Según Wikipedia, “Associated Press es una agencia de noticias de Estados Unidos fundada en 1848. Es una cooperativa empresarial. La información que se genera en AP se distribuye entre más de mil millones de personas”. Es así como la realidad Argentina tuvo una veloz difusión mundial.
Es altísima la gravedad de la situación sanitaria, social y ambiental generada por los sembrados de soja transgénica y el uso de glifosato en Argentina. Sin embargo, los vecinos y organizaciones que mantienen el bloqueo a la construcción de la nueva planta que Monsanto pretende instalar en Malvinas Argentinas alertan sobre otros aspectos que todavía no están siendo debidamente debatidos:
La nueva planta forma parte de una ofensiva productivista centrada en este caso en el maíz. Si bien Monsanto introdujo variedades de maíz transgénico en Argentina desde 1998, el producido en Malvinas Argentinas se considera el más peligroso. Será resistente a DOS herbicidas y segregará TRES insecticidas. Son semillas prohibidas en Europa y otros países. Esta producción de maíz estará fuertemente vinculada a la producción de agrocombustibles, no a necesidades alimentarias.
El tema implica cuestiones relativas a principios básicos de la democracia, ya que se le niega a la población el derecho a la consulta popular previa, además de que se comprobó que el Estudio de Impacto Ambiental (de la primer etapa de construcción de la planta) fue aprobado por una comisión técnica provincial que no cumplía las pautas legales.
Las acciones de Monsanto se enmarcan en el denunciado modelo extractivo global, caracterizado por atender las necesidades del hiperconsumismo antes que la salud del planeta y los derechos de las personas.
La agencia AP en EE.UU. cuenta entre sus abonados con unas 5000 emisoras de radio y TV, y cerca de 1700 periódicos, muchos de los cuales publicaron el informe sobre los daños de los agroquímicos en Argentina, entre ellos cadenas como ABC, CBS o el Washibgton Post:
El 22 de octubre Monsanto respondió oficialmente que “el glifosato es seguro”. AP publicó entonces la respuesta de Monsanto, pero sumando más datos y opiniones: “Monsanto calls glyphosate safe after AP report”
Miles de medios de todo el mundo publicaron esta nueva nota de AP, en varios idiomas. La nota está teniendo una amplísima difusión. En Córdoba fue publicada de manera textual por el diario La Voz del Interior, el de mayor circulación del interior del país: Monsanto responde al informe de AP: el glifosato es “seguro”. Allí puede leerse que ” la aseveración de Monsanto sobre la seguridad del glifosato es parte del problema”, ya que “aunque la sustancia es menos tóxica en términos de exposición aguda que muchos otros herbicidas, insecticidas y fungicidas, el glifosato es mezclado rutinariamente con otros químicos cuando se aplica a los cultivos”, hecho que viene siendo denunciado en Argentina desde hace varios años.
La nota concluye con declaraciones de Judy Hatcher, quien lidera la Pesticide Action Network International, una coalición de organizaciones que trabaja para reducir el uso de pesticidas: “Dada la amplia evidencia acerca de la pobre fiscalización de las leyes existentes y las crecientes quejas por los impactos a la salud humana 17 años después de que Argentina aceptara este sistema de cultivos, Monsanto debería hacer más. Argentina fue uno de los primeros países en adoptar la tecnología de semillas genéticamente modificadas”, dijo. “Como hemos aprendido en Estados Unidos, los cultivos genéticamente modificados que se han hecho resistentes a herbicidas ocasionan un drástico incremento en el uso de pesticidas. Y mientras las plagas sean resistentes a estos químicos, la industria saca productos químicos todavía más peligrosos para luchar contra las ‘súper plagas’. Y los agricultores se quedan atrapados así en una espiral de pesticidas”.
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