El Gobierno utiliza el BOE para subir de rango al Centro de Alertas. Su jefa, apartada del foco mediático tras avisar del riesgo de las concentraciones antes del 8-M
Última actualización:02-04-2020 | 12:34 H/
«No hemos tenido una preocupación excesiva a nivel poblacional. Esto es una enfermedad, pero eso no implica que sea una enfermedad de una gravedad excepcional que tenga que preocupar de forma exagerada a la población». «Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado».
«Si mi hijo me pregunta si puede ir a la manifestación del 8-M le diré que haga lo que quiera». El autor de estas frases no es un ciudadano anónimo.
Corresponden a Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, dependiente del Ministerio de Sanidad, y la máxima autoridad científica en la que se ha apoyado el Gobierno para luchar contra una pandemia que, a falta de que se generalicen los test de diagnóstico, ha infectado ya a 102.136 personas y provocado la muerte de 9.053, según los datos divulgados ayer por el propio Ministerio.
Lejos de ser apartado por los errores en sus predicciones, el Gobierno ha decidido recompensar al centro que dirige. Lo hizo el 12 de marzo, cuando la eclosión de casos había estallado.
Ese día, el BOE publicó un real decreto, el 454/2020, de 10 de marzo, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio de Sanidad y se modifica el Real Decreto 139/2020, de 28 de enero, por el que se establece la estructura orgánica básica de los departamentos ministeriales.
En el artículo 3.9, apartado f), la norma confiere al Centro de Coordinación de Alertas que dirige Simón el rango de Subdirección General dependiente de la Dirección General de Salud Pública. Se trata de un estatus que con el anterior Real Decreto que regulaba la estructura del Ministerio, no tenía.
De hecho, el centro estaba adscrito también a la Dirección General de Salud Pública «con el nivel que se determine en la correspondiente relación de puestos de trabajo», pero sin rango de Subdirección General, un rango del que carecía desde que se creó, en 2004.
En ese año se denominaba Sistema de Coordinación de Alertas y Emergencias y se adscribió al gabinete del ministro. En 2018, pasó a depender de Salud Pública, aunque no es hasta el 12 de marzo, con la publicación del Real Decreto 454/2020 cuando «asciende» a Subdirec ción General.
Este ascenso ha ido parejo al aumento del peso de Simón en el Ministerio. Un peso que se refleja, incluso, según fuentes no oficiales de este departamento, en las reuniones internas de coordinación contra la crisis, en donde lleva la voz cantante por encima incluso de la que es su jefa directa, la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio, una reputada experta en Medicina Tropical que ya avisaba en los primeros días de marzo de la situación de Italia y que recomendó dos días antes del 8-M el aplazamiento de eventos multitudinarios con alta presencia de personas procedentes de las zonas afectadas, por considerarse «de riesgo».
Aparicio se mantiene alejada del foco mediático desde el 4 de marzo y ni siquiera interviene en las ruedas de prensa diarias de análisis de los datos en sustitución de su subalterno, Simón, tras dar éste positivo por coronavirus.
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