miércoles, 21 de mayo de 2014

La Moda que Cambiará el Mundo

Ya está empezando.

Se trata de una de las maniobras de manipulación más geniales jamás realizadas, una auténtica obra maestra en el arte de manejar la adormecida mente de la población.

Señoras y caballeros, prepárense, porque dentro de poco, SE PONDRÁ DE MODA SER POBRE.

Y sí, hemos dicho que “se pondrá de moda”, porqué en eso consiste precisamente la genialidad de esta manipulación: en vendernos la escasez y la precariedad como si fueran un “producto” a desear.

Puede parecer algo increíble o incluso surrealista, pero de hecho, la maniobra ya ha empezado de forma muy sutil durante la crisis y ya está calando, gota a gota, en la mente de muchas personas.

Y es que el mundo está entrando en una fase radical de transformación hacia un nuevo paradigma socio-económico, en el cual la mayoría de la población vivirá en una situación mucho más precaria que la vivida hasta ahora y para mantener el Sistema en pie durante esta delicada transición, será necesario que los ciudadanos lo acepten de forma dócil y controlada.

Es por esta razón por la que se llevará a cabo esta obra maestra de la manipulación mental y social.

EL FUTURO QUE NOS ESPERA

Como hemos dicho, esta maniobra tiene mucho que ver con el nuevo paradigma a nivel económico, político y social hacia el que se encamina el mundo.

Una de las claves de este cambio de paradigma radica en la necesidad de detener la sobreexplotación de recursos experimentada hasta ahora, pasando de una industria basada en el petróleo y sus derivados, hacia una nueva industria basada en fuentes de energía más eficientes y limpias y hacia nuevos materiales como el grafeno.


Si a este necesario desmantelamiento de los procedimientos industriales y energéticos actuales le añadimos la creciente mecanización y robotización de la producción industrial y el uso de las nuevas tecnologías, como por ejemplo, las impresoras 3-D, el resultado es obvio: cada vez harán falta menos personas para realizar el mismo volumen de trabajo.

Eso implicará un crecimiento del paro estructural en todos los países, es decir, unos niveles de desempleo crecientes e irremediables y una precariedad laboral en forma de contratos de trabajo a tiempo parcial y temporal, en sustitución de los contratos fijos indefinidos y por lo tanto, un mayor nivel de privaciones y escasez para la mayoría de la población mundial.

Dicho más crudamente: en el nuevo paradigma hacia el que nos encaminamos, SOBRARÁ GENTE y por lo tanto, en promedio, todos seremos mucho más pobres.

De hecho, la crisis prefabricada que estamos viviendo, tiene este objetivo: sentar las bases para realizar esta transformación a escala planetaria, de manera controlada y dirigida, para que las mismas manos que manejaban el “antiguo régimen”, manejen también el “nuevo régimen” hacia el que nos encaminamos.

Lo que estamos viviendo, en definitiva, es un cambio de piel del Sistema, como lo haría una serpiente que se despoja de sus antiguas escamas.


Así pues, para que la población trague con sus nuevas circunstancias vitales, será necesario manipularla de alguna manera.

¿COMO LO HARÁN?

Básicamente, el primer paso consistirá en provocar un giro radical en los anhelos de la población.

Es decir, cambiar el sentido de los sueños que nos son inculcados por la sociedad.

Hasta ahora, hemos vivido en un mundo en el que el máximo sueño de cualquier ciudadano debía ser la persecución de la riqueza material.

La sociedad nos inculcaba desde bien pequeñitos que el máximo triunfo que podíamos tener en la vida era ser ricos y famosos, poseer coches caros, casas lujosas, yates, joyas y prestigio social.

Evidentemente, para la mayoría de la población, eso solo significaba un anhelo, un sueño inalcanzable y debían conformarse con los sucedáneos ofrecidos por la sociedad de consumo, en forma de piso, coche propio, buen sueldo y vacaciones veraniegas.

Pero en el nuevo paradigma, eso debe cambiar, al menos para un elevado porcentaje de la población.

La mayoría de nosotros no dispondremos, ni tan solo, de esos pequeños lujos que antes nos parecían tan normales y por lo tanto, será necesario inculcar en la ciudadanía un nuevo paquete de deseos y anhelos que sustituyan a los antiguos, con el fin de evitar una frustración generalizada que pudiera derivar en una rebelión incontrolable.

La clave radicará, no solo en que nos conformemos con lo que tengamos, sino en que queramos conformarnos con ello, incluso consiguiendo que hacerlo sea motivo de orgullo.

Y para conseguir tamaño milagro, utilizarán las mismas técnicas que se utilizan para poner de moda cualquier movimiento social.

