El discurso con el que Isabel II hubiera anunciado la III Guerra Mundial en 1983, en pleno auge de la Guerra Fría, fue divulgado ayer en el Reino Unido junto a decenas de documentos clasificados hace tres décadas.
Los Archivos Nacionales, que han hecho público el contenido del citado discurso, se encargan, entre otras funciones, de publicar documentos confidenciales treinta años después de que estos se redacten como parte de un programa de transparencia pública impulsado por el Parlamento británico.
El discurso de la reina refleja, además del anuncio que nunca llegó a pronunciar, el contenido de las reuniones del Consejo de Ministros o la política exterior.
El documento carece de membrete oficial y como único aviso reza en la parte superior el término “Ejercicio” y, a continuación, el encabezamiento “Mensaje a la nación emitido por Su Majestad el mediodía del 4 de marzo de 1983”.
“Cuando me dirigí a vosotros hace menos de tres meses todos disfrutábamos del calor y la comunidad de la familia en Navidad”, comienza el mensaje de la soberana, fechado para ser emitido en 1983, año especialmente convulso en las relaciones entre países durante la Guerra Fría (1947-91).
El texto pudo haber sido elaborado por el llamado comité Wintex-Cimex (83), un grupo de expertos en inteligencia y actividades militares creado para evaluar posibles escenarios de guerra durante los tensos años de la guerra fría.
“Ahora esta locura de guerra se extiende una vez más por el mundo y nuestro valiente país debe prepararse de nuevo para sobrevivir grandes desafíos”, continuaría la reina, que recuerda el mensaje radiofónico que su padre, el rey Jorge VI, pronunció para advertir al Reino Unido de la entrada en la II Guerra Mundial, en 1939.
“En ningún momento imaginé que este solemne y terrible deber recaería un día sobre mí”, se añade en el texto en alusión al papel del monarca ante una supuesta nueva guerra mundial.
A lo largo del sobrio y breve discurso, Isabel II alienta a sus compatriotas a resistir apoyándose en sus familias y subraya que su “amado hijo”, el príncipe Andrés, se encuentra en ese momento realizando el servicio militar.
“Mientras nos esforzamos en combatir unidos el nuevo mal recemos por nuestro país y los hombres de buena voluntad donde quiera que estén. Dios os bendiga a todos”, concluye el discurso.
La referencia de la soberana británica al enemigo soviético como “el nuevo mal” se relaciona con las palabras del entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, que calificó por primera vez en 1983 a la URSS como el “imperio del mal”.
La relación entre EEUU y el Reino Unido centra la mayoría de los documentos desvelados hoy, que contienen el intercambio de cartas entre Reagan y la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, sobre la situación diplomática de la Guerra Fría y la visión británica de los problemas del mundo y sus intereses en relación a ellos.
Así, puede consultarse un informe elaborado en octubre de 1983 en el que el ministerio de Interior desmenuza conflictos como el del Líbano o Chipre en un tono definido como “deliciosamente británico” por los expertos que los han conservado desde entonces.
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