Cuando un evento dramático o traumático le ocurre a una persona que fundamentalmente cambia su vida o el curso de la misma, los amigos y a menudo los psicólogos de inmediato prestan atención a lo que estaba sucediendo en la vida de la persona que pudo haber provocado ese gran cambio. Eso se llama buscar contexto.
Durante los últimos 2,5 años, he escuchado, leído y visto a muchos expertos y políticos explicar el tema del Brexit, lo que significa y la razón por la que se produjo.
Sin embargo, ni una sola vez oí a ninguno de estos "expertos" mencionar el aspecto más importante de "Brexit": el contexto en el que se produjo.
El resultado de Brexit -supuestamente una simple votación sobre si el Reino Unido debe abandonar la Unión Europea- se ha convertido en la farsa que es hoy por una sencilla razón: la convocatoria del referéndum y la votación en sí misma no tienen nada que ver, en esencia, con la adhesión del Reino Unido a la UE.
En cambio, los políticos británicos convocaron el referéndum como resultado directo de las maniobras políticas británicas, cuando el partido conservador en el poder (entonces y ahora) intentaba consolidar su control sobre el poder frente a un movimiento independentista británico cada vez más popular de "extrema derecha", que se basaba en el sentimiento antiinmigrante y en el deseo de abandonar la UE (principalmente para controlar la inmigración).
La propia votación del pueblo británico giraba en torno a la misma cuestión: la inmigración, o más concretamente, la inmigración al Reino Unido procedente de países musulmanes, entendida como facilitada (u ordenada) por la UE.
Pero, ¿por qué fue la inmigración un tema lo suficientemente candente en el Reino Unido como para provocar tal calamidad política?
El bombardeo y la destrucción de Libia por parte de la OTAN en 2011 y la guerra yihadista respaldada por Occidente en Siria, cuyo objetivo era derrocar al gobierno sirio por claras razones geopolíticas, produjeron un aumento en el número de refugiados que llegaron a Europa en los años siguientes. Esto se sumó a un éxodo existente de refugiados de Afganistán e Irak, dos países que Estados Unidos había estado bombardeando y ocupando desde 2002-2003.
Principales países de donde provienen refugiadosCuando se celebró la votación de Brexit en 2016, la "guerra contra el terrorismo" dirigida por EE.UU. y Occidente pasaba por su 15º año.
Esta es una guerra que la gran mayoría de las personas en las naciones occidentales entienden como una guerra contra el "terrorismo musulmán", por razones obvias (los ataques del 11 de septiembre fueron llevados a cabo por musulmanes).
Durante esos 15 años, los múltiples e importantes "ataques terroristas musulmanes" en suelo europeo y estadounidense sirvieron para confirmar a muchas personas de las naciones occidentales que los islamistas radicales estaban realmente decididos a atacar y matar a tantos "occidentales" como les fuera posible. Esta percepción se fortaleció dramáticamente después de 2013/4, cuando "ISIS" apareció en el radar público con videos de alta calidad de "infieles" en proceso de ser decapitados, quemados vivos, ahogados o arrojados de edificios.
La prensa occidental, siempre atenta a su trabajo de asustar informar al público, reportó con entusiasmo sobre las horribles hazañas de ISIS. A finales de 2015, la misma prensa informaba ampliamente que ISIS estaba contrabandeando a sus miembros entre los refugiados que llegaban a Europa.
Como para probar la verdad de esta afirmación, en 2015 se produjeron más horribles "ataques terroristas musulmanes" en Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos, mientras que muchos más "planes terroristas" de alto perfil fueron frustrados en muchos países. Además, casi a diario se publicaban informes que describían la continua masacre de ISIS en Siria e Irak y su plan de establecer un "califato" que se extendería hasta Europa Occidental.
Así que los designios imperialistas occidentales sobre los países de Oriente Medio y Norte de África (incluyendo el apoyo a los mismos terroristas con los que Occidente afirmaba estar en guerra) ayudaron a crear tanto los ejércitos terroristas que han estado llevando a cabo ataques en suelo europeo, como los flujos de refugiados que el público occidental entiende que están siendo utilizados por los ejércitos terroristas para obtener acceso a los países europeos y llevar a cabo sus ataques.
Curiosamente, sin embargo, cuando muchas personas en las naciones occidentales respondieron a esta situación con la petición racional (basada en la información de la que disponían) de que se controlara la inmigración, fueron y son acusados de ser islamófobos, fascistas y nazis. Sería difícil encontrar un mejor y más pernicioso ejemplo de tratar de volver loca a la gente.
En medio de este caos y burda manipulación de la mente pública, en la cumbre de la OTAN de mayo de 2012, el entonces Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, el Secretario de Asuntos Exteriores William Hague y el Jefe de Gabinete Ed Llewellyn discutieron la idea de utilizar un referéndum de la Unión Europea para evitar que la creciente ala "euroescéptica" del Partido Conservador "desertara" hacia el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que es contrario a la inmigración.