LA MODA DE SER POBRE

Cuando una persona se apunta a seguir una determinada moda, movimiento ideológico o actitud social, lo hace con el fin de incorporar los valores asociados al movimiento en cuestión.

Por decirlo de alguna manera, se trata de una suerte de contrato psicológico, mediante el cual, al declararte seguidor de tal o cual movimiento o moda, la sociedad te garantiza que tú, como individuo, serás percibido por los demás como si tu persona incluyera los valores asociados a tal movimiento.

Así pues, esta manipulación consiste en asociar a la pobreza y a la escasez de recursos una serie de valores y actitudes que impliquen algún tipo de prestigio social pre-fabricado.

Convertir la precariedad en algo “cool”, “guay”, que “mole” y sobretodo, asociarle un sentimiento de SUPERIORIDAD MORAL.

Para conseguirlo, utilizarán 2 mecanismos básicos de manipulación:

-Uno a nivel propagandístico, basado en la IMAGEN EXTERNA, como si te vendieran un producto en forma de “conjunto de actitudes” en las cuales reflejarte.

-Y un segundo mecanismo de CARÁCTER PSICOLÓGICO, mediante el cual conseguir que cada uno de nosotros acepte la precariedad como un motivo de orgullo.

EL REFERENTE EXTERNO

Durante décadas, la pobreza nos ha sido vendida como una fuente de exclusión social, conflictos, drogadicción, delincuencia y sufrimiento.

Pues bien, el giro consistirá en asociar valores positivos a esta condición social, tales como: la solidaridad, la convivencia, la hermandad, el compañerismo, el ingenio, la amistad y la obtención de la felicidad a través de las pequeñas cosas, rechazando los lujos superfluos.

Y para conseguirlo, los medios de comunicación y la industria del entretenimiento, se emplearán a fondo, hasta conseguir moldear nuestra mente de nuevo y hacernos ver a los pobres y a los marginados como a los nuevos héroes a seguir.

Para ello hará falta una oleada de ejemplos mediáticos de toda índole:

personas en situación de precariedad, capaces de compartir lo poco que tengan con los demás; ejemplos de convivencia extrema, superando la barreras “caducas” de la raza o la etnia; gente que abandonó el mundo del lujo superficial y han hallado la felicidad en una vida mucho más modesta, repleta de valores “auténticos” como la amistad sincera y la solidaridad, etc…

Y a todo ello deberemos añadir los imprescindibles ejemplos de emprendedores que no se rinden ante la adversidad:

inventores ingeniosos, capaces de reciclar productos de vertedero hasta convertirlos en objetos útiles; jóvenes que con pocos recursos y mucho talento inventan aplicaciones de software y fundan exitosas empresas de última generación; o valientes emigrantes que viajan de país en país buscando un trabajo, sin “perder el tiempo entre lamentos o luchas sociales infructuosas”.

Y es que el mensaje que nos inocularán con tan brillantes ejemplos estará muy claro:

“En lugar de malgastar tu tiempo protestando o luchando por cambiar las cosas, inviértelo en solidaridad y convivencia y hallarás la felicidad”

LA REVOLUCIÓN ÉTICA

Pero esta maniobra mediática solo será la punta del iceberg, pues quedará circunscrita en una manipulación mucho mayor: lo que mucha gente interpretará como una Revolución Ética a escala planetaria.

Y debemos reconocerlo: probablemente será una obra de teatro gloriosa.

Veremos a altos financieros juzgados, a políticos defenestrados, a millonarios perseguidos por la justicia por sus evasiones de impuestos y capitales; veremos caer bancos y gigantes que parecían intocables.

Incluso veremos caer al antiguo imperio y nacer un mundo multipolar aparentemente más equilibrado.

Pero todo forma parte del plan: es necesario escenificar la muerte del viejo mundo para crear el nuevo paradigma.

Así será como las multinacionales, arrastradas por la oleada de la Revolución Ética se “verán obligadas” a ser más transparentes y a rendir cuentas a la ciudadanía y con ellas, todas las personas poderosas y los mismísimos políticos.

Pero que nadie se engañe: en realidad, el control y la vigilancia a los ricos será el subterfugio utilizado para después poder controlar y vigilar a toda la población de forma draconiana.

Ese es el plan, pero entre los vítores y el júbilo generalizado, nadie se percatará de lo que realmente está sucediendo y de cuáles son los oscuros objetivos finales.

La población, con su proverbial ingenuidad, creerá que la justicia está triunfando y se conformará con pequeños gestos y dádivas simbólicas.

