Antezana, tal y como era al pasar a pertenecer al municipio de Vitoria.
Antes de que se hablara de ovnis la aparición de globos luminosos sobre el cielo ya creaba pavor entre la gente. Este objeto volante fue visto sobre el cielo de la Llanada a finales del siglo XIX
21 febrero 201709:27
El término ovni se refiere a un objeto volador de origen desconocido y se acuñó a partir de 1947 en los medios de comunicación. El acrónimo reemplazó al de «platillo volante». Algunos autores apuntan que los antiguos carros de los dioses, o el carro de fuego del profeta Elías en la Biblia, o las apariciones y raptos en bosques y pantanos, podían ser el equivalente a los relatos de presencia extraterrestre ahora. Hoy en día no hay pruebas reales de que existan aunque son muchos los que alimentan la hipótesis extraterrestre.
Antes de la popularización del fenómeno, en Álava hubo sucesos misteriosos que llamaron la atención de la prensa. Desde el 3 al 28 de marzo de 1897, el periódico 'El Anunciador Vitoriano', publicó un serial sobre una noticia titulada «Luz Misteriosa». En ella se hablaba de que los «sencillos campesinos» de Yurre, Antezana y Lopidana, junto a Vitoria, estaban «preocupados, y aún sobrecogidos de espanto, por una luz misteriosa que todas las noches aparecía en las cercanías de estos lugares. Durante aquellos días fueron numerosos los vitorianos que se desplazaban cada noche a ver el fenómeno.
La crónica periodística seguía diciendo que «a alguna altura del suelo, en las noches oscuras, sin ruido alguno perceptible y en medio de un silencio pavoroso, aparece entre Yurre y Lopidana un globo luminoso, de color sangre, que despide intensos resplandores, con los cuales se tiñen de siniestras tintas rojizas los troncos de los árboles, las piedras del camino y todos los accidentes del terreno. Del globo se desprenden de tiempo en tiempo lucecitas más pálidas que vagan como vacilando en el aire, o se detienen en las puntas de las ramas secas».
El periódico continúa con todo tipo de detalles y una descripción verdaderamente lírica: «La luz misteriosa no permanece fija en sitio alguno, sino que ondulando ligeramente, pero sin apartarse de una dirección determinada, recorre la distancia intermedia entre el punto en que surge y el pueblo de Otaza, inmediato a Estarrona, perdiéndose en el frondoso bosque de aquella aldea». Ese bosque fue famoso por tener árboles descomunales que fueron desapareciendo a lo largo del siglo XX.«Una vecina curiosa que abrió la ventana de su casa para observar mejor la luz, hubo de cerrarla precipitadamente al notar que el globo se dirigía hacia ella»
En otro párafo se dice:«El luminoso globo ha sido visto por muchas personas, pues se distingue a larga distancia, habiéndose dado el caso de hallarla en su camino un molinero, sobre cuyo carro fue largo trecho, llenándole de terror, por lo inexplicable del fenómeno. También se dice que una vecina curiosa que abrió la ventana de su casa para observar mejor la luz, hubo de cerrarla precipitadamente al notar que el globo se dirigía hacia ella».
«Fuegos fatuos»
Se ve que las autoridades querían evitar cualquier alarma social y hacían observar a los campesinos que el fenómeno descrito podía ser debido a los «fuegos fatuos» producidos por substancias orgánicas en descomposición, para lo cual parecen muy abonados los terrenos contiguos a los ríos Zadorra y Zalla. Pero la gente pensaba que la luz misteriosa es enteramente distinta a los fuegos fatuos, y debe reconocer diferente causa.
Los fuegos fatuos, dicen, son de color azulado o verdoso, de poca intensidad luminosa, van lamiendo la tierra, y solo se producen en noches calurosas de estío, despúes de copiosas lluvias, y la luz misteriosaque asoma por la Llanada, es rojiza, de gran poder luminoso, camina a bastante altura del suelo, y ofrece la singularidad de presentar forma esférica, y de despedir llamas más pálidas y pequeñas.
Naturalmente, el hecho dio origen a todo tipo de habladurías y suposiciones fantásticas, resucitando todas las casi olvidadas leyendas de brujas, duendes, almas en pena, y espíritus endiablados y llenando de terror a las gentes de aquella comarca, matizaba el periódico.
