Moncloa y Ferraz trabajan con una doble hipótesis: Mas será investido con el apoyo de la CUP antes de las elecciones del 20-D y los responsables catalanes desoirán las advertencias del TC
Los líderes de ERC, Oriol Junqueras (i), de la CUP, Antonio Baños (c), y el president de Cataluña, Artur Mas. (EFE)
14.11.2015 – 05:00 H.
El Gobierno y el PSOE comparten pronóstico sobre la evolución de los acontecimientos en Cataluña. A juzgar por informaciones que se manejan en Moncloa y en Ferraz, el cielo viene cargado de nubarrones. Se trabaja con unadoble hipótesis. Por un lado, Artur Mas será investido con el apoyo de la CUPantes de las elecciones del 20-D. Por otro, los responsables de las instituciones catalanas desoirán las advertencias del Tribunal Constitucional.
Sin embargo, la firmeza de los órganos centrales del Estado y el amplio consenso alcanzado por las fuerzas políticas en defensa de la Constitución no deja el menor resquicio de duda respecto al desenlace. Aparte de quienes de buena o mala fe se embarcaron en la aventura secesionista, ahora en fase de insumisión frente al orden vigente, nadie apuesta por un proyecto situado fuera de la ley y que parte en dos a la ciudadanía catalana.
Moncloa trabaja con la hipótesis de que Artur Mas será investido como president de la Generalitat con los votos de la CUP antes de las elecciones del 20-D
Los encargados de tomar la temperatura a la pugna entre quienes hostigan al Estado y quienes lo defienden, trasladan al Gobierno la idea de que “el 9 de noviembre se produjo un cambio de paradigma”. Palabras de un colaborador muy cercano a Rajoy. Se refiere a los muchos seguidores de la causa que se han bajado del tren ante la provocadora resolución aprobada ese día en el Parlament con expresos llamamientos a la desobediencia civil en una sociedad con genética aversión a los climas de inseguridad jurídica.
No sólo la ley está fuera de ese bando. Tampoco están de parte nacionalista losvotos populares, que no alcanzaron el 50% en las elecciones “plebiscitarias” del pasado 27 de septiembre. Ni los esforzados simpatizantes de oficio, que esta vez hicieron oídos sordos a los llamamientos de las asociaciones soberanistas para concentrarse masivamente ante el Parlament el 9 de noviembre y celebrar que ante el mundo mundial se iba a declarar abierto el proceso de creación del“estat catalá”.
El tradicional apoyo de los nacionalistas vascos ni está ni se le espera con la fuerza de otras ocasiones. Apenas unas recientes palabras de compromiso por parte del lehendakari Urkullu. Los emprendedores están angustiados. “Esto hay que pararlo”, dice Josep Bou, presidente de “Empresarios de Cataluña”. Tampoco los mercados están por la labor. La agencia de calificación Fitch acaba de degradar la emisión de deuda catalana al nivel de “bono basura”. Es imposible topar con un siquiera tenue testimonio de simpatía con el independentismo en las cancillerías de los países de nuestro entorno y las instituciones internacionales, a pesar de las “embajadas” y costosas campañas para la “internacionalización del conflicto”.
A pesar de todo, y también a pesar del creciente malestar del propio partido deMas (CDC), gente de orden de toda la vida, por la trastornada deriva de su líder, no se ha suavizado la posición de rebeldía adoptada por los principales dirigentes nacionalistas frente a “las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional”, como reza el texto suspendido. Según el president en funciones, “no se trata de saltarse la ley española sino de sustituirla por la catalana”, ha dicho en pueril agravio a la inteligencia. “Nos conjuramos a seguir el mandato democrático”, sentencia Oriol Junqueras (ERC).
Y el tercero en discordia, Antonio Baños, líder de la CUP, con una convicción digna de mejor causa, adivina el futuro: “Lo que está claro es que saldremos de aquí con una república catalana”. Sobre este dirigente, cuya mayor aspiración política es “montar el pollo” y zarandear el sistema en nombre de los parias de la tierra, se centran las miradas. Con sólo un 8% de los votos guarda la llave del paraíso prometido por Mas a pobres y desahuciados en los discursos de su malograda investidura ¿Discursos? Mejor, ritos de apareamiento con al menos dos de los 10 diputados de la CUP. Los necesarios para dejar de arrastrarse a los pies de Baños, “un cínico muy simpático que al fin ha encontrado trabajo”, según escribe Arcadi Espada. Hasta ahora ha sido inútil. Pero el puente sigue tendido. “Estamos atornillados a la mesa negociadora”, dijo Baños este jueves, después de hacerle la cobra al president por segunda vez, a pesar de la extravagante oferta de presidencia “polifónica” -copyright Iceta- y una pronta retirada si no pasa el examen de una moción de confianza.
A la tercera puede ir la vencida. Eso creen en Moncloa con la vista puesta en el domingo 29 de noviembre. Es la fecha de la asamblea convocada por la CUP al objeto de decidir si apoya la investidura de Mas para que no encalle el proceso, siempre que se presente “una propuesta digna de ser estudiada”, en palabras de Baños, sin descartar que sus militantes acepten la fórmula de una presidencia de poderes muy recortados y fecha de caducidad. En las filas de esaformación anticapitalista de tintes ácratas gana terreno la idea de no pasar a la historia como el partido que abortó el nacimiento de la república catalana, pero nada es descartable hasta que Carme Forcadell convoque una nueva sesión de investidura y haya -o no- fumata blanca en tercera votación. Con toda probabilidad, el lunes 30 de noviembre.
“Cataluña sin terrorismo ha desestabilizado más a España que Euskadi con terrorismo”, ha llegado a opinar el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz
Hasta entonces, seguimos en ese “rumbo de colisión” anunciado por Artur Mas en sesión de investidura posterior a las elecciones de noviembre de 2012, cuando puso en marcha este absurdo viaje a ninguna parte. Ahora la declarada voluntad de insumisión por parte de la presidenta del Parlament y el presidente del Govern va a generar nuevos quebraderos de cabeza a las instituciones del Estado encargadas de desactivar la “carga subversiva” que, según José Maria Lassalle, secretario de Estado de Cultura, contiene la resolución independentista suspendida por el TC. Y así se van acumulando elementos que hacen buena una excelente síntesis verbal de la situación debida al ministro Jorge Fernández Díaz: “Cataluña sin terrorismo ha desestabilizado más a España que Euskadi con terrorismo”.
De momento estamos en tiempo de alegaciones, si el Parlament quiere presentarlas. Pero los nubarrones empezarán a descargar si la mesa de la Cámara decide no agotar el plazo de 30 días ni esperar a la constitución del Govern para empezar a tramitar, como proposiciones de los grupos parlamentarios y no como proyectos de ley, las llamadas leyes de la desconexión previstas en el punto quinto de la resolución suspendida. Entonces, el propio TC, la Delegación del Gobierno, la Fiscalía, las Fuerzas de Seguridad -incluidos los Mossos d'Esquadra-, pasarían de las palabras a los hechos en relación con el deber de los poderes públicos de cumplir y hacer cumplir la ley.
http://blogs.elconfidencial.com/espana/al-grano/2015-11-14/cataluna-en-rumbo-de-colision_1095899/
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