Orr fue designado hace apenas tres meses como gestor de emergencia, después de que a principios de marzo el gobernador de Michigan, Rick Snyder, declarara la emergencia financiera en la ciudad.
El informe elaborado por Orr presenta una situación financiera sombría para la ciudad. “Efectivamente ha agotado su capacidad de endeudamiento”, escribe. “Es claramente insolvente”. La deuda de la ciudad ronda los 15.000 millones de dólares.
“El camino que Detroit ha seguido durante más de 40 años es insostenible y solo una completa reestructuración de las finanzas y de las operaciones de la ciudad le permitirán recuperar el equilibrio”.
Según informa Bloomberg, Detroit podría crear un agencia regional del agua y los jubilados verían reducidas sus pensiones bajo el acuerdo que Orr ha presentado ante más de 100 acreedores y representantes de los trabajores para tratar de buscar una solución a la situación financiera.
Después de que hace tres meses el gobernador declarase la emergencia financiera, se quitó el poder al alcalde y la corporación municipal de una ciudad icónica, que en 1940 era la cuarta en tamaño de EEUU y que actualmente lucha por sobrevivir tras el desplome de la una vez pujante industria automovilística. “Es un día triste, un día que quisiera que nunca hubiera sucedido”, explicó Snyder entonces.
Detroit se convirtió de este modo en la sexta ciudad de Michigan bajo control estatal. Ahora, la ciudad trabaja contrarreloj para evitar la que sería la mayor bancarrota municipal de la historia de EEUU. De momento, el interventor tiene todo el poder para cancelar contratos, recortar gastos o vender activos.
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