Las Tablillas de Glozel son uno de los misterios que han levantado controversia, debate y escepticismo en el mundo científico y arqueológico desde su aparición en la primera mitad del siglo XX.
El 1 de marzo de 1924 Émile Fradin, un campesino de 17 años, trabajaba con su abuelo Claude Fradin en un terreno de su propiedad, una campa situada cerca de la granja familiar, cuando la vaca que les servía de animal de tiro dio un mal paso.
Una de sus patas se había hundido en el suelo. Émile inspeccionó el agujero y descubrió una especie de fosa de planta ovalada.
Dentro había un cráneo humano, dos vasos cerámicos y una tablilla con inscripciones en un alfabeto extraño.
Dentro había un cráneo humano, dos vasos cerámicos y una tablilla con inscripciones en un alfabeto extraño.
Allí se encontraron muchos artefactos de una variedad asombrosa ... arpones y puntas de hueso similares a los magdalenienses, piezas de arte mueble sobre hueso, guijarros grabados con signos misteriosos, cerámicas sin paralelos conocidos, idolillos fálicos y tablillas con unos caracteres similares a los fenicios.
Estas mismas letras aparecían sobre algunas de las piezas paleolíticas. ¿Se trataría de los ejemplos de escritura más antiguos conocidos? ... Hablamos de una escritura de unos 15,000 años!
La primera excavación se realizó por cuenta de la Société d'émulation du Bourbonnais. Una nota publicada en el boletín de esta agrupación llamó la atención del doctor Antonin Morlet (1882-1965), médico de Vichy aficionado a la arqueología que se interesó por el sitio justo cuando los Fradin estaban considerando olvidarse del asunto y volver a labrar el terreno.
Morlet les ofreció 200 francos al año si le cedían la campa para sus excavaciones, a cambio ellos se quedarían con la mayor parte de sus hallazgos. El prado, que sería bautizado como Campo de los muertos, se convirtió en el yacimiento autofinanciado de Morlet.
Morlet se puso en contacto con Louis Capitan (1854-1929), uno de los prehistoriadores más prestigiosos del momento, que visitó el sitio en 1925. Fiel a su costumbre, Capitan propuso publicar un artículo sobre el hallazgo añadiendo su firma a la del doctor. Pero Morlet se había adelantado y ya había dado a la imprenta un opúsculo sobre el yacimiento, 'Nouvelle Station Neolìthique. Le glozelien', en el que había tenido la gentileza de añadir la firma como coautor de Émile Fradin. Capitan se tomó este gesto como una afrenta personal y lo que en principio le pareció un hallazgo notable pasó a ser para él una impostura.
La extraña apariencia de los materiales encontrados y su inconsistencia llamó la atención de muchos especialistas, entre ellos Henri Breuil, que al principio se mostró favorable a la autenticidad del sitio.
Pero curiosamente al poco tiempo se formaron dos bandos ... Los que estaban a favor de la autenticidad de las piezas y los que pensaban que era un fraude.
Los glozelianos contaban con un apoyo muy importante, Salomon Reinach, conservador jefe del Musée des Antiquités Nationales de Saint-Germain-en-Laye.
En un punto medio, y tratando de dar algo de sentido al conjunto de artefactos glozelianos, se mostró el historiador, filólogo y epigrafista Camille Julian. Sugirió que las tablillas eran algún tipo de objetos mágicos pertenecientes "al antro de un mago del siglo III".
En el lado antiglozeliano destacaron dos conversos, Capitan y Breuil; el orientalista, epigrafista y conservador del Louvre René Dussaud; el presidente de la Societé préhistorique française, Félix Regnault; y, sobre todo, el ingeniero de minas y prehistoriador André Vayson de Pradenne, que aportó las objeciones más razonables a la autenticidad de la colección.
En los años 80 por encargo del Gobierno francés un grupo de expertos retomó este caso .... Aunque el informe completo de su trabajo no vio la luz, el equipo sí publicó un resumen de 13 páginas: 'Résumé des recherches effectuées à Glozel entre 1983 et 1990, sous légide du ministère de la culture' (J.-P. Daugas et al, en 'Revue archéologique du Centre de la France', tomo 34, 1995, pgs. 251-259).
Los trabajos incluyeron nuevos sondeos en el Campo de los muertos y otros supuestos yacimientos glozelianos de las cercanías, y la realización de otra serie de pruebas para fechar los artefactos, que volvieron a dar resultados llamativos y nada neolíticos: de los fragmentos sometidos a las pruebas de TL se obtuvieron fechas que iban del siglo III al año 1945 +/- 20, aunque la mayor parte se situaba en la Edad Media.
En cuanto al C-14, las fechas iban del siglo IV al XIII.
A pesar de todo, un reducido grupo de investigadores irreductibles, agrupados en el Centre International d'Etude et de Recherche, defiende la autenticidad de Glozel ... Fradin murió a los 103 años sosteniendo su inocencia y la autenticidad de su hallazgo.
Una vez más, vemos que la arqueología oficial ha dado la espalda a los descubrimientos de Glozel, y no sólo eso, ha tratado por todos los medios de desacreditar los hallazgos. Su aceptación significaría tener que reescribir la Historia. ¿Os suena, verdad?
http://misteriosconxana.blogspot.com.es/2016/02/tablillas-de-glozel-fraude-o-realidad.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario