Un servicio de inteligencia al que se le ha dado rienda suelta para cometer "delitos graves" en su propio país es un servicio de inteligencia que es enemigo de su pueblo.
La sorprendente revelación de que el servicio de inteligencia británico, el MI5, ha disfrutado de tal libertad durante décadas acaba de hacerse pública en un tribunal especial en Londres, creado para investigar a los servicios de inteligencia del país a instancias de una coalición de grupos de derechos humanos, que alegan la existencia de un patrón de ilegalidad que incluye la confabulación en el asesinato.
La política hasta ahora encubierta del MI5 de autorizar a sus agentes a cometer y/o solicitar delitos graves, cuando se juzga oportuno, se conoce como la Tercera Dirección.
Este nombre en clave ha sido creado, al parecer, por alguien con una afición por todo lo que tenga que ver con James Bond, dentro de una agencia cuyo funcionario promedio tiene más probabilidades de medir 1,70 m y de ser calvo con panza y dientes feos, que un 007 de quijada cuadrada.
El Pat Finucane Centre, uno de los grupos de derechos humanos mencionados antes que participaron en la realización de esta investigación del tribunal (el Tribunal de Facultades de Investigación, por su nombre dominical) sobre las nefastas actividades de la agencia de inteligencia británica, emitió una declaración condenatoria en respuesta a la revelación adicional de que el ex Primer Ministro David Cameron introdujo directrices de supervisión con respecto a la política de tercera dirección encubierta del MI5 ya en el 2012.
Según el grupo, la decisión de Cameron dista mucho de haber sido noble:
"No puede ser una coincidencia que el Primer Ministro David Cameron emitiera nuevas directrices, aunque defectuosas, sobre la supervisión del MI5 justo dos semanas antes de la publicación del informe De Silva sobre el asesinato de Pat Finucane.
El Primer Ministro estaba claramente atento a las alarmantes pruebas que estaban a punto de surgir de la participación del Servicio de Seguridad en el asesinato. Hasta la fecha, nadie dentro de una agencia estatal ha sido responsabilizado.
Las últimas revelaciones hacen que las razones en favor de una investigación independiente sean aún más convincentes".Pat Finucane, un católico de Belfast, ejerció su profesión como abogado especializado en derechos humanos, en un momento en que se denegaba el derecho a ser plenamente humanos a la comunidad católica minoritaria del pequeño y duradero puesto de avanzada del colonialismo británico en el rincón noreste de Irlanda, también conocido como Irlanda del Norte.
Fue asesinado por paramilitares lealistas en 1989, cuando el conflicto de décadas, eufemísticamente conocido como "Los Problemas", seguía al rojo vivo, cobrándose víctimas inocentes, y no de todos los bandos.
A diferencia de la gran mayoría de las muertes y los asesinatos durante este conflicto brutal, el asesinato de Finucane desencadenó una larga y reñida lucha en pos de la justicia por parte de los familiares, amigos y activistas que sobrevivieron. Ellos alegan (muy convincentemente, cabe decir) que la operación se llevó a cabo con la connivencia activa del MI5.
Si damos un paso atrás y ampliamos la perspectiva sobre este terreno, constataremos que las actividades criminales de los servicios de inteligencia británicos conforman un material más que suficiente para un libro de considerable tamaño. Es una gran fortuna que ya se haya escrito un libro así.
En su libro Dead Men Talking: Collusion, Cover Up and Murder in Northern Ireland's Dirty War ("Hablan los muertos: La confabulación, el encubrimiento y el asesinato en la guerra sucia de Irlanda del Norte"), el autor Nicholas Davies...
"... proporciona información sobre varios de los asesinatos [durante Los Problemas], que fueron autorizados al más alto nivel del MI5 y del gobierno británico."Pero más allá de los crímenes del MI5 en Irlanda, ¿qué más han hecho esos valientes defensores del reino a lo largo de los años?
