El sonido siempre ha sido un conducto a través del cual el universo y todo lo que contiene se armoniza.
A través del sonido alcanzamos desde las experiencias más sublimes hasta el aturdimiento o la locura.
Con el sonido podemos tranquilizarnos y sanar nuestras dolencias pero también podemos contaminar nuestra psique hasta perturbarla.
Pitágoras nos habló de la música de las esferas.
Una teoría según la cual el universo estaba gobernado por proporciones numéricas armoniosas y que el movimiento de los cuerpos celestes es regido
por estas proporciones musicales.
Es una teoría que habla de un todo armónico donde absolutamente todos los seres estamos integrados. Donde la vibración natural del universo sería la armonía.
A 432 Hz la música suena “grandiosa” pero a 440 Hz la música “llora” como se puede apreciar en el video
A 432 Hz la música suena “grandiosa” pero a 440 Hz la música “llora” como se puede apreciar en el video
Esta proporción musical de la que hablaba Platón parece ser que la encontramos en la frecuencia de 432 Hz, una afinación matemáticamente coherente con el universo. De esta manera, la música afinada con esta frecuencia transmite energías armónicas, saludables y muy beneficiosas para nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Como dijo Hermes en el Kybalion, el Todo es mente, nada está inmóvil, todo se mueve y todo vibra. Igualmente, en el Nuevo Testamento podemos leer: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. ¿A qué se refieren ambos textos al otorgar tanta importancia al sonido?
Pues bien, para descubrir la respuesta debemos acudir a la cimática, una ciencia que estudia el sonido y la vibración configuran la materia. Esta ciencia ha demostrado que la frecuencia y la vibración son la llave que organiza la materia que vemos en el universo pues tienen un efecto directo sobre todas la misma estructura de la materia. La frecuencia y la vibración del sonido tienen una enorme influencia sobre la materia.
Pues bien, para descubrir la respuesta debemos acudir a la cimática, una ciencia que estudia el sonido y la vibración configuran la materia. Esta ciencia ha demostrado que la frecuencia y la vibración son la llave que organiza la materia que vemos en el universo pues tienen un efecto directo sobre todas la misma estructura de la materia. La frecuencia y la vibración del sonido tienen una enorme influencia sobre la materia.
Fractales musicales sobre una plancha Chladni
Fue en los años cuarenta cuando el siniestro Ministro de Propaganda de la Alemania nazi, Josef Goebbels decidió que se cambiara la frecuencia natural y armónica del Cosmos, de 432 Hz por la frecuencia de 440 Hz, con la clara intención de manipular los sentimientos y pensamientos de las masas. Finalmente y contra toda lógica, Estados Unidos adoptaría esta frecuencia y ésta fue estandarizada para todo el planeta, convirtiéndose en norma ISO 16 en el año 1.953.
La frecuencia 440 Hz es una frecuencia artificial y opuesta a las vibraciones armónicas del universo de las que antes mencionábamos. Esta frecuencia genera una distorsión de nuestras ondas cerebrales provocándonos mayor agresividad y nerviosismo, estrés, perturbación, miedo, desazón y todo tipo de vibraciones negativas. Esta afinación antinatural mantiene a la humanidad en un estado vibratorio bajo provocando que sintamos violencia contra nuestros semejantes.
Si no, recordemos la cantidad de dinero que invierte la industria Illuminati en música y en facilitarnos que ésta nos acompañe por la calle en nuestros MP3, iPods, smartphones, iPhones, etc.
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