El complejo de templos de Khajuraho está constituido por una serie de edificios bellamente construidos y ornamentados, situados en el estado indio de Madhya Pradesh.
De los 85 templos originalmente construidos por la dinastía Chandela entre los años 900 d. C. y 1130 d. C., solo quedan en pie 25. Khajurajo ha sido designado Patrimonio Mundial por la UNESCO, y se ha hecho merecedor de gran interés por parte de los turistas.
Pero lo que hace de los templos de Khajuraho algo realmente único son sus numerosas esculturas eróticas labradas en la piedra, tanto en el exterior como en el interior de los templos, en las que se observan figuras de hombres, mujeres e incluso animales entrelazando sus cuerpos en todo tipo de explícitas escenas amorosas y orgiásticas ante la benigna sonrisa de los dioses.
Edad dorada y profanación de los templos
La construcción de los templos de Khajurajo se encargó tan pronto como los Chandela alcanzaron el poder en Madhya Pradesh, región de la India Central. Estaban dedicados originalmente a dos religiones indias, el hinduismo y el jainismo, lo que sugiere una cultura de aceptación y respeto por las diferentes tradiciones religiosas. En un espacio de unos 20 kilómetros cuadrados los sucesivos reyes Chandela ordenaron construir hasta 85 templos. Fue una edad dorada para la India Central.
Este período llegó a un brusco final a principios del siglo XIII, cuando el Sultanato de Delhi invadió el reino Chandela y conquistó su capital de Mahoba, situada a 56 kilómetros de distancia de Khajurajo. Hasta que se produjo la invasión, los templos de Khajurajo fueron un lugar de culto muy activo. Sin embargo, tras la llegada del Sultanato de Delhi musulmán, muchos de los templos fueron profanados y destruidos. Los sultanes islámicos iniciaron una “política de intolerancia para los lugares de culto de otras religiones, por lo que los ciudadanos de Khajuraho dejaron la ciudad con la esperanza de que su abandono no atrajera la atención de los invasores musulmanes hacia los templos, y de este modo tanto los templos como ellos mismos salieran indemnes” (Khajuraho-India, 2016).
Los templos emergen de la jungla
Solo los templos relativamente aislados consiguieron sobrevivir a las diferentes dinastías islámicas que reinaron en la región entre los siglos XIII y XVIII. Aun así, estos templos sufrieron también al crecer lentamente la vegetación y los bosques en torno a aquellas construcciones abandonadas. No fue hasta el año 1838 cuando los templos de Khajurajo se dieron a conocer al mundo. El explorador británico T. S. Burt había oído rumores de la existencia de un templo con esculturas explícitamente sexuales en lo más profundo de las junglas de la India, pero “tuvo que ser persuadido por sus sirvientes indios para que emprendiera el viaje; Burt no creía que hubiera nada interesante por descubrir en aquel lugar remoto” (Ramadurai, 2015).
El explícito erotismo de las tallas de Khajuraho
Además de por su brillantez arquitectónica y magníficas esculturas, los templos de Khajurajo se han hecho famosos por sus tallas eróticas. Poco se sabe con certeza sobre el propósito de estas imágenes sexuales, pero es ampliamente aceptado que los templos pretendían celebrar todos los aspectos de la vida humana, incluido el sexo.
Solo el 10% aproximadamente de las esculturas de los templos son de naturaleza sexual, aunque sin duda son las que captan una mayor atención del público. Las tallas de los templos representan las numerosas y diversas manifestaciones de Shakti y Shiva, los principios divinos femenino y masculino respectivamente. Sin embargo, las figuras humanas aparecen entrelazadas en diferentes mithunas (palabra sánscrita procedente del tantrismo que describe el contexto ritual de la unión sexual).
Principios del Tantrismo
Según creen los seguidores de los principios del Tantrismo, los soberanos Chandela podrían haber creado los templos para ayudar a promover el equilibrio entre las fuerzas masculinas y femeninas, expresado mediante el gozo mutuo de la unión física sexual.
De hecho, los templos nos muestran tallas de mujeres disfrutando del placer sexual tan abierta y libremente que algunos expertos creen que podrían entenderse como una celebración del poder femenino:
“Se considera que estos templos son una celebración de lo femenino al representar esculturas de mujeres (apsaras) de anchas caderas y pechos generosos, muy ornamentadas, adornando los muros del templo. Los cuerpos bien contorneados de estas ninfas captan la atención del espectador, y se las puede ver entregadas a actividades como maquillarse, lavarse el pelo, juegos diversos, y anudando y desanudando sus ceñidores” (Cunningham, 2016).
Esculturas explícitamente eróticas de Khajuraho (
CC by SA 2.0 )
En contraste con muchas otras culturas, particularmente la islámica que se adueñó de la región poco después de que fueran construidos los templos de Khajurajo, las religiones hindú y jain no fruncían el ceño ante las imágenes de mujeres disfrutando del sexo.
El placer sexual era considerado por estas culturas una forma de arte, el Kama Sutra, que debía ser practicado y perfeccionado por ambos sexos. “El hinduismo ha considerado tradicionalmente el sexo como parte esencial de la vida, lo que podría ser la razón por la que las tallas eróticas se encuentran casualmente intercaladas con otras que muestran actividades tan variadas como la oración y la guerra. El hecho de que se encuentren expuestas a simple vista, y no ocultas en una oscura esquina, sugiere que sus creadores pretendían que fueran vistas por todos.” (Ramadurai, 2015) La diferencia resulta especialmente sorprendente si tenemos en cuenta hasta qué punto se ha vuelto conservadora la sociedad india a lo largo de los últimos siglos.
Fuentes:
http://www.ancient-origins.es/noticias-general-lugares-antiguos-asia/khajuraho-los-templos-sexo-la-india-004321