El coronavirus ha creado un caos social totalmente eclipsado con la parálisis general en sectores como la economía o la educación.
La censura en Internet se ha multiplicado bajo el argumento de evitar la difusión de informaciones falsas, por lo que la mordaza digital parece haber impedido no sólo las diferentes hipótesis al respecto, sino el hecho de investigar todo lo que podría estar relacionado con el COVID19.
Ejemplo de ello es el caso de YouTube, que borrará los vídeos que relacionan la tecnología 5G con el protagonista de la actual pandemia, pese a que ha sido denunciado públicamente por diversos comunicadores y jefes de proyectos, así como alguna que otra estrella de cine.
Es más, resultó innegable el hecho de que varios británicos incendiaron las torres 5G “al encontrar relación con las zonas de propagación del coronavirus”.
Incluso hay internautas que se pronuncian al respecto y niegan que el COVID19 sea un virus, sino más bien un exosoma influido por la contaminación electromagnética: “es la contaminación (chemtrails, glofosato, aditivos tóxicos en alimentos, medicamentos y vacunas -…-) y sobre todo la contaminación electromagnética (celulares, wifi etc) que es el elemento clave pues se encarga de transmitirlo por la atmósfera, disminuyendo el pH del cuerpo y así debilitar el sistema inmune”.
En redes sociales como twitter, otros usuarios continúan con el hilo digital: “El exosoma es lo que detecta la PCR. La enfermedad es la gripe/neumonía de toda la vida, esa que mata a 650.000/año según la OMS. Por eso tiene síntomas idénticos. Nos la han metido doblada” explican, adjuntando imágenes.
Pese a la existencia de una conocida ‘policía del pensamiento’, son muchos los usuarios que se preguntan cuántos fallecidos hay en este mismo período “por gripe, neumonía, ataques al corazón o patologías previas”, pues consideran que son superiores a las causadas por el COVID19: “Si no hay test, ni test fiables, ni se atiende a ancianos con patologías previas etc, se está colocando a todo cadáver la etiqueta del coronavirus.
Es una estafa evidente”. Más adelante, esta misma reflexión explica que “no hay modo de saber de qué mueren porque [precisamente] no hay test, ni autopsias ni entierros. Los queman a full. Están cometiendo un genocidio eugenésico de pensionistas”, considerando de esta forma que las cifras recogidas sobre las víctimas e infectados por coronavirus son un engaño.
Al margen de hasta cuándo se alargará este confinamiento –aunque se pronosticó de un mes de duración, ahora la UE “desaconseja reservar ya las vacaciones de verano para julio y agosto”-, y yendo más allá en este análisis de la situación, la teoría de que el Gobierno favorece una eutanasia para la tercera edad habría sido realizada incluso por Vox, obligando así al PSOE a valorar la posibilidad de llevar al partido ante los tribunales debido a estas acusaciones.
BILL GATES: INYECCIÓN AL SUCULENTO NEGOCIO DE LA SALUD
No dejarían indiferentes las intervenciones de Bill Gates (atacado por los ciudadanos en redes sociales como Instagram) ante la situación mundial, anunciando que “la fase 2 de la pandemia consiste en diseminar un virus parecido a la viruela que matará al 30% de la población” y adelantándose ante esta crisis años atrás, como hizo durante la charla TED -durante la cual aportó soluciones-, compartiendo también, según otros periódicos, una advertencia al tenista español Nadal sobre el descontrol inminente por parte de los países de cara al futuro.
Por otro lado, precisamente en España se ha implementado la geolocalización a través de aplicaciones móviles para “proteger la salud y seguridad de los ciudadanos, contener la progresión de la enfermedad y reforzar el sistema de salud pública”, algo que estaría relacionado con la identificación digital ID2020, considerado como “el terrorífico plan de Bill Gates para controlar a la humanidad”:
“Lo realmente preocupante es que la patente de este virus pertenece nada menos que a Bill Gates. […] Bill Gates predijo una gran pandemia no porque sea adivino, sino porque fabrica vacunas, transgénicos y agroquímicos.
