Un grupo de investigadores estadounidenses, británicos y mexicanos han iniciado las labores pertinentes para extraer diferentes muestras del cráter generado por el meteorito que —hace 65 millones de años— acabó presuntamente con los dinosaurios.
Para ello, los expertos deberán perforar cerca de 5.000 metros por debajo del fondo marino en una región ubicada cerca de la Península de Yucatán (tarea que comenzará en 2016).
En el proyecto participarán, varios expertos del Instituto de Geofísica (UTIG) de la Universidad de Texas —en Austin—, además de multitud de científicos internacionales dirigidos por Gulick y Joanna Morgan, del Imperial College de Londres. Todos ellos pretenden esclarecer, de una vez por todas, cómo se extinguieron estos gigantescos animales que dominaron el planeta durante 135 millones de años y que, al parecer, dejaron este mundo después de la llegada de un gigantesco meteorito.
El lugar de impacto se halla ubicado en alta mar, cerca de un pueblo costero de la Península de Yucatán llamado Chicxulub (lo que ha provocado que el cráter sea nombrado de la misma forma). Concretamente, los expertos harán un muestreo del «anillo de picos» del cráter, una región enigmática de rocas topográficamente elevadas que rodea el centro del mismo. Éste, por su parte, ha estado enterrado por sedimentos durante más de 65,5 millones de años.
Mediante las muestras halladas en el anillo de picos (una característica que está presente en todos los cráteres causados por grandes impactos en planetoides rocosos), los investigadores pretenden descubrir los detalles del suceso que puso en marcha una de las más profundas extinciones del planeta.
A su vez, buscan arrojar luz sobre los mecanismos de grandes impactos en la Tierra y en otros planetas rocosos y examinar las huellas de vida que existan (o hubieran existido) en el lugar. En principio, las lecturas previas determinan que las rocas halladas en la cima del anillo se encuentran destrozadas y son muy porosas, unas características que pueden haber servido a determinadas formas de vida exótica como hábitat.
Éstas podrían haber prosperado en el ambiente si es o fue caliente, además de químicamente enriquecido «Los sedimentos que llenaron el cráter deben tener el registro de organismos que vivían en el fondo del mar y en el agua después del evento de extinción masiva. La esperanza es que podamos ver la vida volver», dijo Gulick.
La expedición tendrá una duración de dos meses, y penetrará casi 5.000 metros bajo el fondo marino desde una plataforma en alta mar. El núcleo será la primera muestra completa de las capas de roca de cerca de centro del cráter.
Una vez extraído, éste será enviado a Alemania y se dividirá en dos. La primera mitad será analizada inmediatamente por un equipo internacional y la otra se guardará en un repositorio central en la Universidad Texas para futuras necesidades de investigación por parte de la comunidad internacional.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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