Un equipo de astrónomos ha descubierto dos de los objetos más distantes jamás hallados en el Sistema Solar. Uno de los objetos, afirman los científicos, podría ser una «Súper-Tierra», un mega-planeta orbitando nuestra frontera estelar a una distancia seis veces superior a la de Plutón.
Los investigadores de Suecia y México estaban examinando el sistema estelar Alfa Centauri, el más cercano a la Tierra, con las observaciones del ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), cuando notaron unos misteriosos objetos en movimiento que cruzaron su campo de visión. A pesar que no pudieron determinar la distancia exacta, la velocidad y brillo de los mismos sugiere que probablemente no sean estrellas sino planetas.
El estudio publicado en Arxiv llamó la atención de muchos colegas y también, como era de esperarse, se convirtió en un blanco apetecible para los más escépticos, quienes piensan que lo observado son sólo enanas marrones superfrías, es decir, «estrellas fallidas». Aunque el estudio científico no descarta por completo esta última posibilidad, hace hincapié en que ambos objetos se presentan como buenos candidatos para ser el llamado «Planeta X».
El «Planeta X» es un mundo teórico que, de existir, explicaría algunas de las anomalías orbitales de planetas como Neptuno y Urano. Las dos detecciones del supuesto Planeta X. Los astrónomos detectaron por primera vez uno de los posibles planetas en marzo de 2014, y al mes siguiente lograron otra detección de similares características, por lo que en realidad podría tratarse de un sólo objeto observado dos veces en la periferia del Sistema Solar.
«Hasta que la naturaleza de la fuente sea clara, lo hemos nombrado Gna», escribe Wouter Vlemings, astrónomo sueco co-autor del estudio, en referencia al supuesto mega-planeta. Asimismo, estima que el objeto se encuentra a una distancia de entre 12 y 25 UA (Unidad Astronómica: equivale a la distancia media entre la Tierra y el Sol, o 150 millones de kilómetros).
«Argumentos simples nos convencen de que no puede ser una estrella ordinaria. Creemos que lo más probable es que sea parte del sistema solar, en movimiento directo, aunque a una distancia tan grande como para ser detectable en otras longitudes de onda», escribieron los científicos.
«La posibilidad más emocionante es que hemos observado otro cuerpo planetario o enana marrón en la parte exterior de la nube de Oort», añadieron. El astrofísico Brian Koberlein señaló que la única manera de asegurarse de qué se trata es un estudio adicional. «La única manera de saberlo con certeza es reunir más observaciones.
Ya sea por el seguimiento de su movimiento o mediante la recopilación de observaciones en otras longitudes de onda que finalmente podemos tener una idea de su tamaño y distancia. Ya sea un planeta enano, una súper-Tierra o una pequeña estrella, parece claro que algo está al acecho en el borde exterior de nuestro sistema solar».
Artículo publicado en MysteryPlanet
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