Los frescos de Miguel Ángel esconden muchas incógnitas, algunas de tipo cabalístico y otras muy poco católicas
¿Pudo Miguel Angel burlarse del Papa? ¿Pudo haber hecho una representación irreverente de los textos bíblicos en sus representaciones pictóricas? ¿Pudo haber usado su profundo conocimiento de la Khabala para promover una lectura distinta del canon religioso?
Todas esas preguntas están detrás de este interesante trabajo hecho por Roy Doliner and Rabbi Benjamin Blech, y publicado en el libro The Sistine Secrets: Michelangelo's Forbidden Messages in the Heart of the Vatican.
La Capilla Sixtina es la más famosa del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, la residencia oficial del Papa. Se encuentra a la derecha de la Basílica de San Pedro, y originalmente servía como capilla de la fortaleza vaticana.
Es famosa por su arquitectura, evocadora del Templo de Salomón del Antiguo Testamento, y su decoración al fresco, obra de los más grandes artistas del Renacimiento, incluyendo a Miguel Ángel, Rafael y Botticelli.
Por orden del Papa Julio II, Miguel Ángel decoró la bóveda (1.100 m²) entre los años 1508 y 1512. A Miguel Ángel no le agradó este encargo, y pensó que su trabajo era sólo para satisfacer la necesidad de grandeza del Papa.
Sin embargo, hoy la bóveda, y especialmente El Juicio Final, son considerados como los mayores logros de Miguel Ángel en la pintura.
Esta capilla esconde varios secretos que se encuentran ocultos en las pinturas que la decoran y el sitio masalladelaciencia.com presenta algunos de estas incógnitas.
La Capilla Sixtina sería, según estas teorías, un reconocimiento a las raíces judaicas de la religión cristiana, "un puente" entre judaísmo y cristianismo, comenta el experto en arte, Enrico Bruschini
1. Roy Doliner escritor del libro los secretos de la Capilla Sixtina explica que, cuando se acabó la limpieza de la misma, se dio cuenta de la existencia de símbolos e imágenes que no correspondían con lo que señalaban las guías oficiales. "Empecé mis investigaciones, pero era muy escéptico y, después de varios años y muchos descubrimientos, finalmente Miguel Ángel me convenció".
2. Por otra parte, una de las figuras de la Capilla Sixtina que más ha llamado la atención de Roy Doliner y Benjamin Blech co escritor del mismo libro es la de Aminadab, a quien Miguel Ángel pintó sobre el trono papal y con los dedos de la mano formando la cornamenta del Diablo. ¿Qué pretendía con ello? "Es la cornamenta satánica sobre la cabeza del papa sentado en su trono", explica Doliner.
3. Además, los trabajos de limpieza dejaron al descubierto que sobre el brazo de Aminadab hay un círculo amarillo, que era el símbolo de la vergüenza que los hebreos fueron obligados a llevar desde el cuarto consejo lateranense (es decir, desde 1215).
4. ¿Por qué Miguel Ángel eligió a Aminadab para señalarle con el sello papal? Según Doliner, "Aminadab significa "príncipe de mi gente", es decir, de los judíos. Y ¿quién era este príncipe? Obviamente, Jesús. Miguel Ángel quiso subrayar que el Príncipe que ellos adoraban era judío".
5. No obstante, algunas escenas pintadas por Miguel Ángel forman letras hebreas que, según Doliner y Blech, se asocian a una virtud o vicio cuya denominación empieza por esa letra. Así por ejemplo, la lucha entre David y el gigante Goliat (abajo) forma la letra Ghimel, de gvurá (orgullo).
6. La obra de Juidth es una escena que representa a Judith junto a su esclava, las cuales forman la letra hebrea Chet, de chessed (piedad), raíz fonética de hassidim (judíos observantes).
7. Roy Doliner y Benjamin Blech descubrieron una extraña relación entre el Zacarías representado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina y el rostro de Julio II.
Al parecer, este Papa llamó al artista para encargarle que esculpiera su monumento funerario, la mayor tumba construida desde los tiempos de los egipcios.
El pontífice quería una pirámide de mármol de Carrara dentro del santuario de la nueva basílica de San Pedro.
8. El proyecto era demasiado grande para la primera basílica, así que, en vez de reducir el tamaño de su tumba, mandó destruir la primera basílica del mundo cristiano para levantar la que hoy conocemos.
Según explica Doliner, "Miguel Ángel odiaba trabajar en la Sixtina porque para un maestro como él rehacer un techo era un insulto, pero sabía que era el único modo de frenar la realización de la colosal tumba de mármol, pues habría necesitado una vida entera".
9. Julio II pretendía adornarla con más de cuarenta estatuas de la dimensión del Moisés y coronarla con su propia efigie. Así que Miguel Ángel pensó en convertir la misma Capilla Sixtina en la tumba de Julio II, una tumba bidimensional.
10. Y, como el Papa quería su imagen en la cima de la misma, el artista lo representó vestido de Zacarías, de tal forma que el pontífice diera su consentimiento sin problema.
No obstante, como signo de rechazo hacia Julio II y su familia, Miguel Ángel pintó detrás una pareja de niños, uno de ellos haciendo un gesto obsceno con la mano.
Oi veja Aline, da Cidade das Pirâmides, e suas previsões para o ano de 2014. Não perca https://www.youtube.com/watch?v=6v_iFO6_dyc Abraços.
ResponderEliminar