Detectada la presencia neandertal hace unos 50000 años en Guadalajara.
Un estudio de un equipo internacional de científicos, que cuenta con participación de la UNED, ha determinado que la ocupación neandertal en el yacimiento Jarama VI (Guadalajara) es 20.000 años más antigua de lo que se pensaba, llegando a los 50.000 años de antigüedad.
Hasta hace un par de años, la comunidad científica pensaba que los neandertales -Homo neanderthalensis- ocuparon este yacimiento hace unos 30.000 años y que ese abrigo rocoso fue una de sus últimas moradas en la Península. Las técnicas utilizadas se limitaban al carbono 14, impreciso para medir períodos de tiempo superiores a 50.000 años.
Por ello, el nuevo trabajo, publicado en 'Quaternary Research', ha añadido a sus datos el estudio de los sedimentos que componen los diferentes niveles de la zona y el estudio de la cronología de estos estratos. "Hemos trabajado con un elevado número de muestras, procurando que éstas fueran significativas de los distintos niveles", ha apuntado uno de los autores, Jesús F. Jordá.
Concretamente, se han utilizado técnicas de sedimentología y micromorfología, que estudian las características de los granos y los rasgos dejados por los procesos sedimentarios, respectivamente, así como una técnica de luminiscencia. "Este método de datación se basa en la medición de la luz que emiten los cristales de los minerales cuando se ven sometidos a calentamiento o son expuestos a la luz, visible o infrarroja", ha explicado el arqueólogo.
En cuanto al análisis micromorfológico, los expertos explicaron que los datos registran con precisión el proceso de acumulación de restos. Así, reflejan que a la alteración de la roca del suelo le siguió la caída de bloques desde el techo en una época fría y húmeda. A continuación, se produjo una sedimentación fluvial fruto de varios desbordamientos del río Jarama, seguida de una nueva caída de bloques de roca del techo. Finalmente, tuvo lugar la precipitación química de carbonato cálcico con la formación de una brecha y de una corteza estalagmítica, de la que quedan escasos restos en la actualidad.
"Las ocupaciones humanas se produjeron en los dos momentos en los que el clima era más frío y el hielo desprendía bloques de roca del techo de la cavidad, y también, al final del episodio fluvial", afirma el experto. Es precisamente el proceso de sedimentación fluvial el que se ha podido situar ahora en el tiempo, ocurrido hace 50.000 años.
La última morada en el norte.
Con estas últimas dataciones, los arqueólogos descartan de forma tajante que el yacimiento fuera una de las últimas moradas de los neandertales en la península, como se pensaba, y que éstos coincidieran aquí con los humanos modernos -Homo sapiens-, como también se apuntaba.
"Con los datos actuales, en el centro de Iberia, entre la extinción de los neandertales y la llegada de los primeros humanos modernos hay un vacío poblacional de más de 20.000 años", ha indicado Jordá. No obstante, "queda por verificar si en el sur -en Cueva Antón (Murcia) y Gibraltar- los neandertales llegaron hasta fechas más recientes y coincidieron con los sapiens", ha puntualizado.
Por tanto, y con los datos publicados hasta ahora, los expertos sugieren que el último refugio de los neandertales en la Península pudo estar en la cornisa cantábrica, donde existen indicios de que coincidieron con los humanos modernos, tal y como revelan diferentes estudios, entre ellos uno realizado recientemente en la cueva de la Güelga (Asturias).
Ahora, el siguiente paso es estudiar cómo era la vida cotidiana de los neandertales en el yacimiento de Jarama VI. Esto se puede lograr gracias al análisis de los restos de animales que consumían y al estudio de los instrumentos líticos que usaban.
Vía: Europa Press
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