En el año 1994, la arqueóloga mexicana Fanny López protagonizó uno de los descubrimientos más importantes de su carrera. Aquel año, mientras estudiaba junto a sus colegas el interior del Templo XIII de la antigua ciudad maya de Palenque, se topó con un imponente sarcófago de 2,40 por 1,20 metros. En su interior esperaba una espectacular y valiosa sorpresa: el esqueleto –tintado de un vivo color rojo– de una mujer que murió hace aproximadamente 1.300 años.
El hecho de que los restos óseos estuvieran en el interior de un sarcófago y cubiertos por cinabrio –la presencia de este mineral explica el llamativo color rojo del esqueleto, origen del apodo de ‘Reina Roja’–, así como el hallazgo de un valioso ajuar y de otros dos esqueletos en la tumba, hizo pensar a los arqueólogos que aquella mujer debió ser una dama importante en su tiempo. Por desgracia, la ausencia de inscripciones en el sarcófago ha mantenido durante años el misterio sobre la identidad de la mujer.
Durante mucho tiempo se barajaron diversas posibilidades para tratar de identificar a la ‘Reina Roja’, todas ellas vinculadas con altos dignatarios de la antigua ciudad maya. En los últimos años, sin embargo, ha ido cobrando cada vez más fuerza la hipótesis de que podría tratarse de Tz’akbu Ajaw, la esposa del poderoso Pakal el Grande y abuela del último mandatario maya. Aunque hasta la fecha se han realizado numerosos estudios científicos sobre los restos óseos, hace apenas unos días se dio a conocer la realización de un nuevo análisisque podría ayudar a confirmar la identidad de la ‘Reina Roja’.
Un equipo conjunto del Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma Metropolitana de México han puesto en marcha una nueva iniciativa durante la que se examinarán muestras de ADN intactas extraídas de fibras de colágeno de una de las vértebras del famoso esqueleto. Tanto Lourdes Muñoz, del Instituto Politécnico como Javiera Cervini, experta en geoquímica de la universidad mexicana, destacaron el magnífico estado de conservación de las fibras de colágeno, lo que ha permitido la extracción de una muestra clara de ADN.
El análisis permitirá datar los restos óseos de una forma mucho más precisa y ofrecerá a los arqueólogos e historiadores otros datos de interés. Y, quién sabe, quizá en un futuro próximo sirvan para confirmar definitivamente que la ‘Reina Roja’ fue, en efecto, la esposa del gran Pakal.
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