martes, 3 de septiembre de 2019

Investigadores de Harvard advierten de un Inminente Megaterremoto en Los Ángeles


Si hace tiempo nos sigues, sabrás que se acerca el Big One: un poderoso terremoto de hasta ocho grados que podría destruir todo el estado de California. La energía se ha estado acumulando a lo largo de la falla de San Andrés durante más de un siglo.

 Nadie sabe exactamente cuándo o dónde, pero ese día esa energía se desatará. Podría golpear el corazón de San Francisco, devastado por “uno grande” en 1906. O tal vez desgarrará el sur de California como el terremoto de magnitud 7.9 que se produjo en 1857 y destruyó unos 360 kilómetros de la falla de San Andrés.





Es difícil predecir exactamente qué tan difícil será el próximo Big One, aunque los expertos en la materia dijeron que no sería como en las películas: las ciudades no se derrumbarán y los tsunamis probablemente no se extenderán por California.

 Pero tal vez el Big One no es peor enemigo para la Costa Oeste de los Estados Unidos. Los científicos predicen que un terremoto mortal de grandes proporciones arrasará California en cualquier momento.

Inminente catástrofe

Investigadores de la Universidad de Harvard dicen que una nueva línea de falla oculta y redescubierta está a punto de conectarse a una red de fallas, provocando un terrible terremoto de magnitud 7.4 en California.

Los científicos creían que la línea de falla de Wilmington, que se extiende 20 kilómetros bajo el sur de Los Ángeles hacia la Bahía de San Pedro, estaba inactiva durante millones de años.

Ahora han detectado el movimiento del “gigante dormido” por primera vez y creen que tiene el potencial de provocar un gran desastre. 

La investigación, publicada en el Boletín de la Sociedad Sismológica de América, dice que la línea de falla de movimiento de empuje ha estado activa mucho más recientemente de lo que se estimó por primera vez.

“Espero que llamar la atención sobre esto pueda aumentar la seguridad en la región”, dijo Franklin Wolfe, autor del estudio.

Si se activa, la dirección de empuje ascendente de la falla se considera particularmente devastadora para la infraestructura y los edificios, similar al terremoto de 6.7 en Northridge, el cual provocó más de 60 muertes y miles de heridos en 1994. Además de eso, la falla de Wilmington se encuentra entre dos puertos importantes del Pacífico.

El equipo descubrió que la falla de Wilmington se mueve un promedio de 0.16 mm por año, lo que probablemente desencadena un terremoto cada 4.000 años.

 A parte, se estima que la falla más conocida de San Andrés, que se extiende 1200 kilómetros, se mueve entre 30 y 50 mm al año, con el riesgo de un terremoto cada cien años.





Pero si los dos se conectan a través de una red entrecruzada de líneas de falla, podría causar un megaterremoto, como el famoso terremoto de San Francisco de 1906 que sacudió con una magnitud de 7.9, con más de 3.000 muertes.

“Resolver dónde tenemos estas fallas activas furtivas es un desafío”, explicó la experta en semiología Kate Scharer, del Servicio Geológico de EE.UU., al National Geographic. “Esta cosa es el caballo más lento en la pista de carreras.

La fiesta termina y todos se van a casa antes de que vuelvan a los establos, pero eso no significa que no regresen.”

Los científicos creen que se puede eliminar del 10 al 30 por ciento del impacto de un terremoto al advertir a las personas cuando se acerca el temblor. 

Siguen buscando la forma de predecir terremotos. 

Detectan las llamadas “correlaciones débiles” para indicar pequeños cambios peligrosos, pero no se sabe qué tan grande será un terremoto, incluso cuando ya ha comenzado. 

Con los sistemas de alerta temprana, las personas pueden agacharse, cubrirse y sostenerse más rápido, las fábricas pueden cambiar su maquinaria para hacerlas más seguras, o las compañías pueden ajustar sus programas para que no haya interrupciones en los mercados financieros.





Es cierto que los investigadores intentan minimizar los efectos de los eventos sísmicos, pero ante un megaterromoto provocado por la falla de Wilmington no hay nada que se puede hacer. Y cuando ocurra, millones de personas perderán sus vidas. Pero lo peor de todo es que esta catástrofe podría ser el preludio del verdadero apocalipsis en la Tierra.


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