Aunque a simple vista pueda resultar difícil encontrarle relación, la realidad es que muchas teorías conspirativas apuntan a que la crisis generada por el coronavirus es provocada por la tecnología 5G.
Hay sectores de la sociedad que se resisten al avance, desde siempre. El miedo a salir de la zona de confort y el miedo a lo desconocido se apodera de una gran parte de la población, llegando a generar teorías conspirativas que en ocasiones resultan, por lo menos, cuestionables.
Como no podía ser de otra forma, la crisis sanitaria generada por el SARS-CoV-2, o lo que conocemos como coronavirus, no ha quedado exenta de ello. Su origen ha generado un sinfín de debate, y es que no son pocos los que creen que se trata de algo creado y premeditado para reducir la sobrepoblación mundial.
Sin embargo, ¿cómo se ha producido el implante de este virus? Pues muchos apuntan a la aparición de la tecnología 5G, diseñada para mejorar la velocidad de conexión hasta 10 veces más de nuestros dispositivos móviles.
Son muchos los grupos y mensajes en redes sociales que se muestran contrarios a su implementación, ya desde antes del coronavirus, debido a que pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo, tal y como indica la propia OMS en una nota informativa:
"Un motivo de inquietud común en relación con las antenas de las estaciones de base y de las redes locales inalámbricas es el relativo a los efectos a largo plazo que podría tener en la salud la exposición de todo el cuerpo a señales de RF." - Organización Mundial de la Salud.
Por un lado, no existen evidencias científicas de que así sean, y la Organización Mundial de la Salud la ha calificado como cancerígeno nivel 2B.
Si tenemos en cuenta la baja exposición y las investigaciones hechas hasta ahora, no se puede confirmar que sean cancerígenos, pero a lo largo de los años se han publicado varias noticias sobre casos de cáncer surgidos en torno a estaciones de base de telefonía móvil, por lo que ha generado mucha controversia y alerta por parte de la población.
Por otro lado, ¿saben cuál fue la primera ciudad en instalar la tecnología 5G?
Efectivamente, Wuhan. Así que si sumamos estos dos factores surge la teoría, de lo más propagada a día de hoy, de que las ondas que surgen del 5G son perjudiciales para la salud y han debilitado el sistema inmune de sus ciudadanos, lo que permitió que el virus pudiera acceder de forma más rápida y letal. Aun así, no hay ninguna prueba científica que lo corrobore, pero la teoría se ha expandido descontroladamente.
Esto ha provocado un sinfín de reacciones por parte de la sociedad, así como un gran desarrollo de teorías que buscan un culpable. En Gran Bretaña, por ejemplo, es especialmente llamativa la destrucción de antenas 5G, llevada a cabo por ciudadanos preocupados sobre sus efectos nocivos.
Otra de las teorías más famosas afirma que el virus fue inventado por Bill Gates, ya que quería lucrarse a costa de inventar una vacuna para el mismo.
Esto se debe a que, durante el año 2015, Bill Gates dio una charla en la que advertía que el mayor riesgo para la humanidad no era una guerra, sino un virus infeccioso que amenazara la vida de millones de personas. A raíz de la propagación del virus, el vídeo volvio a resurgir y ya cuenta con casi 30 millones de visitas en YouTube.
El principal problema de esta reacción en cadena es la confusión que genera la palabra "radioactividad", y es que descubrir que el 5G emite radiación genera pánico en la población, aunque se trate de un espectro inofensivo.
El daño se produciría a partir de radiación ionizante, que dispone de una energía mucho mayor y pueden eliminar electrones de los átomos, lo que sería perjudicial para el ADN.
El 5G está lejos de emitir una radiación de este calibre, motivo por el cual no hay ninguna evidencia científica que sostenga esta teoría. Sin embargo, la teoría de que el coronavirus ha sido provocado por las grandes potencias mundiales en busca de un Nuevo Orden gana fuerza, mucha fuerza.
21 de Mayo de 2020 (16:30 CET)
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