Además, su fundación aporta miles de millones a la Organización Mundial de la Salud, con lo cual tiene capacidad de decisión sobre qué medicamentos se aprueban y cuáles se rechazan o retrasan”. A su vez, se ha considerado un proyecto parte de la “gobernanza mundial que, de aplicarse, desplegaría lo que algunos analistas han descrito como un ‘Estado policial global pues, a través de un programa de vacunación lograría hacerse de los datos personales de varios miles de millones de personas en todo el mundo”.
El señor Gates ha estado en el punto de mira estas últimas semanas. Saber de él que resultaría el mayor financiador privado de la OMS con sus donaciones de hasta dos mil millones de dólares o que costea, -según periódicos- a la sanidad de EEUU y China simultáneamente, hace pensar que sus acciones resultarían una pieza clave en un nuevo plan orquestado por poderosos grupos.
Al menos, así lo dejan entrever los propios estadounidenses en vídeos como este, que califica al “COV-2” como “virus de laboratorio”.
De esta forma el programa mundial de vacunación resulta imperante y nada descabellado para las altas esferas, pues así se anunció en Davos, concretamente en el Foro Económico Mundial -del 21 a 24 de enero.- apenas 2 semanas después de que las autoridades chinas identificaran el coronavirus el 7 de enero: “CEPI busca ejercer de ‘monopolio’ en el negocio de la vacunación cuyo objetivo es un ‘proyecto de vacuna global’, en asociación con un gran número de ‘candidatos’.
Anunció financiamiento para su asociación con Inovio y la Universidad de Queensland (Australia). Además, confirmó la CEPI (enero 23) un contrato con Moderna, Inc. y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID, por sus siglas en inglés), dirigido por el Dr. Anthony Fauci, quien ha sido fundamental en la campaña de miedo y pánico en todo Estados Unidos, alegando que es diez veces peor que la gripe estacional”.
En el caso de la CEPI, el rol central resultaría más que evidente debido a sus últimos movimientos, ya que se encuentra tratando con varias compañías farmacéuticas de forma simultánea según fuentes, pensando así que existen muchas probabilidades de que se implante la vacuna del COVID19 en EEUU.
Esto nos hace recordar el evento 201, catalogado como un “ejercicio de simulación” ante la pandemia.
Al fin y al cabo, “la CEPI (en nombre de Gates-WEF, que financió el ejercicio de simulación) actualmente desempeña un papel clave en un programa de vacunación a gran escala (¿global?) en asociación con empresas de biotecnología, Big Pharma, agencias gubernamentales y laboratorios universitarios”:
“Estamos teniendo conversaciones con una amplia gama de socios potenciales” dijo Richard Hatchett, director ejecutivo de la CEPI en una entrevista con stat.news.com: “Lo crítico de estas conversaciones es:
¿Cuál es el plan para producir cantidades muy grandes de vacuna dentro de un período de tiempo potencialmente relevante para algo de lo que las personas parecen estar cada vez más seguras será una pandemia, si todavía no existe?”
ESPAÑA: PROBAR LA VACUNA SERÍA CUESTIÓN DE DÍAS
Desde la universidad británica de Oxford, un grupo de científicos ha anunciado que “confían en comenzar test en humanos de una potencial vacuna contra el coronavirus la semana que viene” garantizando su uso en otoño si los resultados son favorables y, por supuesto, incluyendo a España; desde ‘Daily Mail’ afirman que la prueba en animales ha sido exitosa.
Aun con todo, esta no sería la única alternativa: en el caso de China, se han comenzado los ensayos clínicos de dos posibles vacunas, consideradas inactivadas: una de ellas desarrollada por el Instituto de Virología de Wuhan junto a la empresa Sinopharm, y la otra, proveniente de un grupo empresarial encabezado por la firma Sinovac Research & Development.
Son muchas las preguntas que se agolpan en nuestra mente tras reparar en estas investigaciones: ¿Podemos confiar en la OMS? ¿Y en los grupos de interés que colaboran con ella? ¿Este proyecto de vacunación es profesional y seguro para la población?
¿Y qué hay de los medios de comunicación, realmente exponen una información objetiva y debidamente contrastada… O sería necesaria una purga?