Un ejemplo de ello será el establecimiento de una renta básica universal, un mecanismo necesario para la subsistencia de las personas sin empleo o con trabajos precarios y que a la larga se convertirá en una extraordinaria herramienta de control sobre los individuos dependientes de ella.

Así será la Revolución Ética: el mayor engaño que viviremos en nuestras vidas.

Parecerá ser una nueva filosofía para un nuevo mundo, aparentemente más solidaria, más igualitaria y menos consumista, acorde con los movimientos que se están iniciando en estos momentos. Los antiguos lujos y la ostentación del pasado serán rechazados y se abrazará la austeridad y la sostenibilidad ecológica como un nuevo tesoro.

Los nuevos referentes serán personajes del estilo del Papa Francisco o el Presidente José Mújica de Uruguay. Críticos con las riquezas y los dispendios sin sentido, defensores de los pobres, los necesitados y la justicia social.


Líderes con los zapatos gastados y los calcetines zurcidos…quizás algunos de ellos sinceros en sus posturas, pero instrumentalizados por un mal mayor que no saben intuir.

Mucha gente creerá que está viviendo una especie de revolución mental y que todo ha cambiado…pero como decimos, todo forma parte del plan.

Es necesario que sea así.

Porque en realidad, los mismos poderes que ahora lo gobiernan todo, liderarán la transición al nuevo mundo.

Ellos decidieron en su momento que ansiáramos tesoros y ahora conseguirán que ansiemos chatarra.

LA FUERZA DE LAS MODAS

Esto quizás os pueda parecer una exageración. A muchos os parecerá imposible que la escasez y la austeridad vital se conviertan en algo fácilmente aceptable entre la población.

Y más viniendo de épocas de abundancia y un relativo bienestar.

Pero desgraciadamente, hemos llegado a tal punto de borreguismo que accionando los resortes adecuados se puede condicionar a la población para que haga cualquier cosa.

Las diferentes modas son un buen ejemplo de ello.

Una persona de los años 40 jamás habría creído que algún día la gente llegaría a pagar dinero por llevar unos pantalones descoloridos, rotos, arrugados y llenos de agujeros, o unos pantalones caídos con los que enseñar los calzoncillos, o que mucha gente se perforaría partes del cuerpo para insertarse fragmentos de metal.





















Les habría parecido imposible.

De hecho, no hace falta retroceder tanto: hace tan solo diez años, cuando David Beckham representaba la apoteosis de la metrosexualidad, nadie habría creído que en poco tiempo se pondría de moda llevar barba de mendigo.

Pero literalmente, los medios de comunicación, incluidos Internet y las redes sociales, pueden poner de moda cualquier cosa y conducir el rebaño adonde convenga.

Así será como, por ejemplo, los pobres acabaremos comiendo insectos y nos deleitaremos con ello.

Literalmente, las élites conseguirán que “la chusma coma bichos” mientras ellos comen filetes de ganadería ecológica.

La campaña para conseguirlo ya ha comenzado. La propia ONU, a través de la FAO (la organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) ya ha inoculado la idea en el imaginario público y las televisiones generalistas ya empiezan a darle el eco adecuado.


Solo falta el detonante: que alguien famoso, joven y guapo coma “deliciosos bichos fritos” haciendo una pose ante las cámaras o en una película taquillera y ya tendremos a miles de borregos siguiendo la moda.

Si en su momento alguien consiguió convencernos a todos de que las asquerosas huevas de un pez eran el manjar mas lujoso y deseable del mundo, ¿cómo no conseguirán que nos comamos las cucarachas y los gusanos?

En el mundo actual, para instaurar cualquier costumbre o idea, solo hace falta un buen “envoltorio” y otorgarle el marchamo de la legalidad, la oficialidad o el prestigio social.

Ahí está, como ejemplo, la oportuna legalización de la marihuana por parte de los gobiernos, en el momento justo y adecuado, pues será el tranquilizante necesario para que la población acepte la situación que se avecina de forma sumisa.

Y encima ganarán dinero con ello vía impuestos y dosificarán y monitorizarán su consumo, convirtiéndola en otra herramienta de control…

Justo cuando el tabaco está siendo perseguido…curioso, ¿no?

Y quién sabe lo que nos puede deparar el futuro: quizás asistamos a la completa legalización y regulación de la prostitución a escala planetaria, asociándole a la conocida como “profesión más antigua el mundo”, un aire de glamour y sofisticación…

¿Acaso no sería una forma inteligente de “dignificar” una actividad tan necesaria para la supervivencia en un mundo con recursos precarios?

Como en el caso de la pobreza, solo hace falta asociarle valores positivos…

Tiempo al tiempo.

