La Ley HR 4919, conocida también como Kevin and Avonte’s Law, ha pasado este diciembre los últimos trámites para ser aprobada en la Cámara de Representantes y significa un peligroso precedente de cara al futuro, a pesar de su apariencia cargada de “buenas intenciones”.
La ley prevé la creación de programas para implantar microchips a personas afectadas de Alzheimer o a niños con autismo, para ayudar a encontrarlos en caso de que se pierdan o desaparezcan.
Tal y como indica Whitney Webb en TrueActivist.com, aunque el proyecto de ley sólo apunta a personas con condiciones como Alzheimer y autismo, los críticos dicen que el proyecto de ley abrirá la “caja de pandora” para una vigilancia invasiva del gobierno.
Hace seis años, NBC Nightly News ya predijo audazmente que todos los estadounidenses llevarían implantado un microchip en el año 2017. Evidentemente, se trató de una afirmación demasiado arriesgada y las cosas siguen procesos mucho más lentos y progresivos, para que la población se adapte y vaya aceptando paulatinamente las nuevas cadenas que vayan creando para ellos.
La cuestión es que la ley permitirá al Fiscal General de los Estados Unidos otorgar subvenciones a la policía para la creación de “programas de localización mediante tecnologías de rastreo”.
Aunque la misión del programa es teóricamente encontrar a “individuos con diversas formas de demencia o a niños con discapacidades que han escapado de entornos seguros”, no proporciona ninguna restricción en la inclusión de programas de seguimiento hacia otras personas. El proyecto también requeriría que el fiscal general trabajara con el secretario de salud y servicios humanos y organizaciones anónimas de salud para establecer las “mejores prácticas” para el uso de dispositivos de rastreo.
No hace falta decir, que bajo la excusa de encontrar a ancianos y niños perdidos, se oculta un auténtico caballo de Troya para acabar implantando estas técnicas de localización en todos los ciudadanos.
Mac Slavo expone sus temores al respecto en la web SHTFPlan…
-A la primera señal de comportamiento sospechoso o ante el primer indicio de comportamiento social preocupante en los medios de comunicación, la policía y el personal médico, entre otros, tendrán la autoridad para declarar a alguien “con discapacidad mental” o con “alteración mental” de algúin tipo, sólo porque exprese descontento, ira o tenga una “visión distorsionada” de la realidad. Los periodistas que promueven“noticias falsas” podrán ser encerrados, y los individuos con “mentalidad conspirativa” controlados.-
Creemos que los temores de Slavo aún no se materializarán de forma inmediata y que antes de llegar a este punto, habrá varios pasos intermedios. Pasos pequeños pero seguros, para que la gente vaya aceptando de forma paulatina la implantación final de estas técnicas de control absoluto sobre nuestras vidas, que de hecho, serán bien acogidas por las generaciones más jóvenes, educadas ya para aceptar tal esclavitud el día de mañana.
De hecho, ya llevamos un chip implantado que monitoriza todos nuestros pasos y actividades: el teléfono móvil, que incluso puede ser activado para escucharnos en directo aunque esté apagado.
Pronto el móvil será indispensable para realizar pagos, a medida que vaya retirándose el dinero en efectivo y por lo tanto, pronto todos llevaremos un chip de rastreo encima de forma obligatoria, aunque no queramos. Ni siquiera los que no tenemos móvil podremos resistirnos a ello, porque nos harán la vida imposible sin él.
Entonces, una vez la gente se haya acostumbrado a ser monitoreada de forma constante por su móvil, que después nos implanten el mismo dispositivo bajo la piel será cuestión de tiempo; y con la “ventaja” de que para entonces, ese dispositivo dispondrá de gran cantidad de posibilidades, más allá del rastreo de los actuales y pronto primitivos chips RFID, demasiado grandes y poco prácticos para que la gente común acepte implantárselos.
Ese minúsculo chip implantado bajo la piel, nos será vendido por “sus ventajas”, puesto que convertirá nuestro propio cuerpo en un dispositivo en sí mismo, capaz de interactuar con todos los demás dispositivos de nuestro entorno y dotarnos de capacidades que ahora nos parecerían una fantasía. Formaremos parte del Internet de las cosas, como si fuéramos un chisme más conectado a la red.
Pero para llegar a ello, primero deben darse pasos intermedios, para irnos habituando psicológicamente a lo que será el paso final para esclavizarnos.
Y esta ley, es un paso más; el paso lógico posterior al microchipeado de nuestras mascotas y previo al microchipeado de “delincuentes” o personas consideradas “peligrosas”…para eso se promociona el terrorismo…
No hace falta decir, que muchos de nuestros lectores ya han empezado a atar cabos y han empezado a ver que tras la proliferación de escándalos de pedofília y tráfico infantil, también se oculta (entre otras), esta maniobra.
No tardaremos en ver campañas voluntarias de grupos de padres y madres que implantan chips a sus hijos para encontrarlos en caso de que sean secuestrados, todo ello amparado por programas estatales y policiales, que rápidamente recibirán la financiación adecuada.
Paso a paso, nos llevan hacia donde quieren…
Fuentes:
https://elrobotpescador.com/2016/12/14/eeuu-aprueba-ley-para-implantar-microchips-a-las-personas-con-problemas-mentales/
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