Como decíamos en el anterior artículo: UN SISTEMA ELECTRÓNICO SECRETO RUSO DEJA “CIEGA” A LA OTAN EN SIRIA, Rusia ha sentado las bases para un amplio dominio en el terreno de la guerra electrónica en Oriente Medio, que empieza a extenderse más allá de Siria y empieza a abarcar ya terreno iraquí.
Para comprender mejor la situación, tengamos en cuenta que la distancia entre la base aérea rusa en Siria situada cerca de Latakia y sus nuevas instalaciones de acogida de Irak en la base de Al Taqaddum, situada a 74 kms de Bagdad, es de 824 kilometros.
La presencia rusa en las dos bases, dibuja un fuerte arco de control aéreo ruso en el corazón de Oriente Medio.
Pero la clave, como decíamos, no está tanto en el control aéreo de la zona, como en el control a nivel de guerra electrónica; Moscú ha instalado poderosos sistemas de guerra electrónica en ambas bases y con ello, ha impuesto una nueva realidad que hará que pronto sea casi imposible para cualquier fuerza aérea o terrestre, estadounidense o israelí, entrar en acción militar sobrevolando Siria o Irak, sin una coordinación previa con los rusos.
En la última semana de septiembre, dos aviones Ilyushin-20 (IL-20 Coot), dos aviones de “super-vigilancia”, se apoderaron del espacio aéreo sirio, para proporcionar una actualización importante para la flota aérea rusa de aviones de combate Sukhoi-30 aviones, aviones de carga y helicópteros de ataque reunidos para el combate en Siria.
Estos aviones IL-20, aviones de recopilación de inteligencia de primera línea de la Fuerza Aérea de Rusia, traídos desde el Mar Báltico, disponen de características excepcionales como plataforma de inteligencia. Sus cuatro motores turbohélice les permiten estar en el aire por más de 12 horas, utilizando sus sensores térmicos e infrarrojos, antenas, cámaras de vídeo, y radares de visión lateral SLAR para recopilar una amplia gama de datos a larga distancia, día o noche, en casi cualquier tipo de clima.
Ilyushin-20
Después, estos datos recogidos son transmitidos a los mandos operativos de inteligencia de Moscú o a los situados en su base aérea de Latakia.
Los IL-20 ofrecen a las fuerzas rusas y a sus comandantes una imagen completa y detallada de la situación sobre el terreno.
Su proximidad a Israel, además, permite a estos poderosos aviones recoger una gran cantidad de datos de toda la frontera sirio-israelí, así como espiar toda la actividad electrónica y las conversaciones en Jerusalén, en la sede del personal militar en Tel Aviv, en las bases de la Fuerza Aérea israelí en el sur e incluso en el complejo nuclear de Dimona, en el Neguev.
Fuentes militares de DEBKAfile añaden que uno de estos aviones Il-20 ha sido visto en los últimos días en la base iraquí de Al Taqaddum, cerca de Bagdad.
Al Taqaddum
Pero por si esto fuera poco, otra super-arma rusa fue llevado a Siria por buques de carga rusos: se trata de 9 vehículos blindados MT-LB, equipados con los sistemas de guerra electrónica Borisoglebsk 2, que están entre los más sofisticados del mundo.
Estos vehículos blindados fueron llevados en secreto a Nabi Yunis, que es el pico más alto de las montañas alauitas, a lo largo de la planicie costera del noroeste de Siria, y que se eleva hasta los 1.562 metros sobre el nivel del mar.
El sistema de guerra electrónica Borisoglebsk, puede espiar todas las transmisiones en una amplia gama de frecuencias del espectro electromagnético, tanto de uso militar como civil.
Los estrategas rusos emplazaron este potente sistema en las montañas de Siria, para que la fuerza aérea rusa pueda operar sin obstáculos en los cielos de Oriente Medio, y lo que no es menos importante, para neutralizar las operaciones de las fuerzas especiales de la coalición liderada por Estados Unidos, que operan en lo profundo del territorio sirio, así como bloqueando e interrumpiendo las operaciones de los grupos rebeldes y las fuerzas de Estado Islámico.
sistema Borisoglebsk 2
El poderoso sistema Borisoglebsk 2 está recibiendo prácticamente su bautismo de fuego. Fueron necesarios cinco años para planificar y fabricar el sistema, que entró en servicio por primera vez a principios de este año en el campo de batalla de Ucrania.
Desde su punto de observación en las alturas de Siria, el sistema de guerra electrónica ruso podría afectar seriamente el rendimiento de las redes de inteligencia y comunicación israelíes desplegadas en todo el Golán y a lo largo de la frontera norte de la Galilea superior y occidental. Podría interferir además los vuelos de los vehículos aéreos no tripulados israelíes, así como las operaciones de campo israelíes de sus fuerzas de Operaciones Especiales, añadiendo a ello las redes aéreas y navales de defensa israelíes.
Todo esto demuestra claramente que la irrupción rusa en Oriente Medio tiene poco de puntual o circunstancial.
Ha sido una maniobra estratégica perfectamente diseñada y que, visto lo visto, no da prácticamente opción a la respuesta a ninguna potencia enemiga.
Veremos si esto es realmente así y cuál es la posible respuesta de sus presuntos contrincantes globales y regionales…
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