Todos conocemos la leyenda de Excalibur y el rey Arturo, pero ¿se inspiraría en la de San Galgano?
San Galgano nació en Chiusdino, en plena Toscana italiana, en 1148. Tras una vida despreocupada tuvo dos visiones del arcángel San Gabriel por lo que decidió hacerse ermitaño. Como símbolo de su ruptura con su anterior vida, en 1180 clava profundamente su espada en una piedra representando la señal de la cruz con la empuñadura.
Según algunos el santo mostraba así su renuncia a la violencia, pero otros señalan que tuvo una aparición divina en la que una voz le señaló que renunciar al mundo sería tan fácil como romper la piedra con su espada
¿cuál no sería su sorpresa al incrustarse hasta casi la empañadura fundiéndose en la roca?
Después de su muerte, se erigió allí una capilla que todavía subsiste. Cuarenta años después, los cistercienses construyeron, al pie del monte Siepi, una abadía que llevaba el nombre de Galgano
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