(Por ActualidadRT).- Ante la amenaza de un gran apagón de la comunicación satelital que podría producirse en 2013 tras un severo fenómeno denominado ‘el máximo solar’, la Nasa asegura que su mecanismo de alerta temprana informará a la humanidad de una amenaza existente para la Tierra.
Una vez cada 11 años el Sol emite una irradiación mucho más potente de lo normal y se dan erupciones solares violentas más a menudo, provocando bombardeos intensos de nuestro planeta por los rayos cósmicos. ACE (por sus siglas en inglés, de Advanced Composition Explorer), un satélite de la Nasa de 596 kilos de peso que orbita la Tierra a una altura de unos 1,5 millones de kilómetros, está equipado con instrumentos científicos destinados a analizar la composición química e isotópica de los rayos cósmicos intergalácticos, el viento solar y la materia interestelar, en un intento de esclarecer su origen.
Empezó su misión espacial en 1997 y, según la Agencia, sigue en una buena condición física: tiene combustible para operar hasta 2024. En caso de producirse una tormenta solar de gran magnitud o una eyección de masa coronal (una onda hecha de radiación y viento solar que se desprende del Sol en estos periodos de actividad máxima cada 11 años), ACE emite una señal de alerta temprana.
Dependiendo de la velocidad del viento solar, la alerta puede ‘sonar’ entre 20 minutos y 1 hora antes del impacto. Por más ‘insignificante’ que parezca este intervalo del tiempo, C. Alex Young, director asociado científico del Departamento de Heliofísica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa, asegura que es un período suficiente para que, por ejemplo, los astronautas que están en el espacio abierto puedan volver a la seguridad relativa de sus naves o para avisar a los operadores de las redes eléctricas de que los sistemas se verán sobrecargados.
La mayor tormenta geomagnética en la historia de la humanidad relacionada con el ‘máximo solar’ ocurrió en 1859. En aquel entonces, la llamarada de energía solar provocó un apagón y una aurora boreal visible hasta el Caribe, hasta el punto de que los habitantes de las Montañas Rocosas se despertaron pensando que había amanecido.
Un nuevo bombardeo intenso de la Tierra por los rayos cósmicos podría destruir la mayor parte de los avances tecnológicos de nuestra civilización, incluyendo la comunicación satelital y la mayoría de los dispositivos electrónicos. Actualmente, la Agencia Espacial Europea está desarrollando una red mundial de estaciones de monitoreo para analizar los efectos del ‘máximo solar’ en la Tierra y sus consecuencias.
Fuente: http://www.srradio.com.ec/?p=15063
Una vez cada 11 años el Sol emite una irradiación mucho más potente de lo normal y se dan erupciones solares violentas más a menudo, provocando bombardeos intensos de nuestro planeta por los rayos cósmicos. ACE (por sus siglas en inglés, de Advanced Composition Explorer), un satélite de la Nasa de 596 kilos de peso que orbita la Tierra a una altura de unos 1,5 millones de kilómetros, está equipado con instrumentos científicos destinados a analizar la composición química e isotópica de los rayos cósmicos intergalácticos, el viento solar y la materia interestelar, en un intento de esclarecer su origen.
Empezó su misión espacial en 1997 y, según la Agencia, sigue en una buena condición física: tiene combustible para operar hasta 2024. En caso de producirse una tormenta solar de gran magnitud o una eyección de masa coronal (una onda hecha de radiación y viento solar que se desprende del Sol en estos periodos de actividad máxima cada 11 años), ACE emite una señal de alerta temprana.
Dependiendo de la velocidad del viento solar, la alerta puede ‘sonar’ entre 20 minutos y 1 hora antes del impacto. Por más ‘insignificante’ que parezca este intervalo del tiempo, C. Alex Young, director asociado científico del Departamento de Heliofísica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa, asegura que es un período suficiente para que, por ejemplo, los astronautas que están en el espacio abierto puedan volver a la seguridad relativa de sus naves o para avisar a los operadores de las redes eléctricas de que los sistemas se verán sobrecargados.
La mayor tormenta geomagnética en la historia de la humanidad relacionada con el ‘máximo solar’ ocurrió en 1859. En aquel entonces, la llamarada de energía solar provocó un apagón y una aurora boreal visible hasta el Caribe, hasta el punto de que los habitantes de las Montañas Rocosas se despertaron pensando que había amanecido.
Un nuevo bombardeo intenso de la Tierra por los rayos cósmicos podría destruir la mayor parte de los avances tecnológicos de nuestra civilización, incluyendo la comunicación satelital y la mayoría de los dispositivos electrónicos. Actualmente, la Agencia Espacial Europea está desarrollando una red mundial de estaciones de monitoreo para analizar los efectos del ‘máximo solar’ en la Tierra y sus consecuencias.
Fuente: http://www.srradio.com.ec/?p=15063