Hace unos 2,400 años, Platón transmitió la historia de la Atlántida en dos de sus libros (Timeo y Critias), a como se le fue descrito a él por su abuelo Solón. El conocimiento de Solón sobre el tema llegó a través de los sacerdotes de Egipto.
El sacerdote dijo que la Atlántida estaba situada fuera de las Columnas de Hércules, que era el nombre de las rocas de Gibraltar en la antigüedad. Esto pone a la Atlántida en algún lugar en el Atlántico, lo que podría suponerse que es el nombre del océano que rodea a la Atlántida.
Ahora, un avance rápido hasta la actualidad. Los recientes avances en la comprensión de la genética humana han arrojado una nueva luz sobre los orígenes y la llegada de los Americanos Nativos de América del Norte.
Todos hemos oído hablar de los indigenas que llegaron desde el oeste. Varios grupos de personas cruzaron el Estrecho de Bering durante la última glaciación, cuando el nivel del mar era mucho menor de lo que es hoy en día. Estas personas viajaban a lo largo de un corredor entre los glaciares que pasan a través de lo que hoy es Canadá entrando a EUA a medida que el hielo se iba derritiendo, se estableció la mitad occidental del continente de América del Norte e hizo su camino a América del Sur. Ese escenario está bien documentado y aceptado.
Sin embargo, hallazgos recientes de un grupo no relacionado con los primeros Norteamericanos han desconcertado a los científicos. Conocido como el pueblo pre-Clovis, los cuales se cree que llegaron hace unos 18,000 años. Milenios antes de la gente que vino a este país desde el oeste, este otro grupo llegó a la costa este. La diferencia es que ellos no tenían un puente para cruzar a pie. Sus artefactos difieren significativamente a los de los primeros colonos del oeste. Las puntas de sus flecha, en particular, son muy diferentes. Las puntas de las flechas de los Clovis son hechas de una sola pieza de piedra, mientras que las de los occidentales están hechas de hueso con lascas de pedernal en su margen. Las dos tecnologías son muy diferentes una de la otra.
Una tecnología similar se ha descubierto en Francia. Las puntas de las flechas son un poco diferentes, pero llevan la distintiva "muesca Clovi". Las pequeñas diferencias entre ellas se puede atribuir a nada más que a las preferencias en gusto de los fabricantes de las herramientas. Una de las razones de porque los científicos están tan desconcertados por la gente Clovis, es que simplemente no puede envolver su mente alrededor de la idea de gente viniendo aquí en barco desde Francia en el tiempo de la Edad de Hielo o, posiblemente, antes de esta.
Supongamos que el pueblo Clovis no vino aquí de lo que hoy es Francia. Supongamos que no eran nativos de Francia en absoluto. Supongamos que vivían en una gran isla en medio del Océano Atlántico. Ahora, supongamos que la isla "se hundió" en la misma época que los geólogos afirman que el nivel del mar subió 425 pies al final de la última edad de hielo. Así, algunos corrieron hacia el norte, algunos huyeron hacia el sur, algunos hacia el este— aterrizando en Francia, y algunos huyeron hacia el oeste, terminando en Virginia.
Es probable que las dos culturas separadas el una de la otra por el Océano Atlántico, tuvieran prácticamente la misma tecnología, viniendo de un lugar de entre el medio de los dos continentes. El hecho de la jornada fue más la desesperación en la necesidad y no el escenario de un pequeño grupo deambulando por la playa y saliendo en un viaje cuando no tenían ninguna razón para creer que eventualmente podrían encontrar tierra al otro lado de la gran corriente .
La sabiduría convencional para explicar el poblamiento de las Américas es que los migrantes cruzaron desde el noreste de Asia a Alaska hace unos 13,000 años para convertirse en los ancestros de los Americanos Nativos de hoy. Pero el análisis de ADN mitocondrial ha revelado algunos enlaces inesperados entre Europa y América del Norte. Cuando los científicos analizaron el ADN mitocondrial de los Americanos Nativos vivientes, encontraron que cerca del 97% tenían ADN mitocondrial de los haplogrupos A, B, C o D. Estos haplogrupos están presentes en la actual Siberia y Asia, así que tiene sentido que los antepasados de los Aamericanos Nativos provinieran de esas regiones. Pero la sorpresa fue que alrededor de un 3% en los Americanos Nativos tenian pruebas de ADN mitocondrial de un haplogrupo diferente, llamado X. Algunas poblaciones, como los Ojibwa de la región de los Grandes Lagos, tienen una alta concentración de X - 25%
¿Cómo el haplogrupo X llegó a América del Norte? Algunos X se han encontrado en Mongolia, pero definitivamente no es común en Asia moderna. Sin embargo, este puede ser encontrado en alrededor del 4% de la población Europea actual. Antropólogos genetistas sugieren que la presencia de X en América del Norte apunta a una migración temprana hacia el oeste, desde Europa. Al observar las diversas mutaciones en el haplogrupo X, los científicos son capaces de utilizar ese "reloj genético" para estimar cuándo fué que los primeros Europeos llegaron. Dependiendo de lo grande que sea un grupo, ellos asumen que encabezaron hacia el oeste, concluyendo con dos rangos de tiempo - Hace ya sea entre 36,000 y 23,000 años atrás, o entre 17,000 y 12,000 años.
X definitivamente no llegó a América con los exploradores Europeos de los últimos 500 años más o menos. El X Europeo y el X de América son lo suficientemente diferentes como para que los científicos digan que este fue divergido hace miles de años, mucho antes de que la era de la exploración introdujera los genes Europeos al Nuevo Mundo.
Los científicos también han hecho algunas pruebas en restos de esquelétos Pre-Colombinos de Americanos Nativos de antes del año 1300, y se encontró el haplogrupo X en la misma proporción que está presente en poblaciones Nativas Americanas.
En un estudio realizado en el 2001, el haplogrupo X se identificó en restos antiguos (6,000-8,000 años) que se encuentran en varios cementerios de la zona ocupada por los tradicionales vascos - Las montañas de los Pirineos de Francia y España. (Antigua América del Sur, por Gregorio Little, Laura Little, John Van Auken, publicado en 2002).
Los antropólogos modernos tienen problemas para enfrentar que al igual que los antiguos Egipcios, las Américas estaban habitadas por los refugiados de la Atlántida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario