos años más tarde, lo que suscita interrogantes acerca de cómo llegó el texto hasta allí. Si es que el libro se creó en Etruria y luego fue llevado al otro lado del Mediterráneo, o si por el contrario fue escrito en Egipto sigue siendo un misterio.
El lino se cultivaba preferentemente en Egipto desde hacia varios siglos, pero no hay que olvidar que también se han hallado lienzos de lino en yacimientos antiguos de centroeuropa. En cualquier casolas últimas teorías apuntan a que el libro fue escrito en Egipto, probablemente por un etrusco de clase alta.El Liber Linteus Zagrebiensis en el Museo Arqueológico de Zagreb / foto
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La momia fue comprada en Alejandría en 1848 por Mihajlo Baric, un oficial croata de la cancillería real húngara que pocos meses antes había abandonado su puesto para recorrer el mundo. Mientras estaba en Egipto adquirió como souvenir un sarcófago que contenía la momia de una mujer, y que se llevó a su casa de Viena donde estuvo expuesto en una esquina del salón hasta su muerte en 1859.
En algún momento entre su regreso a Viena y 1859 retiró las vendas de lino de la momia, y las colocó en una urna de cristal, sin percatarse de la importancia de las inscripciones que contenían.
Tanto el sarcófago como la momia y las vendas fueron heredadas por su hermano Ilija, un sacerdote que vivía en Eslavonia (en la actual Croacia). Su desinterés por tales objetos le llevó a donarlos en 1867 a la institución antecesora del Museo Arqueológico de Zagreb, que es donde hoy se conservan y exponen.
Ese mismo año de 1867 visitó la institución el egiptólogo alemán
Heinrich Karl Brugsch, quien solo tres años más tarde se convertiría en el director de la Escuela de Egiptología de El Cairo y su trabajo sería clave en el desciframiento de la escritura demótica.
Detalle del texto / foto paleoglot.blogspot.com.es
Brugsch vio los textos inscritos en el lino, pero pensó que se trataba de jeroglíficos egipcios y no le dio tiempo a estudiarlos más detenidamente. Diez años más tarde mientras conversaba con el famoso explorador Richard Burton acerca de runas de repente recordó lo que había visto en Zagreb y se dio cuenta de que no eran jeroglíficos.
Por el contrario pensó que aquello debía ser escritura árabe, y el texto una transliteración del Libro de los Muertos egipcio. Una vez más se equivocaba.
En 1891 las vendas fueron trasladadas de vuelta a Viena para que las pudiera estudiar
Jacob Krall, el mayor experto en lengua copta de la época. Fue él quien identificó los textos como etruscos y realizó una reconstrucción ordenando y uniendo las telas de lino.
Por la mención de algunos dioses locales en el texto del manuscrito se ha conseguido determinar el origen (o bien del texto o de su creador) a una pequeña área al sureste de la Toscana, entre las ciudades de Arezzo, Perugia, Chiusi y Cortona.
Consta de 12 columnas, cada una representando una página, las tres primeras seriamente dañadas e ilegibles, por lo que se desconoce como y donde comienza el texto. Está inscrito con tinta negra para el texto principal, y roja para las líneas y signos diacríticos, y originalmente debió plegarse a modo de códex, en lugar de estar enrollado.
Debido a que la lengua etrusca no ha sido completamente descifrada, solo se pueden leer algunas palabras, como los nombres de los dioses y las fechas, lo que hace pensar a los expertos que puede ser una especie de calendario religioso litúrgicoque marca los rituales para cada día del año, la famosa y perdida
Etrusca disciplinaque mencionan las fuentes romanas.
Algunos autores, como Sergei Rjabchikov, lo relacionan con la astronomía por la aparición de nombres de constelaciones y otros cuerpos celestes que, en su opinión son registros astronómicos derivados de observaciones con el fin de predecir el clima y otros eventos. Incluso afirma haber identificado el registro de un eclipse solar que sucedió el 11 de febrero de 217 a.C. Este eclipse apenas fue visible desde la península Itálica, pero sí desde Alejandría. Lo cual encaja con la teoría de que el libro fue escrito en Egipto por un sacerdote etrusco que emigró allí en el contexto de la Segunda Guerra Púnica (que comenzó en 218 a.C.).
En cuanto a la momia, que fue restaurada por especialistas de los Museos Vaticanos en 1998, hoy se exhibe en una cámara especial refrigerada del museo de Zagreb. Se sabe por el papiro que la acompañaba que era egipcia (en algún momento Krall llegó a pensar que podía tener alguna relación con los etruscos). Se llamaba Nesi-hensu y era la esposa de Paher-hensu, un sastre de Tebas que fabricaba ropajes para las estatuas de Amón.
http://www.labrujulaverde.com/2017/02/el-libro-etrusco-del-siglo-iii-a-c-que-aparecio-en-egipto-usado-para-vendar-una-momia