La luz misteriosa
El 14 de marzo de 1897 el mismo periódico volvía a publicar otra crónica del fenómeno: «Sigue llamando la atención de los vitorianos la luz misteriosa, de cuya aparición o existencia dimos noticia en el número del jueves. Son muchas las personas que han visitado o se proponen visitar los lugares en que aquella aparece. Los sitios en que mas veces se la ha visto han sido, como decíamos, el espacio comprendido entre Antezana y Yurre, habiéndose señalado su primera aparición en la fuente de Lopidana.
Con más datos acerca del extraño fenómeno podemos añadir que no es una sola la luz, sino que algunas noches, han sido muchas las observadas en diferentes parajes, bien en las larras o prados, bien en lo más esquivo de los bosques.
Aquí el periodista se introduce en el género de la literatura fantástica: «Junto a la verde planicie, sobre la cual tantas veces van a merendar los vitorianos, existe el término llamado ‘La loca’, donde, según antiquísima tradición, crece una yerba encantada, que da malísimo rato al que la pisa. El infeliz que viniendo de noche de Gobeo o de otros pueblos, tiene la desgracia de poner el pie sobre la planta encantada, gira y gira en derredor de ella, y aunque se deshaga en esfuerzos y procure con todo ahinco apartarse del prestigioso lugar, no lo consigue hasta que el gallo canta enLopidana, y el risco de Amboto se tiñe con los pálidos resplandores de la aurora».
El periódico se hace eco de las habladurías de la gente: La fantasía popular que no halla al fenómeno aludido explicación satisfactoria, vuela ya con alas desplegadas por los mundos de lo maravilloso y ha dado comienzo a la leyenda. La luz misteriosa, dicen, es un alma en pena, la cual, por permisión de Dios, sale del purgatorio en demanda de sufragios que aceleren su entrada en la mansión de la bienaventuranza eterna.
Desde la torre de San Miguel
Algún día se pudo ver la luz desde la torre de San Miguel. El 17 de marzo, un numeroso grupo que llegó a estar formado por unas doscientas personas, contemplaba desde la calle de la Estación, y frente al Hotel Quintanilla, una luz blanquecina y muy brillante que se divisaba por encima de las casas y que muchos admiraron en la idea de que se trataba de la ya célebre y misteriosa luz de Antezana.
Un día tras otro, el periódico seguía alimentando el misterioso fenómeno con nuevos testimonios que trataban de explicar lo que ocurría con los resplandores misteriosos. Las crónicas son a veces muy divertidas por la diversidad de explicaciones que daba la gente.
«Cosas menos importantes han dado con frecuencia motivo a fábulas absurdas, y a alucionaciones extrañas, por lo cual no hablan en contra de la realidad del fenómeno las varias apariencias con que algunos aseguran haberlo visto. Los más lo han observado en figura esférica, pero variando el tamaño, acaso conforme a la impresionabilidad del espectador, desde una naranja a un globo de un metro de diámetro. Otros lo han estimado de forma elipsoidal, otros de figura de pipa, alguno en la prosáica apariencia de un pernil o de una colosal bacalada, y otros en trazas más temerosas y espantables. Entre éstos, recordamos un labrador de Gobeo, que vió la luz en figura de cabeza incandescente y desmelenada que caminaba convulsiva y epilépticamente por el bosque, dejando luminosas guedejas en las zarzas.»
El 27 de marzo aparecía por última vez, una noticia de la misteriosa luz. En ella nos contaban lo siguiente:
«El extraño fenómeno de Antezana, dado a conocer urbi et orbi por la prensa local y por la de Madrid y provincias, se resiste a ser explicado de manera que queden satisfechas las curiosidades dificultosas. Ya dijimos en números anteriores lo que sobre su causa probable se nos alcanzaba, atribuyéndola, como se recordará, a esas exhalaciones de hidrógeno fosforado, que se presentan en pantanos y cementerios con la apariencia comúnmente conocida por la denominación fuego fatuo...
http://www.elcorreo.com/alava/araba/201702/21/ovni-1897-sobre-antezana-20170220230953.html