Después de todo, ¿de qué sirve tener una licencia para participar en actividades criminales graves, incluyendo el asesinato y, presuntamente, la tortura, si no uno no está dispuesto a hacer uso (o abusar) de ella? Surge la pregunta de cuántas muertes de alto perfil atribuidas al suicidio, causas naturales y accidentes a lo largo de los años han sido frutos de la actividad del MI5.
¿Y qué hay de la posibilidad de que el MI5 esté involucrado en, si acaso osamos usar el término, operaciones de bandera falsa?
Como alguien que aborrece la premisa de las teorías de la conspiración por principio, el hecho de que cada vez más gente las esté adoptando como un reflejo intelectual contrario a lo que se describe cortésmente como la "narración oficial" de los acontecimientos... bueno, no es de extrañar cuando nos enteramos de las atroces maquinaciones de las agencias de inteligencia occidentales, como el MI5 de Gran Bretaña.
Lo que hemos de afirmar, sin temor a la contradicción, es que esta revelación en particular abre una verdadera caja de Pandora de sombrías posibilidades con respecto a los potenciales crímenes cometidos por la agencia de inteligencia británica; lo que implica que ahora es necesario y urgente llevar a cabo una investigación exhaustiva y vigorosa, así como una indagación pública.
Sin embargo, para que una investigación de este tipo se tome en serio, debe incluir en sus competencias el poder de investigar todos los posibles vínculos entre la comunidad de inteligencia británica y organizaciones como, veamos, ¿el Grupo Islámico Libio de Combate (GILC)?
El silencio ensordecedor de los principales medios de comunicación y de la clase política del Reino Unido sobre el rastro que conecta al atacante suicida de la Arena de Manchester en 2017, Salman Abedi, con el MI6, la agencia de inteligencia de asuntos exteriores de Gran Bretaña, deja un hedor a intriga que persiste. El trabajo del periodista de investigación Mark Curtis sobre esta sórdida relación es insuperable.
Como escribe Curtis,
"La evidencia sugiere que el salvaje atentado de Manchester, que mató a 22 personas inocentes el 22 de mayo, es un caso de revés contra los ciudadanos británicos que surge, al menos en parte, de las acciones abiertas y encubiertas de los gobiernos británicos".En el mismo informe él llega a una conclusión irrecusable y escalofriante:
"Las pruebas apuntan a que el GILC es visto por el Reino Unido como una milicia subsidiaria para promover sus objetivos de política exterior. Whitehall también consideraba a Qatar como un intermediario para proporcionar soldados sobre el terreno en Libia en 2011, incluso cuando otorgaba poder a los grupos islamistas radicales".Finalmente:
"Tanto David Cameron, entonces Primer Ministro, como Theresa May, que fue Ministra del Interior en 2011 cuando se alentó a los radicales libios a luchar contra Qadafi [Muammar Gaddafi], evidentemente tienen serias preguntas que responder. Creemos que se necesita urgentemente una investigación pública independiente".
Comentario: Es incluso más "extraño" que eso: el chico al que señalaron como el ''terrorista suicida'' (quien lo más probable es que haya sido un chivo expiatorio al que seguramente se le dijo que estuviera allí en un momento dado, cuando se detonó a distancia una bomba colocada de antemano) fue recogido un par de años antes del ataque de Manchester por un buque de guerra británico en el Mediterráneo, en una embarcación de "refugiados" que estaban huyendo.
En palabras que nos llegan desde la antigua Roma, el poeta Juvenal se burla de nuestra complacencia con una pregunta muy sencilla y pertinente: "Quis custodiet ipsos custodies?" ¿Quién vigilará a los mismos vigilantes?
Edward R. Murrow lo dice más claramente: "Una nación de ovejas engendrará un gobierno de lobos".
Tarde o temprano, la gente en Gran Bretaña tendrá que darse cuenta de quién es el verdadero enemigo.
John Wight
lun, 08 oct 2018 20:38 UTC
https://es.sott.net/article/62755-Asesinatos-banderas-falsas-y-una-taza-de-te-Las-agencias-de-inteligencia-britanicas-y-La-Tercera-Direccion