John Edgar Browning, foto de su página de Facebook
Después de dedicar los últimos años su vida al estudio de los vampiros en todas las manifestaciones artísticas, John Edgar Browning, estudiante de doctorado de la Universidad de Louisiana, decidió que era hora de conocer los vampiros de la vida real.
“Hasta 2009, la única área de estudios de vampiros a la que no me había acercado era la de los vampiros reales”, comentó a The Washington Post Browning, quien actualmente es becario postdoctoral en el Instituto de Tecnología de Georgia. “Creo que inconscientemente lo guardé para el final porque pensaba lo que mucha gente piensa: que deben estar locos y han leído demasiada ficción sobre vampiros.”
Las encuestas realizadas por la Alianza de Vampiros de Atlanta han determinado que existen por lo menos 5.000 personas en EEUU que se identifican como vampiros reales. Browning dijo que hay cerca de 50 en Nueva Orleans -una cifra que supuso es común para la mayoría de las principales ciudades, y ha sido corroborada a la BBC por el sociólogo DJ Williams, de la Universidad Estatal de Idaho.
Browning condujo sus estudios en Nueva Orleans –ciudad natal de la escritora estadounidense Ann Rice, ícono de la literatura gótica y autora de la saga Crónicas Vampíricas- y desarrolló vínculos con una organización llamada New Orleans Vampire Association (Asociación de Vampiros de Nueva Orleans, NOVA).
Un año después de empezar su investigación, el propio Browning participó en una “alimentación”, o sea, permitió que los vampiros le extrajeran sangre.
“Cada uno de ellos tiene un método en particular”, explicó. La persona que se alimentó de la sangre del investigador utilizó un bisturí desechable para hacerle un pequeño pinchazo en la espalda y usó sus dedos para apretar la zona hasta que salió sangre. Puso su boca directamente sobre el líquido caliente y repitió el proceso dos o tres veces antes de limpiar la herida.
La comunidad de Nueva Orleans gira en torno al Barrio Francés de la ciudad. Está conformada por una cantidad similar de hombres y mujeres, con predominio de blancos y en menor medida de latinos. Las edades oscilan entre 18 y 50 años y practican diversas religiones.
Miembros de la New Orleans Vampire Association (NOVA) alimentan a indigentes durante la navidad de 2013. Foto de …
Según Browning, los síntomas de vampirismo comienzan a manifestarse alrededor de la pubertad, cuando los que más tarde se convierten en dependientes de la ingestión de sangre se sienten físicamente “drenados” sin ninguna razón aparente. Por lo general, descubren accidentalmente que la sangre les gusta: al morderse un labio, por ejemplo, y darse cuenta de que tragar el líquido metálico les proporciona energía instantánea.
Otros no necesitan la sangre de ese modo, sino que creen que reciben así la “energía psíquica” de los demás. Algunos aseguran no pueden controlar su adicción, y necesitan beber sangre de 2 a 3 veces por semana; pueden refrigerarla y mezclarla con otros productos, como té. La mayoría se lo oculta a los médicos, por miedo al estigma, del mismo modo que ocultan su identidad ante los curiosos.
Una mujer identificada como “Kinesia” pasó cuatro meses sin alimentarse de sangre y fue a dar a una sala de emergencias con hipertensión. En ocasiones ha padecido una migraña masiva, e incluso ha perdido el conocimiento si pasa mucho tiempo sin beber sangre.
Browning conoce del caso de otra mujer que se sintió incapaz de ir a trabajar o incluso caminar después de un período sin ingerir sangre. Cuando su esposo fue a verla en el hospital, se alimentó de él en su habitación e inmediatamente se sintió mejor.
El investigador determinó que muchos de estos vampiros llevan vidas normales, con cónyuges e hijos de quienes esconden su adicción, y unos cuantos ni siquiera habían visto la serie True Blood de HBO, una de las más populares sobre vampiros de los últimos tiempos.
Por su parte, Williams asegura que ninguno de los individuos estudiados tiene problemas siquiátricos. Se desconoce si su atracción por la sangre tiene bases físicas o sicológicas. Y Browning considera que en el fondo, nuestros prejuicios sobre la práctica de beber sangre determinan el estigma social hacia estas personas.
“Ellos hacen lo que están haciendo no es un problema. … El problema es nuestra idea preconcebida de lo que es normal”.
Video: Miembros de la New Orleans Vampire Association (NOVA) alimentan a indigentes durante la navidad de 2013.
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/el-viralero/los-verdaderos-vampiros-de-nueva-orleans-192756844.html
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