El conflicto ucraniano está siendo utilizado para la venta de tierras de cultivo en beneficio de grandes corporaciones extranjeras como Monsanto, afirman diputados alemanes.
En la venta de tierras de cultivo participan empresas extranjeras financieramente apoyadas por el Banco Mundial, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y el grupo bancario alemán Bankengruppe KfW, dijo a RIA Novosti la jefa de la oficina del diputado del Bundestag Niema Movassat, Birgit Bock-Luna.
Los materiales recogidos por los diputados del Parlamento alemán apuntan a que “las autoridades anteriores de Ucrania se resistieron a una mayor liberalización de las leyes sobre el uso de las tierras, pero finalmente estos cambios fueron realizados después del cambio de régimen a través del Banco Mundial y el BERD”.
Movassat y otros diputados alemanes de izquierda demandan de Berlín una explicación de la esencia de la política alemana en Ucrania. La solicitud correspondiente expresa la sospecha de que la tierra en Ucrania sea utilizada para sembrar alimentos modificados genéticamente prohibidos en la Unión Europea.
Compañías agrícolas extranjeras ya controlan más de la mitad de las tierras ucranianas: 17 millones de los 32 millones de hectáreas.
Los diputados alemanes creen que el Acuerdo sobre Asociación de Ucrania con la Unión Europea tendrá un gran impacto en el sector agrícola del país: el artículo 404 del documento deja el “camino libre” para la liberalización de la práctica actual de la certificación de productos y tecnologías en el sector agrícola y la producción de semillas modificadas genéticamente. Como resultado, Ucrania está en la lista de los mercados emergentes más prometedores para fabricantes como Monsanto y Dupont.
“Existe la preocupación de que Monsanto ejerza presión sobre las autoridades de Ucrania con el fin de ver cumplidas sus demandas para el desarrollo de la biotecnología y los organismos modificados genéticamente (OMG). Ya en el año pasado Monsanto invirtió 140 millones de dólares para aumentar la capacidad de producción futura en Ucrania”, dice el documento preparado por los diputados alemanes.
La solicitud menciona la línea crediticia de 17.000 millones de dólares entregada a Ucrania en 2014 por las instituciones financieras internacionales encabezadas por el FMI. El dinero fue utilizado por Kiev también para el reparto de cultivos. Por ejemplo, la empresa alemana Alfred C. Toepfer recibió una subvención de 60 millones de dólares, gracias a la que pudo doblar la superficie de su tierra cultivable en Ucrania, de 50.000 hectáreas a 100.000. Se trata, según los expertos, de un caso deacaparamiento de tierras, ya que se compra para la reventa, y los compradores no van a cultivarla.
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