El tema de los mensajes subliminales en la música comenzó a cobrar importancia a comienzos de los años 70, cuando varios movimientos religiosos aseguraron que estos eran capaces de influenciar inconscientemente a las personas y cambiar su conducta. Aún hoy hay polémica al respecto.
El tema de los mensajes subliminales en la música ha estado rodeado siempre de polémica.
Para algunos es un simple mito; para otros, una anécdota sin importancia. También están los que piensan que se trata de un mecanismo de manipulación que es capaz de cambiar la conducta de las personas e influir en sus valores.
Aún no existe una conclusión definitiva al respecto, ni en torno a los mensajes subliminales en la música ni tampoco en los que tienen que ver con la imagen. De hecho, los datos disponibles son contradictorios. Varios gobiernos han prohibido este tipo de mensajes, pero al mismo tiempo la mayor parte de los investigadores han desvirtuado su eficacia real.
El tema se ha puesto de moda por momentos y ha ocasionado desde risas, hasta enormes preocupaciones. En algunos momentos, se ha señalado que los mensajes subliminales en la música incitan al crimen, a practicar el satanismo, a usar drogas, etc. ¿Qué hay de cierto hay en esto?
“Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios en el mercado y son también mercaderías”.
-Arturo Jauretche-
Algo de historia
Digamos primero que los mensajes subliminales son aquellos que están diseñados para ser captados por debajo de los límites normales de percepción.
Dicho de otro modo, estos mensajes no se pueden percibir de manera consciente, sino que son recibidos de tal manera que no nos damos cuenta de que los estamos captando.
Todo indica que se habla de estos mensajes desde hace miles de años. Concretamente, hay alusiones de Aristóteles a impulsos que pasan desapercibidos cuando estamos despiertos, pero luego reaparecen con fuerza cuando estamos dormidos. Michell de Montaigne, O. Poetzle y luego Sigmund Freud también se refirieron a este tipo de fenómenos inconscientes.
Sin embargo, los avances de la tecnología hicieron mucho más evidentes estos fenómenos. De este modo, fue en el siglo XX cuando se hizo realmente claro que este tipo de comunicación era posible.
En 1957, se hizo un famoso experimento con imágenes y casi una década después The Beatles puso a todo el mundo a hablar de los mensajes subliminales en la música o backmasking.
Mensajes subliminales en la música
Los mensajes subliminales en la música, o backmasking se codifican mediante una técnica de grabación. Consiste en registrar o grabar un sonido o mensaje hacia atrás, en una pista que está diseñada para escucharse hacia adelante. Esto quiere decir que tal mensaje solo se puede captar conscientemente si la pista se hacer correr hacia atrás.
Hubo dos factores decisivos en el nacimiento de los mensajes subliminales en la música. El primero fue el surgimiento de la “música concreta” en Francia. En este género se combinaban los sonidos de los instrumentos electrónicos con sonidos grabados del medio ambiente o de la industria y se combinaban en el estudio de grabación.
El segundo factor incidente fue la utilización de las cintas de grabación para registrar y conservar las interpretaciones originales de los músicos. Esto permitió combinar, cortar, superponer y pegar fragmentos a la grabación original.
The Beatles y John Lennon en particular hicieron varios experimentos en torno a la música concreta y ahí comenzó una nueva historia.
El séptimo álbum de The Beatles incluyó por primera vez una canción en la que había textos grabados al revés. El tema se llamaba Rain y apareció en 1966. El objetivo de la banda era satirizar, experimentar y ofrecer nuevos sonidos. Desde entonces, un buen número de artistas acudieron al mismo recurso y los mensajes subliminales en la música se hicieron frecuentes.
Rápidamente varios movimientos religiosos comenzaron a pronunciarse en contra de este tipo de recurso. También comenzaron a cobrar fuerza varias leyendas urbanas.
Muchas personas escuchaban las cintas al revés y encontraban significados ocultos, pero la mayoría de las veces eran puras conjeturas, sin una base concreta.
Los religiosos, en particular, acusaron a varios grupos de rock de inducir a la juventud a adorar al demonio, a cometer crímenes o usar drogas. El debate se volvió muy álgido hasta que en 1985 los psicólogos John R. Vokey y J. Don Read llevaron a cabo un experimento. Grabaron al revés un Salmo de La Biblia y observaron las reacciones de los oyentes.
Los investigadores concluyeron que los mensajes subliminales en la música no causaban ningún efecto apreciable en los receptores. En 1996 C. Trappery hizo 23 experimentos y concluyó básicamente lo mismo.
Sin embargo, los investigadores Johan C. Karremansa, Wolfgang Stroebeb y Jasper Claus, de la Universidad de Utrecht, hicieron un nuevo experimento en 2006 y aparentemente probaron que estos mensajes sí cambian la conducta de las personas. El debate sigue abierto.
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