En enero de 2013, Cameron prometió que si los conservadores ganaban una mayoría parlamentaria en las elecciones generales de 2015, el Gobierno británico negociaría acuerdos más favorables para que los británicos siguieran siendo miembros de la UE y, a continuación, celebraría un referéndum sobre si el Reino Unido debía permanecer en la UE o abandonarla.
Los temores de Cameron de que el UKIP pudiera eclipsar al partido conservador si no se mostraba favorable al creciente sentimiento antiinmigrante (y por tanto antieuropeo) en el Reino Unido estaban bien fundados. En las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, el UKIP obtuvo más votos y más escaños que cualquier otro partido, era la primera vez que un partido que no fuera los conservadores o los laboristas encabezaba una encuesta nacional en 108 años, dejando a los conservadores en tercer lugar.
La promesa de Cameron de un referéndum de la UE tuvo el efecto deseado con la victoria decisiva de los conservadores en las elecciones generales de 2015 y con un gobierno mayoritario, tras lo cual Cameron reiteró su compromiso de celebrar el referéndum antes de finales de 2017, pero sólo después de "negociar un nuevo acuerdo para Gran Bretaña en la UE".
Sin embargo, durante los siguientes 12 meses, Cameron no pudo renegociar significativamente la relación del Reino Unido con la UE (específicamente sobre el tema del control de la inmigración, por supuesto) y el referéndum del "Brexit" se celebró el 23 de junio de 2016.
Un póster de la campaña en favor de salir de la UE resalta "el principal problema".Cameron (que había hecho campaña para permanecer en la UE) estaba aparentemente tan seguro de que el pueblo británico no votaría a favor de abandonar la UE que se ofreció a dimitir si prevalecía el "Sí".
Cuando el "Sí" ganó, y después de su renuncia, Cameron afirmó que "podría haber evitado Brexit si los líderes europeos le hubieran dejado controlar la migración".
Sin embargo, su majestad, la reina de la UE, Ángela Merkel, dijo que si el Reino Unido deseaba tener libre acceso al mercado único, entonces "[había] que aceptar los derechos fundamentales europeos así como las obligaciones que de ellos se derivan".
Curiosamente, una semana antes de la celebración del referéndum, se produjo un memorable "ataque terrorista" que introdujo un nuevo elemento (aunque latente) en el horriblemente confuso discurso civil. Thomas Mair, un nacionalista blanco de 52 años, disparó y apuñaló a la miembro del Parlamento Jo Cox frente a una clínica en Birstall, West Yorkshire, e hirió gravemente a un transeúnte que acudió en su ayuda.
El atentado fue tratado como un acto de terrorismo, y al condenar a Mair el juez dijo: "No cabe duda de que este asesinato se cometió con el propósito de promover una causa política, racial e ideológica, a saber, la del violento supremacismo blanco y el nacionalismo exclusivo comúnmente asociado con el nazismo y sus formas modernas".
A lo largo de ese mismo año de 2016, los ataques terroristas "islámicos" alcanzaron nuevos extremos, por ejemplo en Alemania, donde ocurrieron siete ataques que dejaron 22 muertos.
Después de la renuncia de Cameron, Theresa May fue elegida como líder del Partido Conservador y se convirtió en Primera Ministra. Mientras ella misma apoyaba la campaña de "permanencia", tomó el manto del Brexit declarando que no habría un segundo referéndum: "La campaña se llevó a cabo... y el público dio su veredicto. No debe haber ningún intento de permanecer dentro de la UE, ningún intento de volver a unirse a ella por la puerta de atrás... Brexit significa Brexit".
El periódico sensacionalista conservador The Sun sólo quería que los votantes "creyeran" en abandonar la UE (¿qué podría salir mal?).Menos de un año después de asumir el cargo, May creyó que necesitaba "fortalecer su mano" para las negociaciones del Brexit y convocó unas elecciones generales súbitas en junio de 2017.
Esto resultó ser una muy mala idea, porque incluso con el "efecto galvanizador" del ataque terrorista islámico de Westminster el 22 de marzo, en el que un islamista de 52 años estrelló un coche contra peatones en el puente de Westminster, matando a cuatro e hiriendo a casi cincuenta y apuñalando fatalmente a un agente de policía, y el atentado terrorista musulmán en el concierto de Ariana Grande en Manchester justo dos semanas antes de las elecciones -en el que murieron 23 personas y resultaron heridas otras 169, la mitad de ellas niños- el Partido Conservador de May perdió 13 escaños, en su mayoría a manos del Partido Laborista (que obtuvo 30 escaños).
Este resultado tuvo más que ver con una alta participación general (la más alta desde 1997) entre los votantes de "permanencia" y la popularidad del líder laborista Jeremy Corbyn que con una reducción en el apoyo general a Brexit. Curiosamente, el partido anti-inmigrante UKIP vio desaparecer su apoyo. Trabajo hecho para los conservadores.
En los 18 meses transcurridos desde las elecciones generales, el hecho de que sea económicamente imposible que el Reino Unido simplemente "se vaya" de la UE ha quedado poco a poco claro para muchos de los que votaron a favor de irse, sobre la base de detener la inmigración y los ataques terroristas que supuestamente facilita la inmigración.
