Millones de personas son advertidas en Los Ángeles de la posibilidad de un ataque nuclear norcoreano, ante el que la ciudad ha tomado ciertas medidas.
Según informó el sábado el diario local LA Times, las autoridades de la urbe del suroeste de EE.UU. han elaborado un plan de respuesta nuclear de 252 páginas que aborda cuestiones que van desde los niveles de radiaciones hasta la gestión de cadáveres.
Corea del Norte llevó a cabo el viernes un “exitoso” lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental, del que aseguró que el objetivo era enviar una “severa advertencia” a Estados Unidos por sus “amenazas bélicas”.
Las autoridades de Pyongyang aseguraron además que el proyectil, disparado bajo la supervisión del líder del país, Kim Jong-un, podría alcanzar cualquier punto estratégico del territorio norteamericano.
“Si nos enfrentamos a una situación en la que haya un ataque nuclear norcoreano, se tratará de una explosión (atómica) en el aire, lo que devastará un gran área”, dijo al LA Times el capitán Leonard McCray, comandante de la oficina de operaciones de emergencia de Los Ángeles.
Si nos enfrentamos a una situación en la que haya un ataque nuclear norcoreano, se tratará de una explosión (atómica) en el aire, lo que devastará un gran área”, dijo el capitán Leonard McCray, comandante de la oficina de operaciones de emergencia de Los Ángeles.
En todo caso, el funcionario se mostró convencido de que la ciudad daría una “respuesta sólida” a esa eventual coyuntura. “Hay 10 millones de personas en este condado y habrá bastante gente que cuidar”, subrayó.
Según ha recogido el tabloide británico Daily Star, convoyes de grandes camiones negros, embarcaciones portuarias y aviones, equipados con sensores de radiación y operados por equipos de agentes policiales especialmente entrenados, están listos para entrar en acción en caso de ataque.
Hace semanas, las autoridades de Hawái anunciaron que esta isla podría convertirse en el primer estado de EE.UU. en probar una advertencia de ataque en medio de preocupación por no disponer la población en caso de ofensiva de más de unos 15 minutos para prepararse para el impacto de un misil.
El último ensayo de Corea del Norte fue su duodécima prueba misilística en lo que va de año. El país reivindica con insistencia que el desarrollo de armas nucleares y su programa de misiles blindan su estrategia de defensa ante la hostilidad, las amenazas de guerra y los movimientos belicistas de Washington y, en particular, ante las maniobras militares conjuntas que realiza con Corea del Sur.
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