Imponer la ley y el orden a distancia será pronto más fácil para las autoridades gracias a dispositivos como Skunk, un robot volador que cuenta con todo un arsenal de material antidisturbios y que presume de ser capaz de “controlar” a la turbamulta sin poner en riesgo las vidas de los manifestantes o del personal de seguridad.
Su aspecto es más extraño que temible, y recuerda a una especie de lámpara de araña de la que cuelgan un altavoz y cuatro carabinas de aire comprimido… pero que vuela.
No conviene confiarse, puesto que cada uno de los cañones de Skunk puede disparar 20 proyectiles por segundo, ya sean balas de goma, cápsulas de espray de pimienta o bolas de pintura con las que marcar a los revoltosos.
Multiplíquese esa velocidad de disparo por los cuatro rifles de Skunk, y se tendrá que este robot volador impone su autoridad a razón de hasta 80 pelotazos por segundo, y así hasta que se acaben los 4.000 proyectiles que caben en su panza.
Alto o mi robot dispara
Completan el arsenal de este aparato luces estroboscópicas y luces láser con los que cegar a los manifestantes, y altavoces para “comunicar y lanzar advertencias”.
Todo ello, mientras vuela por encima de las cabezas de los manifestantes con extrema precisión gracias a sus ocho hélices, que le permiten levantar una carga de 45 kilos.
Skunk se dirige a distancia por un único operador, lo que avanza la posibilidad de reducir costes en personal, que controla la situación a través de una cámara térmica y otra cámara convencional de vídeo en alta definición.
“El operador (…) puede seleccionar el color rojo para marcar al manifestante que porta armas, y el color azul para marcar al que está vandalizando y, si es necesario, utilizar las bolas de pimienta para detener a la turba antes de que ésta ponga en riesgo su vida“, señalan desde Desert Wolf.
Desert Wolf, la empresa sudafricana que los fabrica, reconoce que ya ha recibido un primer encargo de 25 unidades por parte de una gran compañía minera.
El anuncio de Desert Wolf, realizado esta semana en una feria comercial de sistemas de armamento celebrada en Londres, se produce poco más de dos años después de que la policía sudafricana reprimiese a balazos una protesta de mineros, matando a 34 personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario