El grupo rebelde chií ya controla la capital y el domingo asaltó la tercera ciudad yemení
El ministro de Exteriores pide a la comunidad internacional una zona de exclusión aérea
El líder de los hutíes ha llamado a una 'movilización general' para redoblar su ofensiva
La madeja se sigue enredando en Yemen.
El ministro de Exteriores yemení, Riad Yasin, ha reclamado este lunes a los países del golfo Pérsico una intervención militar para detener el avance del grupo rebelde chií de los hutíes, que controla la capital y el domingo asaltó Taiz, la tercera ciudad del país, en su camino hacia Adén, donde se refugia el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
"Le hemos dicho al Consejo de Cooperación del Golfo, a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional que debería haber una zona de exclusión aérea y se debería impedir el uso de aviones militares en los aeropuertos controlados por los hutíes", ha manifestado Yasin en una entrevista al diario panárabe Al Sharq al Awsat.
Asimismo, en declaraciones a la televisión qatarí Al Yazira, el ministro ha detallado que los hutíes -apoyados por Irán- "están expandiendo su territorio, ocupando aeropuertos y ciudades, atacando Adén con aviones, deteniendo a quienes les place, amenazando y fortaleciendo sus tropas". La súplica se produce un día después de que el líder de los hutíes, Abdelmalek al Huti, llamara a una "movilización general" para redoblar la ofensiva en el sur del país, zona de población suní.
En un encendido discurso, Al Huti acusó a Abdo Rabu Mansur Hadi -que se sigue considerando el presidente legítimo desde su refugio en la ciudad sureña de Adén- de ser "una marioneta en manos de las fuerzas del mal, encabezadas por Estados Unidos y financiadas por Arabia Saudí y Qatar" y justificó la campaña militar por la necesidad de luchar contra Al Qaeda en la Península Arábiga, que tiene su cuartel general en el país, y el Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés), que se atribuyó la autoría de los cuatros ataques suicidas que dejaron el viernes al menos 154 muertos y unos 350 heridos en dos mezquitas de Saná.
Precisamente Arabia Saudí auspició el sábado conversaciones con el resto de monarquías del golfo Pérsico para abordar la grave coyuntura yemení. Los países vecinos apoyaron a Hadi como presidente legítimo y se comprometieron a ofrecer "todos los esfuerzos" para garantizar la estabilidad del país más pobre de la península Arábiga, pero no proporcionaron detalles sobre si esa ayuda sería militar.
Bahrein, una monarquía suní en un país de mayoría chií, es el último antecedente. En 2011, al calor de la primavera árabe, las demandas de la población fueron aplastadas con la ayuda militar de las naciones vecinas. Hasta el enclave, que alberga una base naval estadounidense, llegaron más de 1.500 soldados de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar.
Yemen, el próximo objetivo
Durante la última semana los enfrentamientos entre hutíes -respaldados por leales al ex presidente Ali Abdalá Saleh- y partidarios de Hadi han degenerado en una batalla aérea. Hace unos días aviones no identificados bombardearon la residencia de Hadi en Adén. Poco después sus soldados se hicieron con el control del aeropuerto de la ciudad. Estados Unidos y Reino Unido han evacuado a sus fuerzas especiales desplegadas hasta ahora en el país.
Desde el pasado mes de septiembre, el grupo rebelde se ha enfrentado en su ofensiva a tribus locales de zonas suníes. El domingo, en una reunión de urgencia, el Consejo de Seguridad condenó las ambiciones de los hutíes y amenazó con tomar "nuevas medidas" si no cesan las hostilidades. El mediador de la ONU en Yemen, Jamal Benomar, alertó de que ninguno de los actores en liza pueden hacerse con el control total del país y pronosticó que, de continuar el conflicto, Yemen podría deslizarse hacia "un escenario combinado de Irak, Libia y Siria", territorios en los que el IS ha logrado avanzar aprovechando el caos.
Fuente: El Mundo
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