Jorge Ramos | Y es que en los rostros expresivos de estos pobres chimpancés veo la viva imagen de los seres humanos. Al principio temen lo desconocido; demasiada luz les abruma y, poco a poco, los más atrevidos, van palpando, observando y saliendo de una burbuja (cárcel, matriz) en la que estuvieron oprimidos casi toda su vida. Prácticamente, no conocían o recordaban otra cosa que las paredes frías de un recinto oscuro y cerrado. Sin embargo, al fin, dieron un primer paso hacia delante y salieron a la luz, pero jamás supieron que se metían en otra matriz. Quizás algo más cómoda y amplia que la anterior, pero restrictiva en su completo libre albedrío. Y es que en los rostros expresivos de estos pobres chimpancés veo la viva imagen de los seres humanos...
Esta escena inolvidable muestra el momento exacto en que un grupo de chimpancés vio la luz del sol después de 30 años encerrados en una laboratorio de pruebas. La parte emotiva es el momento en que se abre la puerta del santuario, un momento que sin duda pondrá una sonrisa en tu cara, y posiblemente, una lágrima furtiva que hará tu día mejor.
En total había 38 chimpancés, con nombres como Susi, David, Clyde, Lingo y Moritz, que fueron arrancados de los brazos de sus madres en África, cuando todavía eran bebés, o que nacieron en cautiverio, fueron más de 30 años sin ningún contacto con otros animales, con la naturaleza o con la luz del sol, viviendo ambientes controlados e infectados con virus de diversas enfermedades, como hepatitis, SIDA, entre otros, para llevar a cabo experimentos de un laboratorio farmacéutico en Austria.
Resulta que una multinacional estadounidense, Baxter, adquirió el laboratorio de Austria en 2002 y suspendió las pruebas anunciando que, en ese momento, tenía la obligación moral de mejorar las vidas de los pobres animales, que normalmente tienen una vida útil de hasta 60 años.
Así, los animales fueron llevados a un recinto de estilo parque safari mientras organizaban la construcción de un refugio natural para los animales en estas condiciones. Dos años más tarde, sin embargo, los problemas financieros llevaron a la interrupción del desarrollo y las pobres se vieron obligados a permanecer en jaulas hasta septiembre de 2011, cuando finalmente fueron trasladados a un santuario al aire libre, que pertenece a la ONG para la protección de los animales Gut Aiderbichl, que es dirigido por el conservacionista Michael Aufhauser.
Según él, las cosas no eran tan simples, dos chimpancés murieron antes de regresar finalmente a vivir libres en la naturaleza, y por desgracia uno más enloqueció en cautiverio, sin posibilidad de ser re-introducido.
Se testigo del emocionante momento en que los chimpancés son puestos al aire libre tras décadas de aislamiento. Parecen celebrar el momento e incluso intercambiar abrazos de felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario