domingo, 15 de septiembre de 2019

El Presunto Complot contra el Papa Francisco, la armada de Lutero, siguen los macarristas, populista contra populista.

Desde el inicio del pontificado del Papa Francisco se está persiguiendo un misterioso ‘complot’, o golpe de estado, o cómo se quiera llamar, en su contra. 

Es evidente que el Papa Francisco no cuenta con las simpatías universales y esto es lo normal en todo pontificado. 

Creo que se nos olvida con frecuencia la gran oposición que tuvo Juan Pablo II y Benedicto XVI. Podríamos recordar muchos momentos , personas, intervenciones, verdaderamente durísimas contra estos papas. 

Los anteriores tampoco contaron con aplausos universales y desde San Pedro ha sido la tónica habitual. Es normal que así sea y no se puede pretender una adhesión personal e inquebrantable al pontífice reinante. 

Cada uno tiene su personalidad y sus gustos. Tememos la historia llena de papas brillantes, santos, impresentables, pecadores, guerreros, artistas, sabios y verdaderos inútiles y por eso no han dejado de pertenecer al elenco de los sucesores de Pedro.

Pensar que estamos en medio de un misterioso golpe de estado porque hay voces, algunas conocidas otras menos, que critican actuaciones del Papa Francisco es absurdo. 





El mayor enemigo del Papa Francisco es el Papa Francisco y vemos como sus intervenciones, sobre temas más que opinables, se nos quieren vender como el centro de la revelación divina. Es evidente que los dos puntos complicados son Alemania y Estados Unidos por contar con una fuerza mayor de laicos y sacerdotes que no existe en otros países. 

Las cosas no se arreglan con prohibiciones y la autoridad es otra cosa que va más allá de una estrategia pasajera. Nos tememos que los que hicieron lo imposible por amargar la vida a Benedicto XVI tienen miedo a que se puede estar usando la misma táctica que ellos usaron. Ni Francisco es Benedicto ni la calidad de sus críticos es la misma.

La situación política en Italia se complica por momentos. La traemos aquí porque el Papa Francisco y el Vaticano son actores muy principales en lo que está sucediendo. El católico medio italiano está mucho más contento con Salvini que con el Papa Francisco y esto no lo discute nadie. La formula de eliminar al adversario, pretendiendo alejar unas posibles elecciones nos tememos que no dará resultado.

Los obispos protestantes mandan su barco al mediterráneo. Es indudable que vivimos tiempos curiosos en los que parece que estamos volviendo a los ejércitos eclesiásticos. La armada pontificia ya no existe pero es todavía más inquietante que sean los hijos de Lutero a entrar en estas guerras.

Más noticias sobre obispos vividores en Estados Unidos y sobre acusaciones de pedofilia y todo esto con una jerarquía que no da la altura y se mete a defender causas perdidas. Los fieles católicos de Estados Unidos, y la inmensa mayoría de sus sacerdotes, están hasta las narices de todo esto y del cúmulo de complicidades de todos los macarristas que siguen con mando en plaza. 

El Papa Francisco utilizó la via administrativa para evitar una investigación seria sobre su amigo McCarrick pero eso no puede evitar que siga oliendo y como. 

Cuando hemos visto cómo se destruía el escudo de McCarrick en la que fue su catedral, hemos visto con claridad la locura absoluta en la que estamos viviendo. Pese a quien pese, y guste o no guste, este señor ha sido cardenal y arzobispo de una de las diócesis más importantes de la cristiandad y eso no se puede borrar.

 Es de un infantilismo monumental pensar que borrando un escudo se borra la historia, lo único que se hace es añadir una barbaridad más a una cadena de barbaridades.

Algunas referencias, pocas, sobre la Amazonía. Se acercan las fechas y veremos en qué terminan tantos anuncios y tantas profecías.

Al Papa Francisco no le gustan los populismos. Queremos pensar que visto lo populista que es, lo que no le gusta es tener que luchar con otros populistas. El populista pata negra es único, es el mejor, es indiscutible, todo lo que hace o dice es maravillo, en su visión distorsionada de la realidad no cabe otro populista, es imposible.

«Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre.»

Buena lectura.

Por SPECOLA | 15 septiembre, 2019

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