La historia de los rods es interesante. Ilustra la capacidad que tiene hoy en día cualquier historia, por demencial que sea, de convertirse en una pseudoverdad aceptada por muchos.
Los rods son un efecto óptico que aparece en muchas fotografías y vídeos, tanto digitales como convencionales. Tienen forma alargada, de ahí su nombre (en inglés, rod viene a ser una barra o vara). El primero en fotografiarlos, o al menos en divulgar públicamente que lo había hecho, fue el ufólogo y cineasta José Escamilla en 1994.
El lugar donde lo hizo es la meca de los que creen en OVNIS y rarezas extraterrestres: la base aérea estadounidense de Roswell. Inmediatamente debió de darse cuenta de que aquello podía convertirse en un misterio rentable, así que hizo más fotos y vídeos, desarrolló la teoría de que los rods eran visitantes de otro planeta y se dedicó a dar conferencias.
Eso de ahí es un rod
Muchísima gente, demostrando una vez más que siempre hay alguien dispuesto a creer la mayor basura imaginable, abrazó convencida la historia de los rods.
De pronto todo el mundo encontraba alguno en sus fotos y vídeos. Internet no tardó en llenarse de imágenes que mostraban supuestos rods, y muchos hicieron sus propias teorías, incluso llegaron a clasificar los rods en diferentes tipos o especies según su tamaño, forma y movimiento.
¿Os lo imagináis, cientos de personas buscando manchas de luz en viejas fotos y poniéndoles nombre, imaginándose cómo habrían llegado a nuestro mundo? No lo imaginéis: ocurrió realmente.
Supuestamente, los rods, llamados a veces skyfish serían seres extraterrestres o de otra dimensión (depende de a quién hagas caso), capaces de moverse a enorme velocidad e invisibles al ojo humano.
En realidad, los rods son insectos o pajaritos que pasan volando frente a la cámara cuando ésta está grabando o tomando una foto. Algo tan simple como eso.
Puesto que hoy en día la cámara fotográfica no es la tecnología arcana que era hace cien años, todos estamos acostumbrados a sacar fotos. Todos sabemos, por tanto, que si sacamos una foto en movimiento, seguramente saldrá borrosa.
Esto ocurre simplemente porque el obturador de la cámara permanece abierto demasiado tiempo como para “congelar” la acción que está teniendo lugar frente a él.
Aunque solo sea una fracción de segundo, es un periódo de tiempo suficiente para que pasen cosas, para que la gente a la que tratamos de retratar se mueva y, en definitiva, para que la foto salga borrosa; el obturador simplemente capta el movimiento que ha tenido lugar mientras estaba abierto y lo interpreta como una imagen borrosa.
Este fenómeno es la base de los rods, y convierte un insecto que se desplaza muy rápidamente en una especie de objeto alargado con apéndices a los lados (las alas, que van batiendo).
Insectos, borrosos pero reconocibles como tales. Si la velocidad de obturación hubiera sido algo menor, aparecerían convertidos en líneas más largas y menos reconocibles
Cuanto mayor sea la velocidad a la que se abre y cierra el obturador de una cámara, menor será el periodo de tiempo que podremos “congelar” en nuestra foto. Hoy día hay cámaras de alta velocidad que son capaces de fotografiar o grabar miles de imágenes por segundo, permitiéndonos tomar una foto perfecta de una bala en plena trayectoria.
A José Escamilla, padre de los rods, le pidieron una y mil veces que usara una cámara de alta velocidad para capturar, clara e inequívocamente, a los objetos que aparecían en sus vídeos. Él se negó una y otra vez. ¿Por qué? Porque sabía que, con una cámara de alta velocidad, sus rods dejarían de ser un negocio rentable y pasarían a ser lo que siempre fueron: bichos.
Cuanto mayor sea el tiempo de exposición de una foto (el tiempo que el obturador está abierto), más largas serán las trayectorias de los rods, porque el insecto en cuestión habrá tenido tiempo para recorrer una distancia mayor.
A medida que el tiempo de exposición desciende, los rods se van haciendo más cortos hasta quedar claro que son meros insectos.
Con una velocidad de obturación alta, esta abeja parece congelada en el aire. Nadie diría que es un rod
Este insecto aparece borroso por la velocidad a la que se mueve, y sus alas aparecen superpuestas tres veces en una misma imagen. ¿Significa eso que el insecto tiene, efectivamente, tres pares de alas?.
No, por supuesto, se trata de un efecto óptico y estoy seguro de que un entomólogo experto podría reconocer incluso la especie a partir de las alas.
El fenómeno ocurre también en vídeos digitales, que combinan los distintos fotogramas entre sí para ahorrar espacio en disco y para que la imagen sea más fluida.
Esta combinación convierte igualmente a un insecto en una mancha alargada. De hecho, cuanto mayor sea el número de insectos en la zona de la foto o vídeo, más rods aparecerán, como demuestra este vídeo en una zona pantanosa con miles de mosquitos:
Dicen algunos que los rods se mueven a velocidades increíbles. Mentira: algunos solo parecen moverse rápido en relación al fondo de la imagen porque pasan muy cerca de nuestra cámara. Ningún insecto viaja a mil kilómetros por hora.
En 2005, la tele nacional china (CCTV) mostró un documental en el que se demostraba que los rods eran insectos. Los trabajadores de una compañía farmaceútica en Tonghua habían visto varios objetos identificados como rodsen las cintas de las cámaras de vigilancia, y decidieron resolver el supuesto misterio. Ajustaron la velocidad de grabación de la cámara (imágenes por segundo) hacia arriba y hacia abajo.
Cuantas menos imágenes por segundo grababa la cámara, más largos y sinuosos eran los rods; cuantas más imágenes por segundo, más se acortaban y se parecían a un insecto. No contentos con eso, instalaron unas redes finas de 20 metros ante las cámaras. Rápidamente grabaron un rod, comprobaron las redes y vieron que era una polilla de unos 10 cm. Repeticiones de la prueba dieron el mismo resultado.
En fin, toda esta historia es simplemente absurda.
8 julio, 2018
Fuente: https://cupuladeltrueno.wordpress.com/2012/09/27/los-rods-son-seres-de-otra-dimension-no-son-bichos/
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