Estamos en el mes dedicado a la oración por los fieles difuntos especialmente necesaria de recordar en estos tiempos apostasía en los que todo lo que huele a sobrenatural viene inmediatamente descalificado.
Tiempos en los que estamos cayendo en la idolatría de las cavernas y empezamos a adorar a la pachamama o al dios thor, en cualquier caso una humillación increíble para una criatura creada a imagen y semejanza de Dios y llamada a la vida eterna.
En los tiempos de confusión aumentan las profecías e instintivamente intentamos buscar certezas cuando parece que todo está perdido y se derrumba a nuestro alrededor. El origen y la finalidad de la iglesia es sobrenatural o no es nada.
Si privamos a la iglesia de la trascendencia es mejor que desaparezca porque no hará más que daños. Es un hecho que estamos viviendo momentos en los que se intenta esconder y ridiculizar todo lo que huele a trascendencia.
Figuras como la madre Teresa o el Padre Pio no gustan nada a los predicadores de nuevos órdenes.
El carácter sagrado del sacerdocio se esta intentando destrozar y reducir a una especie de servicio social a tiempo parcial.
La Eucaristía y la presencia real, el sacramento de la confesión y, por consecuencia, la vida eterna están desapareciendo.
Es un hecho que Dios interviene en la historia, que es el ‘Señor de la historia’ y que actúa cuando quiere y cómo quiere. Hoy tenemos un hecho que va es esta dirección. Nos venden que la fiesta de Loreto se extiende a toda la cristiandad pero realmente se suprime la secular fiesta de la traslación de la Santa Casa.
El Papa Francisco se refirió a ella, el día que no quiso saludad a los fieles retirando con gesto de disgusto su mano, como ‘unas piedras’. La historia y la documentación hablan de otras cosas y se quiere evitar toda referencia a lo sobrenatural.
Por SPECOLA | 03 noviembre, 2019
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