En política nada es gratis. Si Pedro Sánchez ha prestado escaños a los independentistas para que tengan grupos parlamentarios no es por generosidad ni por cortesía, sino porque busca algo a cambio
El portavoz del PSOE en el Senado, Óscar lópez (i), conversa con Pío García Escudero. (EFE)
16.01.2016 – 05:00 H.
'Teatro, lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro'. (Canción compuesta por Tite Curet e interpretada por La Lupe)
Lo que ha hecho el Partido Socialista “prestando” cuatro escaños a los dos partidos independentistas de Cataluña para que puedan disponer de grupos parlamentarios en el Senado no es inocuo. Es una decisión política meditada que persigue un objetivo, que conlleva contrapartidas (o al menos la expectativa de obtenerlas) y que tiene que ser explicada por quienes la han tomado. Una explicación, por favor, algo más seria que esa memez de ampararse en los “usos y costumbres” de la Cámara o en la cortesía parlamentaria. Porque esto no huele a gentileza, sino a trato turbio.
Para empezar, es un fraude a la ley. Los reglamentos del Congreso y del Senado establecen con claridad los requisitos para formar un grupo parlamentario. Ya sé que se incumple desde hace años, pero ello no convierte en legal lo que es ilegal. A estos “usos y costumbres” mi abuela los llamaría simplemente hacer trampa, y una trampa no deja de serlo por el hecho de repetirla muchas veces.
Todos sabemos que esos reglamentos son un cachivache. Pero una ley inservible se cambia, no se pisotea a conveniencia. Usos y costumbres son comer turrón en Navidad o cosas parecidas, pero no ignorar la ley -y mucho menos para hacer un favor a dos partidos anticonstitucionales-. Los senadores del PSOE no verían con buenos ojos que algunos estableciéramos la costumbre de no pagar impuestos o saltarnos los semáforos en rojo, así que ¿por qué se permiten lo que no nos permiten?
Además, esa cortesía es selectiva. Por ejemplo, en la legislatura pasada se violó el reglamento para permitir que UPyD tuviera un grupo parlamentario con 5 escaños y se impidió hacer lo mismo a Amaiur con 7 diputados. Y ahora nos estamos poniendo muy estrechos para que Podemos no consiga su marrullera pretensión de disponer de cuatro grupos en el Congreso.
Se dirá que en el Congreso se ha hecho algo parecido con el consentimiento delPP, y también me parece mal. Ahí ha habido una “interpretación laxa de la ley” (más eufemismos), pero nadie ha obligado a cuatro diputados a apuntarse a un grupo que no es el suyo para abandonarlo inmediatamente después de la chapuza. Si yo fuera senador del PSOE, me negaría a obedecer esa orden por respeto a mis votantes.
La “cortesía“ del Partido Socialista consiste en entregar a ERC y CDC el poder parlamentario y los recursos económicos que no ganaron en las urnas
Tener un grupo parlamentario produce consecuencias políticas, porque proporciona mucha más capacidad de acción en la Cámara: da poder. Y económicas, porque aumenta la subvención que se recibe. Así que la “cortesía” del PSOE consiste en entregar a ERC y CDC el poder parlamentario y los recursos económicos que no ganaron en las urnas. Y por cierto, ese dinero de más que van a recibir los independentistas no sale de la maltrecha caja de Ferraz, sino de la Hacienda Pública española que ellos pretenden fracturar.
ERC y CDC podrían haber sumado sus escaños en el Senado, igual que en el Parlamento de Cataluña, y tendrían grupo propio sin necesidad de la ayuda del PSOE. Así que aquí hay algo más, mucho más.
Ahora se han puesto de moda las líneas rojas. Pues bien, con esta decisión el PSOE ha traspasado un límite que siempre fue sagrado: no colaborar con partidos que están fuera de la Constitución. ERC y CDC han proclamado que no reconocen la Constitución, se disponen a dejar sin efecto en Cataluña el ordenamiento jurídico español (lo que incluye el Estatuto) y están vinculados por una declaración del Parlamento de Cataluña, promovida por ellos mismos, que los obliga a “no supeditarse a las decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional”. Instituciones a desobedecer entre las que figura el Senado, que es donde los socialistas les han hecho este favor inexplicable.
Y con esta decisión, la dirección del PSOE está toreando a su propio Comité Federal, que el 28 de diciembre aprobó un texto en el que puede leerse: “La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento son innegociables y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de las formaciones políticas”. Digo yo que algún diálogo y negociación habrá habido para regalar a ERC y CDC los cuatro escaños que necesitan en el Senado.
En política nada es gratis. Si Pedro Sánchez ha dado este paso no es por generosidad ni por cortesía, sino porque busca algo y espera obtener algo a cambio. Lo que busca está claro: presidir un gobierno cueste lo que cueste y le cueste lo que le cueste a su partido y al país. Y lo que espera obtener a cambio es una actitud comprensiva de los independentistas catalanes en su hipotética investidura, en forma de abstención o, si es preciso, de voto positivo. Son nada menos que 17 diputados en el Congreso, ninguna bagatela.
La dirección del PSOE ha hecho las mismas cuentas que todos y sabe muy bien que la fantasía de una “coalición de las izquierdas” no puede salir adelante en este Parlamento sin la colaboración de los independentistas catalanes. Si los diputados de ERC y Convergència votan "no" a Sánchez, se acabó el cuento. Por eso el obsequio en el Senado, para ir ablandando voluntades.
La mayoría de los socialistas desea un gobierno de izquierdas antes que un pacto con la derecha y Sánchez juega con ese sentimiento para ganar tiempo
En todo caso, Sánchez necesita mantener viva entre los suyos la fantasía del gobierno de izquierdas al menos hasta el decisivo Comité Federal del PSOE que fijará o no la fecha del próximo Congreso, porque mientras parezca que existe una remota posibilidad de alcanzar La Moncloa, sus actuales adversarios internos (antes promotores) tienen las manos atadas. Por eso hay que fingir que todas las puertas están al menos semiabiertas.
Si el PSOE estaba dispuesto a contar con los independentistas catalanes para llegar al poder, los ciudadanos tenían derecho a saberlo con antelación, porque quizá algunos hubieran reconsiderado su decisión de voto. Cosas como esta sólo se pueden hacer si se ocultan, pero precisamente por haberlas ocultado no deben hacerse.
Si el PSOE estaba dispuesto a contar con los independentistas catalanes para llegar al poder, los ciudadanos tenían derecho a saberlo con antelación
La inmensa mayoría de los socialistas desea un gobierno de izquierdas antes que un pacto con la derecha. Sánchez juega con ese sentimiento legítimo para ganar tiempo y neutralizar a su oposición interna. Pero resulta que ese gobierno no es posible con este Parlamento salvo que se traspasen límites que el Partido Socialista no puede ni debe traspasar, y eso es lo que no se quiere reconocer.
Para que gobierne la izquierda hay que ganarlo en las urnas, y eso no ocurrió el20 de diciembre. Tampoco ganó la derecha. Así que si no se quiere asumir que lo único viable con este Parlamento es un gobierno transversal que sume al PP, al PSOE y a C’s, lo honesto es admitir que vamos a nuevas elecciones y empezar a prepararlas desde ahora rearmándose con un proyecto para España y un liderazgo capaces de concitar en mayo la mayoría que no se supo ganar en diciembre. Lo demás son fuegos fatuos. Como dice la canción, falsedad bien ensayada y estudiado simulacro.
http://blogs.elconfidencial.com/espana/una-cierta-mirada/2016-01-16/trafico-de-escanos-en-el-senado-usos-y-costumbres-fraudulentos_1136368/
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