El país representa tan solo el 0,2% del PIB de la eurozona
El rescate supondrá aproximadamente la mitad del préstamo a Bankia
El rechazo del Parlamento de Chipre a la tasa sobre los depósitos bancarios impuesta por la eurozona a Chipre va a dificultar todavía más deshacer el entuerto creado por una pésima gestión del Eurogrupo -algunos ministros han reconocido su equivocación- y las excepcionales características del país en cuestión.
El país, que adoptó el euro en 2008, representa tan solo el 0,2% del PIB de la eurozona (el valor de su economía es de unos 17.000 millones de euros) y el coste financiero de su rescate será aproximadamente la mitad del préstamo que ha recibido Bankia. Y, sin embargo, el problema se ha enquistado de tal manera que lo que ahora está en riesgo es el proyecto mismo del euro.
Los bancos seguirán cerrados
Para empezar, el efecto más inmediato que va a tener el 'No' de la cámara baja es que las entidades financieras del país tendrán que seguir cerrados para evitar una fuga masiva de dinero. La economía corre riesgo de quedarse sin efectivo, lo cual puede ser un serio inconveniente para adquirir determinados bienes.
Fuentes europeas afirman que las entidades tendrán que permanecer cerradas hasta que se adopte una decisión sobre el impuesto al ahorro, ya que si no cualquier ahorrador aprovechará la primera oportunidad que tenga para retirar su dinero y escapar de esta tasa.
Chipre debe aceptar el acuerdo
El Eurogrupo tampoco va a dar ningún paso adicional hasta que el Parlamento de Chipre dé luz verde al acuerdo político que se llegó en la madrugada del sábado y que incluye una serie de medidas destinadas a lograr una recaudación fiscal de 7.000 millones de euros. El impuesto sobre los ahorros es la medida principal, ya que aportará 5.800 millones, pero hay otras condiciones, como aumentar el impuesto de Sociedades hasta el 12,5%, privatizar compañías públicas e imponer pérdidas a los acreedores de deuda subordinada. El martes, tras el voto en contra de la cámara baja chipriota, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, reiteró su intención de "prestar ayuda" al país pero mantuvo las condiciones anunciadas en las reuniones anteriores.
¿Por qué es necesaria la tasa a los depósitos?
Para sanear la industria bancaria de Chipre, afectada por la quita a la deuda griega y que es cinco veces más grande que la economía del país, hacen falta 17.000 millones de euros, una cantidad equivalente al PIB chipriota. A pesar de que en términos absolutos no es una cantidad demasiado alta, la eurozona y el FMI no pueden prestar ese dinero porque dispararía la deuda pública hasta el 193%, un nivel completamente insostenible.
Así que se hace necesario buscar una fórmula para que el Gobierno chipriota aumente considerablemente su recaudación fiscal y costee parte de la recapitalización bancaria, ya que el Eurogrupo y el FMI han dicho que no prestarán más de 10.000 millones de euros.
¿Qué opciones tiene el Gobierno?
La primera es seguir intentando llegar a un acuerdo con la oposición para sacar adelante una tasa sobre los depósitos, preferiblemente sobre aquellos superiores a los 100.000 euros, que recaude los 5.800 millones previstos.
Hay otras opciones que apuntan en el 'think tank' Open Europe, como una tasa sobre las transacciones financieras o, más controvertida aún, congelar los depósitos y convertirlos en deuda con vencimientos a largo plazo. La primera opción tendría un efecto recaudatorio insuficiente. La segunda es si cabe más polémica que el impuesto sobre el ahorro. En realidad el problema no viene por la falta de alternativas, sino por una cuestión de voluntad política.
Alemania, Finlandia y Holanda, principalmente, van a tener difícil aprobar en sus parlamentos un acuerdo que no implique un reparto de la carga y una penalización a los bancos chipriotas y sus ahorradores, dado que muchos de ellos proceden de Rusia y han utilizado el sistema financiero de Chipre para blanquear su dinero y ponerlo en circulación dentro del mercado europeo.
Precisamente en Rusia puede estar la solución más factible en estos momentos. El ministro de Finanzas chipriota, Michael Sarris, está en Moscú negociando con el Gobierno Rusia una extensión del préstamo que le concedió en 2011 por importe de 2.500 millones de euros. El presidente del país, Nicos Anastasiades, declaró el martes que si el Parlamento votaba en contra del acuerdo con el Eurogrupo, tenía "otros planes", que pueden ser buscar en Rusia el dinero adicional que falta a cambio de no poner un depósito sobre las grandes fortunas que supondría la pérdida de grandes cantidades de dinero de magnates rusos.
¿Y si no llega otro acuerdo?
Si Chipre y el Eurogrupo no encuentran una fórmula, el país no recibirá la ayuda para recapitalizar sus bancos, el BCE dejará de proveerles de liquidez y el sistema financiero colapsará. El Estado tampoco podrá hacer frente a sus vencimientos de deuda y suspenderá pagos ante sus acreedores internacionales.
Una situación como ésta, que ha estado a punto de suceder en la vecina Grecia, llevaría directamente a la salida del euro de Chipre, acabando así con ese discurso que tanto ha usado el Gobierno español de que "el euro es irreversible". A partir de ahí, las consecuencias para el resto de países, especialmente los periféricos, son impredecibles. Pero ninguna buena
Javier G. Gallego (corresponsal) | Bruselas
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/19/economia/1363722196.html
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