La Tierra no tuvo siempre la posicion actual de los continentes y su conocido eje de 23.5 grados en relación a la eclíptica. Como se sabe, hubo muchos cambios en la historia geológica, algunos de ellos tan violentos que llegaron a convertir viejas zonas tropicales en mantos de perpetuos hielos.
Un ejemplo, es un hecho muy conocido que el desierto de Sahara era un mar y que en el Polo Sur no había hielo.
En todo el mundo se produjo un drástico cambio climático que no fue lento, tal como afirma la ciencia, sino relativamente rápido “quizá súbito” como consecuencia del llamado “impacto-diluvio”.Se han encontrado restos fósiles de palmeras en Canadá, árboles con sus frutos intactos y bosques completos congelados bajo la sólida capa de hielo del Polo Sur, son ejemplos de un grave y posiblemente por sorpresa, cambio en la historia terrestre del clima y la geología. El cambio, habría sido producido por el impacto de uno o más cuerpos celestes en nuestro planeta, como ocurrió en la Era Secundaria.
La última noticia de choques cósmicos en la Tierra, nos remonta a sólo unos 12.000/13.000 años atrás, cuando dos fragmentos de un planeta desaparecido entre las órbitas de Marte y Júpiter “donde actualmente se encuentra el famoso cinturón de asteroides” se precipitaron a nuestro planeta, generando con esto el “diluvio universal”, que podría explicar la famosa destrucción de la Atlántida en “un solo día”, tal como afirmara Platón en sus Diálogos.
Algunas otras teorías hablan también de un “cambio climático extremo” debido a cambios importantes en el Sol por a una radiación del centro galáctico que ocurre cíclicamente.
Según el astrofísico Paul Laviolette, esto sucedió hace 13.000 años y podría repetirse en 2012, situación que evoca el fantasma de las mal entendidas profecías mayas. Sea lo que haya sucedido aquel gran cambio climático supuso el fin de la Era de los Mamuts, por la súbita congelación de Siberia y las zonas occidentales de Alaska en el hemisferio norte, así como de la Antártida, el tema que ahora nos ocupa, en el hemisferio sur. Por ejemplo, el historiador griego Heródoto (490-425 a.C.) refiere en el segundo libro de su Historia conversaciones que mantuvo con sacerdotes egipcios durante su visita al país del Nilo.
Los sacerdotes le informaron sobre 341 generaciones de reyes y le contaron que en “ese tiempo” el Sol había salido cuatro veces por el lado equivocado… Dos veces el Sol describió en el cielo la trayectoria que no es habitual y otras dos veces se puso donde ahora sale (?). En los siglos precedentes, este escrito de Heródoto ha sido objeto de gran controversia.
Si se presupone una rotación y una órbita invariable de la Tierra a lo largo de toda su historia, algunos escritos antiguos no pueden interpretarse. ¿Vivimos un cambio físico de eje en tiempos más cercanos a lo que suponíamos? Los textos egipcios afirman de manera repetida y contundente que “el sur se convierte en el norte y que la Tierra se inclina hacia adelante” o que las estrellas ya no vivían en el oeste sino que aparecían en el este.
Asimismo, los egipcios conocían varios nombres para el Sol oriental y el Sol occidental. Insisto: ¿Son estas descripciones sólo indicios de un intenso movimiento rotatorio a modo de peonza o describen incluso las múltiples inclinaciones que sufrió la Tierra?Se dice que bajo los hielos de la Antártida reposa una ciudad perdida que llaman “Kayona” o “Kaoma”, congelada súbitamente por estos violentos cambios planetarios que acabamos de describir. Hasta donde sabemos, fue la civilización más avanzada de la Tierra, superando largamente a los propios sumerios, egipcios, mayas e incas. Aunque no hay mayores referencias a esta ciudad secreta, conocemos de ella gracias a los mensajes de los Maestros del mundo subterráneo, que nos dicen que se halla vinculada al misterio de la Ciudad de los Césares e inclusive a la posible presencia del Grial. Este enigma supremo fue suficiente para motivar a Hitler a enviar ambiciosas expediciones en busca de esos secretos. ¿Por qué la Alemania Nazi buscaba el Grial en America del Sur y, concretamente, en la Antártida? ¿Sabían acaso de Kayona?.
