Gracias a la nanotecnología, investigadores de Stanford
desarrollan un tejido sintético capaz de regenarse a sí mismo, conducir
electricidad y sensible al tacto, que posiblemente se utilice en
prótesis de miembros humanos.
Las
promesas de la biotecnología son muchas y muy ambiciosas, algunas de
ellas enfocadas en la sustitución de tejidos que por alguna razón
trágica —accidentes, enfermedades, etc.— quedan dañados y, hasta ahora,
sin posibilidad de cura. Por otro lado, una tendencia paralela es
mejorar por vía del desarrollo científico las capacidades corporales del
ser humano, extenderlas más allá de sus límites y crear una especie en
que la materia orgánica y la cibernética se unan simbióticamente para
conseguir habilidades impensadas.
Este es un poco el caso de una nueva
piel desarrollada por investigadores de la Universidad de Stanford,
quienes desarrollaron un tejido flexible, resistente al agua, capaz de
regenerarse a sí mismo, conducir electricidad y, además de todo,
sensible al tacto.
Se trata de un polímero combinado con
piel que utiliza enlaces de hidrógeno, los cuales se rompen y se
reforman fácil y reversiblemente, conectándose con sus propias
moléculas, gracias a lo cual la superficie puede rasgarse con una navaja
y sin embargo restituirse a temperatura ambiente. Asimismo, añadiendo
partículas de níquel, se consiguió su capacidad conductora de
electricidad. La posibilidad del tacto se obtuvo en la respuesta a la
presión que provoca la resistencia a la conducción eléctrica.
Los investigadores —Benjamin C-K. Tee,
Chao Wang, Ranulfo Allen y Zhenan Bao— esperan que eventualmente este
nueva piel pueda utilizarse en prótesis de miembros humanos, aunque, en
lo inmediato, parece que servirá para mejorar dispositivos electrónicos
que trabajan conjuntamente con la piel, como los monitores portátiles de
frecuencia cardiaca.
Fuente: http://pijamasurf.com/2012/11/investigadores-desarrollan-nano-piel-capaz-de-regenerarse-a-si-misma/
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