Hoy más que ayer, los médicos representan una figura de autoridad para millones de personas. Una imagen de importancia (de bata blanca, veloz paseo, estetoscopio…) tan exitosos en la creación de reverencia, los médicos se utiliza frecuentemente para moldear las mentes a través de programas de televisión.
Respetar a la autoridad
Pero no son ellos la máxima autoridad. Si lo fueran, no importaría lo que dijeran: todo sería santa palabra. ¿Pero qué sucede cuando alguien no se adapta a la pauta del programa? Perdería la capacidad de guiar a los pacientes y al público… Prueba de ello, son los casos de la doctora Sherri Tenpenny, quien se vio obligada a cancelar su gira por Australia después de que el “tierno y cuidadoso sector pro-vacuna” recurrió a las amenazas en su contra; igual que el médico cardiólogo Jack Wolfson , quien en un reciente programa de TV recomendó a los padres no vacunar a sus niños.
En una veloz jugada, la junta médica de Arizona está investigando lo que estos médicos dijeron. Al mismo tiempo, salieron “expertos” -supuestamente pagados- para solicitar que les revoquen sus licencias porque “de alguna manera” pudieron crear algún daño.
¿Cuando ha sido negociable el derecho de un médico a no utilizar las vacunas? ¿Desde cuándo expresar una opinión es suficiente para revocar una licencia médica?
Fíjense en la manera agresiva en que la cadena de televisión CNN maneja las cosas. No es difícil adivinar a qué obedece la parcialidad de algunos medios. Primeramente, el uso de vacunas es un procedimiento médico invasivo. También es un producto comercial de una empresa privada, aunque sólo los médicos están autorizados a utilizarlos. Pero sigue siendo un producto, hay un procedimiento, un consumidor, un cuerpo humano. Si algo anda mal con el monopolio del producto, esa sería razón suficiente para rechazarlo; por lo que en lugar de ocultarse deberían y suprimir las posturas políticas.
Significa que el médico tiene el derecho de rechazar el uso del producto, de la misma manera en que no se ven obligados a usar una medicina para todos los males o utilizar la cirugía para todos los dolores de cabeza. ¿Acaso no tiene derecho a ello quien fue a una escuela de medicina precisamente para imponerse de ese derecho a través de su formación?
Alborotar al público para desviar hacia los médicos las sospechas que recaen sobre los verdaderos “propagadores de la enfermedad” (las farmacéuticas y sus lobistas políticos); además de hacer uso de la fuerza para coartar la libertad a la salud, no promete nada bueno para el avance de la ciencia médica. Esta campaña atroz y escandalosa de proporciones histéricas está en una “fase de prueba” que asoma lo que está por venir. Parte de ello incluye escarmentar a médicos y enfermeras si no juegan la partida con las farmacéuticas.
No importa lo que haga, a nadie le será permitido que actúe independientemente; serán limitados a simples repetidores de la información “autorizada”. Si su médico lo sana por otro camino, será perseguido, humillado, avergonzado, acusado falsamente y su licencia revocada, ¡aplastado! Una vieja receta con herramientas modernas.
Los doctores Sherri Tenpenny y Jack Wolfson son los objetivos modernos de una vieja caza de brujas.
“Pongan sus vidas en nuestras manos o enfrenten las consecuencias. Acepten nuestro poder sin chistar”, es lo que manda el sacerdocio de hoy. El hecho de que el arma moderna es la desinformación colocada a través de las lentes de los medios de comunicación, con imágenes y palabras cuidadosamente seleccionadas, no deja de ser una herramienta antigua. Tenpenny y Wolfson son acusados de ser peligrosos por gritarnos que “el emperador anda desnudo”; al menos por ahora.
Por Heather Callaghan / Global Research
Traducido por @dacha1953 para Periodismo Alternativo
http://periodismo-alternativo.com/2015/02/08/investigan-a-medicos-que-recomendaron-no-vacunarse/
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