Bajo la Antártida existen muchos secretos y algunos podrían haber sido revelados hace tiempo, pero no los han hecho públicos a la población del planeta, por la relevancia que tienen dichos descubrimientos, ya que podría hacer tambalearse las bases religiosas y el estatus privilegiado de algunas entidades gubernamentales.
Fuente: http://enigmasmisterio.blogspot.com/2011/05/la-ciudad-antigua-kayona-bajo-la.html
CIVILIZACIÓN PERDIDA DE LA ANTÁRTICA
Se dice que ésta sería una de las imágenes de las siniestras “áreas oscuras” bajo el hielo antártico, fotografiada desde el aire por la expedición alemana realizada en los albores de la Segunda Guerra Mundial. La parte más oscura señalada, es uno de los oasis templados observados por los alemanes.
La supuesta civilización perdida de la Antártica ha cautivado la atención de varios investigadores, con más o con menos seriedad según cada caso. La ciencia, por su lado, nos recuerda que el eje magnético de la Tierra ha cambiado varias veces, en ocasiones valiéndose de períodos extraordinariamente cortos para este desplazamiento. Esto alimenta la esperanza de los creyentes.
En tales modificaciones, la Antártica, desprendida ya del continente de Gondwana, cayó bajo la tiranía del hielo en la dialéctica de Hans Hörbiger, quedando cautiva, atrapada con toda la vida que en ella fluía.
Los sondeos realizados durante los años sesenta y setenta demostraron, además, que la capa de hielos de la Antártica es mucho más amplia y extendida que la masa de tierra que se encuentra secuestrada bajo los mismos. Los estudios del Año Geofísico también establecieron que los hielos están en movimiento, en desplazamiento constante hacia los bordes continentales, como lo haría la lava de una inmensa isla volcánica, escurriendo desde el centro del cráter hacia las laderas y las playas.
¿Qué sucedió, entonces? ¿Cambios de eje? ¿Catástrofes estelares que inclinaron al planeta hasta dejarlo en su actual posición? Los fósiles de árboles prehistóricos encontrados del otro lado del planeta, en Groenlandia (“Greenland”, Tierra Verde que alguna vez fue), demuestran que su crecimiento y desarrollo era continuo, como si las estaciones del año no hubiesen existido temporizando su vida vegetal. Esto sólo es imaginable en el contexto de una Tierra perfectamente alineada con la rotación sobre su eje, y no inclinada como hoy se la encuentra. Del mismo modo, los fósiles de fauna marina como los ammonites presentan una rotación inversa a la que actualmente ofrecen los moluscos en sus conchas, como si fuerzas “magnéticas” de distinto origen hubiesen influido sobre ellos en distintos períodos de la creación.
Una civilización antártica, alguna vez establecida allí, alcanzó prematuramente su esplendor antediluviano, pero de un momento a otro se vio interrumpida por una catástrofe planetaria inusitada, sin precedentes, que la dejó atrapada en el cristal de hielo por la eternidad de las Eras Geológicas.
La citada expedición del “Schwabenland”, de 1938-1939, organizada por la Sociedad Alemana de Investigaciones Polares, recorrió buena parte de la Tierra de la Reina Maud, aerofotografiando más de 600.000 km2 desde grandes alturas de vuelo. No tardó en ser contestada por los Estados Unidos, que organizaron su propia expedición por el Mar de Ross.Así como a otras que le siguieron, las exploraciones nazis han sido decoradas con historias sabrosas y perturbantes sobre las maravillas escondidas entre el glaseado polar: enigmáticos “oasis verdes”, y las entradas al mundo interior.
Por ahí andan dando vueltas algunas impresionantes imágenes fotográficas de estos pretendidos hallazgos. El contexto de la guerra favoreció mucho a la desinformación y a la desaparición de la documentación relacionada con estas misiones, estimulando más aún la creatividad y la imaginación….
Fuente: Maestro Viejo
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