miércoles, 10 de abril de 2019

La locura estadounidense reina mientras la enfermedad más destructiva y la IA marcan el comienzo de los Tiempos Finales


La locura estadounidense reina mientras la enfermedad más destructiva en la historia se une a la guerra termonuclear generada por IA para marcar el comienzo de los tiempos finales.

La providencia ha brindado, los eventos globales que cambian rápidamente han chocado en estas últimas semanas con nuestros muchos años de advertirle de la mayor amenaza que enfrenta la humanidad: el descubrimiento científico de principios del siglo 20 sobre cómo extraer nitrógeno de nuestra atmósfera. Eso ha desatado una furia sobre nuestro mundo más amenazante que las bombas nucleares.

Durante el siglo pasado desde este descubrimiento, la población de nuestro mundo se ha disparado debido a que este nitrógeno producido artificialmente se ha liberado para fertilizar los cultivos necesarios para alimentar a miles de millones de seres humanos.





Pero cuya consecuencia es destruir el ecosistema de nuestro planeta, ya que es incapaz de absorber todo el exceso de nitrógeno que se bombea en él, y es la razón por la que durante estos últimos años, leemos historias de plantas de todo el mundo que se vuelven extrañas con patrones circulares.

El olor de la muerte está explotando en todo el mundo a medida que continúan las muertes masivas de peces y aves. Cientos de millones de árboles mueren en América del Norte.

Mareas rojas globales en todo el mundo a partir de finales de la década de 1980, y son solo algunas de las decenas de miles de otros ejemplos similares que podría ofrecerles sobre cómo el envenenamiento con nitrógeno conduce al fin del mundo.

Usted, por supuesto, no sabe nada sobre esta catástrofe en curso, pero no se puede decir lo mismo sobre las mentes líderes de la ciencia. - quienes, durante más de 30 años, han trabajado para encontrar una solución a esta crisis, con sus principales esfuerzos enfocados en modificar genéticamente las plantas de alimentos para usar menos nitrógeno...

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