Las colinas antigravitatorias son un tipo de pendiente en el que los objetos parecen desafiar a la gravedad por su cuenta. Por ejemplo, si se vierte agua sobre la superficie de una de estas colinas, parece correr hacia arriba, en lugar de hacia abajo como cabría esperar.
Las colinas antigravitatorias también son conocidas como ‘colinas magnéticas’ y ‘colinas misteriosas’, y los tres nombres dicen algo sobre la manera en la que se ha intentado explicar este extraño fenómeno.
Existen colinas antigravitatorias prácticamente en todo el mundo, muchas de ellas en los Estados Unidos. Como estas colinas parecen desafiar las leyes de la Naturaleza, se han acabado convirtiendo en atracciones turísticas.
¿Qué ocurre en una colina antigravitatoria?
Las colinas antigravitatorias parecen desafiar las leyes de la Física. Si un objeto, como por ejemplo una pelota, es colocado sobre una pendiente, debería ser arrastrado hacia abajo de forma natural por la gravedad.
En las colinas antigravitatorias, sin embargo, parece ocurrir exactamente lo contrario: el objeto sube por la pendiente. Se han propuesto numerosas explicaciones para justificar la existencia de estas colinas.
En ocasiones, estas explicaciones aparecen reflejadas en los diversos nombres que recibe el fenómeno.
En las colinas antigravitatorias, sin embargo, parece ocurrir exactamente lo contrario: el objeto sube por la pendiente. Se han propuesto numerosas explicaciones para justificar la existencia de estas colinas.
En ocasiones, estas explicaciones aparecen reflejadas en los diversos nombres que recibe el fenómeno.
El nombre ‘colina antigravitatoria’, por ejemplo, sugiere que la fuerza gravitatoria que actúa en estas colinas está descompensada, es decir, que en su parte inferior es más débil que en las zonas más elevadas, lo que provocaría que los objetos subieran por su pendiente.
Es cierto que la gravedad no actúa uniformemente en todo el planeta. Por ejemplo, en zonas cercanas al ecuador terrestre, se experimenta una fuerza gravitatoria ligeramente más débil que en otras más alejadas.
Es cierto que la gravedad no actúa uniformemente en todo el planeta. Por ejemplo, en zonas cercanas al ecuador terrestre, se experimenta una fuerza gravitatoria ligeramente más débil que en otras más alejadas.
No obstante, también se ha señalado que “no existen regiones conocidas en las que se haya demostrado científicamente que la gravedad no actúa de la forma en la que supuestamente debería actuar.” Por lo tanto, la explicación de que las colinas antigravitatorias son el resultado de fuerzas gravitatorias diferentes en la cima y en la zona más baja de la pendiente quizás no sea verosímil después de todo.
Agua corriendo cuesta arriba por la pendiente de una colina antigravitatoria en Canadá.
Otras explicaciones: fenómenos paranormales e ilusiones ópticas
Como alternativa, algunos han recurrido a lo paranormal a fin de hallar una explicación al fenómeno de las colinas antigravitatorios. Hay por ejemplo una colina antigravitatoria en Lake Wales (Florida), de la que cuenta una leyenda que se libró en el pasado un terrible combate entre un caimán gigante y un jefe nativo americano.
En el lugar se formaron dos lagos, por los espíritus de ambos contendientes, y ésta fue la razón según la leyenda de que surgiera el fenómeno de esta colina antigravitatoria.
En el lugar se formaron dos lagos, por los espíritus de ambos contendientes, y ésta fue la razón según la leyenda de que surgiera el fenómeno de esta colina antigravitatoria.
Existen otras colinas antigravitatorias en cuya formación no se considera que hayan tomado parte fenómenos paranormales, aunque éstos se añaden al relato de todos modos, quizás para hacerlo más interesante.
En Pensilvania, por ejemplo, hay una colina antigravitatoria “Justo al lado de la Ruta 219 en Brandy Camp, Condado de Elk”, y que supuestamente está encantada por espíritus de caballos muertos.
En Pensilvania, por ejemplo, hay una colina antigravitatoria “Justo al lado de la Ruta 219 en Brandy Camp, Condado de Elk”, y que supuestamente está encantada por espíritus de caballos muertos.
Cartel indicador de Spook Hill
Otra explicación, quizás la más plausible, atribuye la existencia de colinas antigravitatorias a una ilusión óptica. Según esta teoría, la configuración del terreno y el entorno que lo rodea crean una ilusión óptica que nos hace creer que una pendiente descendente es en realidad ascendente.
Pese a todo, las colinas antigravitatorias continúan siendo a día de hoy motivo de sorpresa, ya que los efectos de esta ilusión óptica resultan bastante convincentes, incluso cuando se conocen de antemano.
Pese a todo, las colinas antigravitatorias continúan siendo a día de hoy motivo de sorpresa, ya que los efectos de esta ilusión óptica resultan bastante convincentes, incluso cuando se conocen de antemano.
Aparte de observarse de forma natural en las colinas antigravitatorias, esta ilusión óptica ha sido utilizada además en diversas atracciones turísticas conocidas por lo general como Mystery Spots,‘lugares misteriosos.’ En los Estados Unidos, estas atracciones se remontan a la época de la Gran Depresión.
Por lo general se cobra una módica entrada para acceder a estos ‘lugares misteriosos’, y habitualmente consisten en una construcción en la que las leyes de la gravedad parecen no existir. A fin de atraer más turistas, se cuentan muchas historias fantásticas acerca de estos lugares.
En Piercy, California, por ejemplo, existe una atracción conocida como Confusion Hill (‘Colina de la Confusión’). Sus propietarios afirman que allí tuvo su origen una criatura conocida como Chipalope, mitad ardilla (‘chipmunk’) mitad antílope. Según esta leyenda, una pareja de ardillas y una pareja de antílopes caminaban por los bosques, cuando de repente se transformaron en una pareja de chipalopes.
Confusion Hill, California.
De esta primera pareja de chipalopes, el macho, conocido como ‘Chester el Primero’, consiguió ser consciente de sí mismo y decidió ocultarse a los ojos de los humanos, apareciendo en Confusion Hill únicamente en la oscuridad de la noche o a primera hora de la mañana.
14 noviembre, 2018