miércoles, 9 de diciembre de 2020

La Inmaculada Concepción y el ‘milagro de Empel’, la milicia del padre Kolbe y los masones, viaje del Papa Francisco a Irak, enredos del Vaticano.



Por SPECOLA | 08 diciembre, 2020

Estamos en plena pandemia, el Papa Francisco se ha acercado está lluviosa mañana a la Plaza de España de Roma para depositar el tradicional ramo de rosas blancas a los pies de la columna de la Inmaculada Concepción y ha celebrado Misa en la cripta de la Natividad de la Sixtina de Santa María la Mayor, capilla en la que reposa San Pio V, el gran reformador.

 La devoción a la Inmaculada en España se remonta a la época de los visigodos. Las órdenes militares fundadas en España durante la Reconquista incorporaban a sus votos la defensa de este dogma. En la historia de España hay muchos episodios de intervención milagrosa de la Inmaculada, pero el que da origen a esta fiesta sucedió la noche del 7 al 8 de diciembre de 1585, en Empel, en una aldea holandesa situada a orillas del río Mosa. 

Todo parecía indicar que la derrota de los españoles estaba próxima, el comandante holandés ofreció a sus enemigos una rendición honrosa: “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”.

Un soldado español encontró una tabla con una imagen de la Inmaculada Concepción, el descubrimiento dio ánimos a los españoles, que lo interpretaron como una señal del Cielo. Los Tercios declararon a la Inmaculada Concepción su protectora. 

En 1644 el Rey Felipe IV proclamó el 8 de diciembre como fiesta de guardar en todos los dominios del Imperio español, dedicada a la Inmaculada Concepción, coincidiendo con el aniversario del “Milagro de Empel”. En 1708 el Papa Clemente XI extendió esa fiesta a toda la Iglesia. Por fin, el 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de María mediante la bula “Ineffabilis Deus”.

Roma, 1917, estamos en medio de la Primera Guerra Mundial y la masonería, celebra el segundo centenario de la fundación de la Gran Logia en Londres. El 17 de febrero se conmemora el aniversario de la muerte de Giordano Bruno († 1600) y para la ocasión una procesión demoniaca se dirige al monumento construido por los masones en Campo de ‘Fiori. 

Los manifestantes llevan una pancarta negra en la que se representa a Lucifer triunfante aplastando al Arcángel Miguel bajo sus pies. La pancarta satánica ondea en la Plaza de San Pedro y se proclama: «El diablo gobernará en el Vaticano y el Papa será su guardia suiza».

Maximiliano Maria Kolbe, entonces de 23 años, vive en Roma y funda una unión piadosa bajo la protección de la Inmaculada, con el objetivo de frenar que odio desenfrenado contra la Iglesia, y rezar por la conversión de los pecadores y especialmente de los masones. La tarde del 16 de octubre de 1917, siete franciscanos se reúnen, frente a ellos una estatuilla de la Inmaculada Concepción: “Todos fuimos testigos de los blasfemos insultos al discurso de la Santa Iglesia y del Santo Padre el pasado mes de febrero. 

Todos estamos de acuerdo en que debemos responder a estos crecientes ataques a nuestra santísima fe. Mientras tengamos vida, la única pasión que obedeceremos es el anuncio del Evangelio”. «Estamos reunidos para fundar una nueva caballería, la Milicia de la Inmaculada, dedicada al servicio de la Virgen Inmaculada, y para luchar con armas espirituales contra sus enemigos y contra aquellos que quieren destruir la Iglesia sobre la que la Virgen reina».

San Maximiliano Kolbe se adelanta a nuestros tiempos: “En la actualidad, la masonería es sin duda la cabeza de la serpiente infernal. (…) Los miembros [de la serpiente], además, son las numerosas y más variadas herejías. Y Ella los ha destruido «a todos» y «al mundo entero», proporcionando medios infalibles para sacarlos del camino. 

Ella ha destruido las «herejías», no los «herejes», ya que los ama y los ama mucho, siendo la mejor de las madres y precisamente por eso los salva de la oscuridad de la mentira y de las trampas del mal, destruyendo los poderes del infierno. Nuestro objetivo, por tanto, es: «Comprometernos en la obra de conversión de los pecadores, herejes, cismáticos, etc., pero sobre todo de los masones, y en la obra de santificación de todos, bajo la protección y por mediación de Inmaculada».

Ya tenemos anuncio de primer viaje del Papa Francisco ¿post pandemia?: «Aceptando la invitación de la República de Irak y de la Iglesia Católica local el Papa Francisco realizará un Viaje Apostólico al mencionado país del 5 al 8 de marzo de 2021, visitando Bagdad, la llanura de Ur, vinculada a la memoria de Abraham, la ciudad de Erbil, así como Mosul y Qaraqosh en la llanura de Nínive. El programa de viajes se publicará a su debido tiempo, que tendrá en cuenta la evolución de la emergencia sanitaria mundial».

Seguimos con los tristes temas de actualidad que vuelven a traernos a las primeras páginas conocidos personajes y personajas de los procesos Vatileaks, es lo que tiene el querer cerrar en falso las cosas. Con juicios sumarios y sentencias precocinadas no se resuelven los problemas y se crea un problema mayor. El parecetamol repartido como regalo de Navidad del Papa Francisco a todos los empleados del Vaticano es imprescindible en estos momentos.

«…hágase en mí según tu palabra.»

Buena lectura.

https://infovaticana.com/blogs/specola/la-inmaculada-concepcion-y-el-milagro-de-empel-la-milicia-del-padre-kolbe-y-los-masones-viaje-del-papa-francisco-a-irak-enredos-del-vaticano/

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