Después de todo, la UE no es solo un mercado único de personas, sino de bienes, servicios y capitales, y la economía británica depende mucho más de los bienes, servicios y capitales que de las personas. Al parecer, el gran público británico sólo ahora se está dando cuenta de esto, así como del hecho de que ningún Estado de la UE puede elegir las condiciones de su adhesión.
Por supuesto, esto era bien conocido por la élite política cuando Cameron propuso el referéndum de Brexit y cuando se celebró. Pero como ya hemos notado, la decisión de ofrecer una votación sobre "permanecer o irse" al pueblo británico fue más una maniobra política que un deseo genuino de permitir que el pueblo decidiera sobre un aspecto fundamental del Estado británico(¡Dios no lo quiera!).
Pero a la hora de votar, el pueblo británico, con toda su sabiduría, votó de acuerdo con la propaganda a la que había estado sometido durante los últimos 16 años: "Los musulmanes son terroristas y nos están matando. Los musulmanes tienen libre acceso al Reino Unido gracias a nuestra pertenencia a la UE. Dejemos la UE. ¿La economía? ¿Qué economía?"
Algunos podrían pensar que es un extraño giro del destino el que a las autoridades británicas, que fueron cómplices en la creación de la "amenaza terrorista musulmana", pero que de ninguna manera querían que el Reino Unido abandonara la UE, les saliera el tiro por la culata cuando el pueblo británico votó a favor de abandonar la UE, en gran medida debido a la "amenaza terrorista musulmana". Para mí, suena más bien como al resultado de la falta de sentido común y la ilusión de una élite política cada vez más delirante y "fuera de control".
Esta es, en esencia, la razón por la que Brexit es una farsa y por la que los políticos británicos han pasado los últimos 2,5 años intentando encontrar una forma de convencer a los británicos de que están consiguiendo el "Brexit" al tiempo que mantienen al Reino Unido en la UE. Desde el principio se basó tanto en la manipulación emocional del público británico como en los intereses personales de poder de los políticos británicos. Naturalmente, nadie quiere mencionar esta verdad flagrante.
Actualmente, los políticos británicos están unidos al menos en una cosa: un Brexit "sin acuerdo" NO es una opción. Irónicamente, esto es lo que la mayoría de los británicos, en su ignorancia e inseguridad, pensaban que podían haber hecho y por lo que votaron: simplemente "irse" de la UE. Theresa May tiene un "proyecto de acuerdo de retirada" con la UE que no cumple con lo que la mayoría de los británicos votaron en el referéndum: el control de la inmigración. El acuerdo de May es, en esencia, Brexit sólo de nombre. Sin embargo, May tiene previsto presentar el acuerdo al Parlamento el mes que viene para su votación.
Si se rechaza, May advierte que esto llevaría a un Brexit "sin acuerdo" (el Reino Unido simplemente "se iría" de la UE, con la probable caída de la economía británica). Pero hoy, la secretaria de trabajo y pensiones de May, Amber Rudd, se atrevió a decir la verdad y dijo que si se rechaza el acuerdo, es más probable que "no haya Brexit" en lo absoluto.Irónicamente (o estúpidamente), esto es lo que el establishment británico ha estado buscando todo este tiempo.
Como ejemplo de hasta qué punto la clase dirigente británica está dispuesta a alcanzar la aprobación de su "falso acuerdo de Brexit", un artículo del Sunday Times de esta semana afirmaba que los "ministros" han discutido un plan para obligar al Parlamento a tomar cartas en el asunto:
"El plan del nº 10 de Downing Street [sede del gobierno británico.- NdT] es fomentar el colapso de los mercados financieros después de perder el primer voto, con la esperanza de que esto haga que los miembros del Parlamento voten por segunda vez".
¿He mencionado que el "Brexit" es una farsa?
Joe Quinn es coautor del libro El 11-S: la verdad definitiva (con Laura Knight-Jadczyk, 2006) y Manufactured Terror: The Boston Marathon Bombings, Sandy Hook, Aurora Shooting and Other False Flag Terror Attacks ("Terror fabricado: los atentados de la Maratón de Boston, Sandy Hook, el tiroteo de Aurora y otros ataques terroristas de falsa bandera", con Niall Bradley, 2014). También es el anfitrión de The Sott Report Videos y coanfitrión del programa de radio 'Behind the Headlines' en el Sott Talk Radio network.
Un reconocido Cyber-ensayista y autor de medios impresos, Joe ha estado escribiendo contundentes editoriales para Sott.net por diez años. Sus artículos han aparecido en muchos sitios alternativos y ha sido entrevistado en varios programas radiales de Internet. Sus artículos pueden ser encontrados también en su blog personal JoeQuinn.net
Joe Quinn
mie, 21 nov 2018 16:41 UTC
https://es.sott.net/article/63696-Brexit-Una-farsa-politica-basada-en-una-mentira-publica
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