De repente, todo el mundo habla de automatización, inteligencia artificial y aprendizaje automático como si fuera algo nuevo.
Cuando miras tu coche, teléfono, televisión o incluso los electrodomésticos de tu cocina, te das cuenta de que esta tecnología nos ha estado afectando durante bastante tiempo. Ahora imagina que de repente todos estos nuevos sistemas no funcionaron, entonces podemos comenzar a entender cómo esta tecnología ha cambiado nuestro mundo.
Los ingenieros han creado algoritmos muy inteligentes para muchas de las tecnologías comunes que usamos día a día. Algunos de estos algoritmos acumulan un conjunto de datos sobre cómo interactuamos con ellos para dar forma a esa interacción.
Cada vez que usamos Google, Facebook, Amazon o cualquier otro servicio de Internet, estamos interactuando con el aprendizaje automático y la inteligencia artificial.
Como hemos comentado antes, nuestros vehículos, teléfonos, termostatos, refrigeradores e incluso el software que utilizamos en el trabajo, contienen algoritmos “inteligentes”. Todo esto nos lleva a algo realmente inquietante: ¿estamos siendo testigos de un apocalipsis robótico?
Sin duda alguna se trata de una pregunta ampliamente debatida, pero en 2014 el gran Stephen Hawking advirtió que podría ser el peor error en la historia descartar la amenaza de la inteligencia artificial.
Y como no puede ser de otra manera, los científicos han vuelto a creerse dioses omnipotentes: Han creado lo que dicen son los primeros “robots vivos”, formas de vida completamente nuevas creadas a partir de células vivas.
“Xenobots”
Un equipo de investigadores ha cogido células de embriones de rana y las ha convertido en una máquina que puede programarse para funcionar como lo deseen. Es la primera vez que la humanidad ha podido crear “máquinas completamente biológicas desde cero”.
Según los científicos de la Universidad de Vermont, esta creación les permitiría insertar a los pequeños “xenobots” para transportar medicamentos en el interior del cuerpo de un paciente o limpiar la contaminación de los océanos. Según los científicos, también pueden curarse a sí mismos si están dañados.
“Estas son máquinas vivientes novedosas”, dice Joshua Bongard, el experto de la Universidad de Vermont que codirigió la nueva investigación, según recoge The Independent. “No son un robot tradicional ni una especie de animal conocida. Es una nueva clase de artefactos: un organismo vivo y programable.”
Las nuevas criaturas fueron diseñadas usando un superordenador y luego construidas por biólogos. Ahora podrían usarse para una variedad de propósitos diferentes.
“Podemos imaginar muchas aplicaciones útiles de estos robots vivos que otras máquinas no pueden hacer como buscar compuestos desagradables o contaminación radiactiva, recoger microplásticos en los océanos, viajar en arterias para raspar la placa”, dijo Michael Levin, quien dirige El Centro de Biología Regenerativa y del Desarrollo de la Universidad de Tufts, donde se crearon los xenobots.
El equipo describió el gran avance en un artículo publicado en la revista científica “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
¿Cómo crearon estos “pequeños monstruos”?
La humanidad ha estado cambiando la forma en que los organismos funcionan de alguna forma, tal vez desde hace tiempo. En los últimos años, ha habido grandes avances en esa disciplina, con la edición genética y la creación de organismos artificiales. Pero esta es la primera vez que una máquina completamente biológica ha sido completamente diseñada y creada por investigadores.
Comenzaron a hacerlo mediante el uso de un superordenador para crear miles de posibles diseños para las nuevas formas de vida.
Lo hicieron a través de una versión virtual de la evolución, configurando una tarea informática y calculando qué diseño podría funcionar mejor. Por ejemplo, si se le pidiera que creara un ser que se moviera en cierta dirección, probaría cientos de diferentes formas posibles de combinar celdas simuladas en diferentes formas que permitirían que la forma de vida lo hiciera.
Funcionó usando reglas sobre lo que podrían hacer las células simples que servirían como materiales, y al final dio a los científicos diseños teóricos para las formas de vida.
La segunda parte de la investigación consistió en convertir esos diseños en realidad. Cogieron células madre de los embriones de ranas africanas, las incubaron y luego usaron herramientas increíblemente pequeñas para cortarlas y ensamblarlas en el diseño que el ordenador había creado. Eso significaba que los científicos habían unido material orgánico real para crear una forma de vida que nunca antes se había visto en la naturaleza.
Después de que esto sucediera, las células comenzaron a trabajar juntas. Tal como lo sugirió el ordenador, los robots pudieron moverse por su cuenta, eventualmente lo hicieron de manera coherente y exploraron su entorno en cuestión de semanas. Pudieron trabajar para empujar los gránulos, organizándose espontáneamente y colectivamente, según los investigadores.
Y los científicos piensan que podrán crear versiones aún más complejas de los xenobots. Las simulaciones sugieren que debería ser posible diseñar los xenobots con una bolsa en su cuerpo que podría usarse para transportar un objeto, por ejemplo, administrando una droga mientras se desplazan a través del cuerpo.
El diseño de robots a partir de tales materiales vivos podría conducir a grandes cambios en la forma en que se utiliza la tecnología, o esto es lo que dicen los científicos.
Los xenobots pueden regenerarse y son completamente biodegradables cuando mueren. Además, pueden repararse a sí mismos. A diferencia de los materiales tradicionales, los robots se pueden cortar casi a la mitad y se volverán a unir.
El principio del fin
Pero después de crear tal “monstruosidad”, los investigadores admiten que existe el peligro de que tales desarrollos puedan aprovecharse de formas que ni siquiera entendemos, lo que lleva a consecuencias no deseadas.
Si los sistemas se vuelven lo suficientemente complejos, podría ser imposible para los humanos predecir cómo comenzarán a comportarse.
Si los sistemas se vuelven lo suficientemente complejos, podría ser imposible para los humanos predecir cómo comenzarán a comportarse.
“Si la humanidad va a sobrevivir en el futuro, necesitamos comprender mejor cómo las propiedades complejas, de alguna manera, emergen de reglas simples”, dijo Levin en una declaración. “Este estudio es una contribución directa para controlar lo que la gente teme, lo cual son consecuencias no deseadas.”
Es curiosos, primero crear el monstruo y luego nos dicen los peligros que podría provocar. Como siempre, los científicos quieren ser dioses, y tal como dijo Elon Musk, con la inteligencia artificial estamos invocando al demonio, con la capacidad de destruir a la humanidad.
¿Qué te parece esta nueva creación científica? ¿Se trata de un avance o el principio del fin de la humanidad tal como la conocemos?
Por MEP
Publicado el 14/01/2020