LA PUERTA DE EMERGENCIA

En todo caso, siempre dejarán abierta una puerta de emergencia, una válvula de escape de la situación de pobreza, en forma de esperanza de cambio.

Por mucho prestigio que se le asocie a la precariedad, siempre quedará el sueño de ganar mucho dinero y acumular bienes materiales, a través de mecanismos típicos, que ya son conocidos por todos nosotros: el golpe de suerte, el genio emprendedor o el talento premiado por las élites, al más puro estilo del cantante que triunfa en Factor X.

Y es que sin esa posibilidad de acceso virtual a la “clase superior”, el Sistema tarde o temprano, resultaría insostenible.

Por lo tanto, siempre mantendrán esa ilusión, propia del cuento de La Cenicienta, por falsa que sea en realidad…

MECANISMOS PSICOLÓGICOS

Pero para convertir la pobreza en una “moda a seguir”, la clave reside en asociarle un sentimiento de orgullo, en forma de SUPERIORIDAD MORAL.

De hecho, éste mecanismo ya existe y actualmente se está viendo potenciado.

Hay un desprecio cada vez más descarnado hacia los poderosos por parte de la población, sean éstos grandes empresarios, financieros o políticos.

La población les ha asociado a todos ellos conceptos relacionados con la maldad, el abuso y la corrupción, de manera que, poco a poco, va calando hacia estas clases pudientes un justificado y creciente sentimiento de desprecio moral.

Si en contraste, se asocian valores positivos a la escasez, con el tiempo, las personas con menos recursos se sentirán superiores moralmente a los ricos y poderosos.

Se creará un cierto “orgullo de pobre” y serlo, de alguna manera, se “pondrá de moda”.

Pero lo peor, es que, en contra de lo que pueda parecer, este sentimiento de superioridad moral será una cadena que inmovilizará a la población, evitando un estallido que lo cambie todo.

Ese “orgullo de pobre”, actuará como un bálsamo ante la indignación, transformando la frustración por el trato recibido en un sentimiento positivo y tranquilizador ante uno mismo y ante los demás.

Algo así como la versión actualizada del viejo mensaje religioso: “los ricos y los ostentosos serán castigados por Dios y los pobres sumisos irán al cielo”

Un fantástico subterfugio psicológico con el que nobles y clérigos mantuvieron, durante siglos, la cabeza sobre los hombros mientras disfrutaban de la vida a costa de las empobrecidas masas campesinas, por mucho que éstas los odiaran…

Aquí reside la genialidad de la maniobra.


LA GRAN VIRTUD DEL SISTEMA

Y es que ésta es la gran virtud del Sistema: su extraordinaria capacidad para, de forma sibilina y sutil, desviar la energía que inicialmente va en su contra para acabar usándola en su propio beneficio.

Esto es exactamente lo que está a punto de suceder.

Y no podemos permitirlo.

Estamos ante una gran oportunidad porque cada vez hay más gente que está “despertando”.

Cada vez más gente se da cuenta de que el mundo en el que vivimos es insostenible, que todo lo que nos rodea es un gran engaño y que el modo de vida que nos han inculcado es absurdo y superficial.

Cada vez más personas buscan un nuevo sentido a sus existencias y buscan la manera de despojarse de las cadenas que aprisionan su mente.
Muchos no saben encontrar las palabras para expresarlo y otros no saben concretar lo que sienten, pero cada vez son más las personas que intuyen que es necesario un cambio radical.

Más gente harta de entregar su tiempo de vida a la acumulación de dinero y bienes materiales, que saben que el germen de un nuevo mundo, mejor y más justo, anida en su interior.

Y esa es una idea que puede destruir al Sistema…pero el Sistema, sabe muy bien como aprovecharla en su propio beneficio.

Desgraciadamente, si no reaccionamos adecuadamente, estos sentimientos tan nobles serán vaciados de sentido y perderán su fuerza transformadora hasta convertirse en una pose viciada y conformista, en una moda cuyo único objetivo será que no se plasmen jamás en un cambio real y profundo.

Solo servirán para que el Sistema mude de piel.

Mucha gente verá los despojos de la vieja piel abandonada y creerá que la serpiente ha muerto.

Pero la serpiente solo muere cuando le cortan la cabeza y eso es precisamente lo que debemos hacer, aunque sea una tarea ardua, peligrosa y desagradable.

Porque sino, corremos el peligro de que esa energía, capaz de cambiar la humanidad por completo, se convierta en el hormigón con el que construirán los muros de la nueva prisión.

Unos muros mucho más altos y mucho más gruesos que los anteriores, aunque al final los pinten del color del cielo…

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